Capital

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CAPITAL

valor que, por medio de la explotación de la fuerza de trabajo del
hombre, proporciona plusvalía, se incrementa a si mismo.

El capital no es una cosa, sino una relación social de producción, una
relación entre la clase de los capitalistas, que poseen los medios de
producción, y la clase obrera, que carece de dichos medios y, en
consecuencia, se ve obligada e subsistir vendiendo su fuerza de
trabajo a los capitalistas, a los que de este modo enriquece. Así,
pues, el capital es la categoría económica principal del modo
capitalista de producción (ver).

Exteriormente, el capital se presenta como valor que crece por si
mismo, como “dinero que se transforma en mercancía y luego, por medio
de la venta de la mercancía, se convierte otra vez en dinero, pero en
mayor cantidad” (C. Marx). Como quiera que el valor no puede crecer
en el proceso de la compra-venta, hay que buscar la fuente de su
incremento en la esfera de la producción, donde el capital existe bajo
la forma de medios de producción y fuerza de trabajo, que desempeñan
un papel completamente distinto en el proceso de la creación de
plusvalía.

Dado que el valor de los medios de producción —capital constante
(ver)— sólo se transfiere mediante el trabajo del obrero al producto,
este capital no crea ningún aumento de valor. Únicamente el trabajo
de los obreros asalariados en las empresas capitalistas crea un valor
de magnitud superior al valor de su fuerza de trabajo. Por lo tanto,
la parte del capital invertido para adquirir fuerza de trabajo, es
decir, el capital variable (ver), cambia de valor en el proceso de la
producción, se incrementa en la suma de la plusvalía.

En la sociedad burguesa, el capital existe y funciona en diversas
formas (ver Capital monetario, Capital comercial, Capital de
préstamo). En oposición a los economistas burgueses, que identifican
el capital con una cosa y ven en él una categoría eterna de la
sociedad humana Marx descubrió la esencia económica del capital como
una relación de producción entre dos clases antagónicas de la sociedad
burguesa: los capitalistas y los obreros, mostró el carácter histórico
y transitorio de esta relación. Con la revolución socialista, los
medios de producción se convierten en propiedad social de los
trabajadores, y el capital deja de existir como categoría económica.

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