Concentración de la producción

DEP-BZM

CONCENTRACIÓN DE LA PRODUCCIÓN:

Fenómeno en virtud del cual una parte cada vez mayor de los medios de
producción, de la fuerza de trabajo y de la elaboración de mercancías
se centre en grandes empresas.

En el régimen capitalista, el fenómeno tiene lugar a lo largo de una
durísima lucha competitiva entre los capitalistas, a la caza de
beneficios. Concentrando en alto grado los medios de producción y la
mano de obra, los capitalistas reducen sensiblemente los costos de
producción, utilizan con más amplitud la nueva técnica, organizan la
producción masiva en cadena, aumentan el volumen y el grado de
explotación de la clase obrera. Sobre el proceso indicado ejercen una
influencia enorme la concentración y la centralización del capital,
dado que así se forman capitales de enorme magnitud, indispensables
para organizar la gran producción. A su vez el hecho de que la
producción se concentre acelera los procesos de concentración y
centralización del capital.

Las grandes empresas poseen gran capacidad competitiva, se hallan en
situación ventajosa frente a las empresas pequeñas, a las que
desplazan y absorben en la lucha sin cuartel que se sostiene en el
plano de la competencia. Como observó Lenin, la concentración de la
producción, al llegar a cierto grado de desarrollo, conduce al
monopolio. Dicha concentración es un factor importantísimo en la
transformación del capitalismo de la libre competencia en capitalismo
monopolista.

Con el paso al imperialismo, este proceso de concentración todavía se
acelera más, dado que bajo el dominio de los monopolios, la lucha
competitiva alcanza aun mayores extremos de dureza. En los Estados
Unidos, desde 1939 hasta 1955, el porcentaje de personas ocupadas en
empresas con un número de obreros superior a 1.000, creció del 22,3%
al 33,6%.

Lo característico de la concentración de la producción capitalista es
su extraordinaria desigualdad. Donde este proceso se efectúa con
mayor rapidez es en la industria, sobre todo en la industria pesada, y
resulta sensiblemente más lento en la agricultura. La concentración
de la producción se acentúe durante las crisis económicas y las
guerras, y conduce a la brutal agravación de las contradicciones del
capitalismo, ante todo de la que existe entre el carácter social de la
producción y la forma privada de apropiación; a la vez que eleve las
ganancias de los monopolios, aumenta en proporciones enormes la
intensidad y la productividad de los obreros lo cual, en el régimen
capitalista, conduce al crecimiento de la desocupación. Al mismo
tiempo, desempeña un gran papel en la creación de las premisas
materiales y sujetivas de la revolución socialista, pues socializa la
producción y contribuye así a que la clase obrera se organice mejor y
se cohesione más.

En la gran economía socialista, la producción industrial y agrícola
altamente concentrada es resultado del dominio de la propiedad social
sobre los medios de producción y del sistema planificado de la
economía nacional. Gracias a las ventajas del socialismo, la
industria y la agricultura en la U.R.S.S. son las más concentradas
del mundo. Los sistemas energéticos unificados en la parte europea de
la U.R.S.S., en Siberia Central, Transcaucasia, Kazajstán y Asia
Central comprenden los 2/3 de toda la potencia de las centrales
eléctricas. En todas las ramas de la industria, se han creado
empresas modernas, grandes y potentes. Gracias a la colectivización
de la agricultura, la producción agrícola de la U.R.S.S. también se ha
convertido en la más concentrada del mundo. Concentrar la producción
presupone fabricar un mismo tipo de producto en el menor número
posible de empresas, centralizar la producción de máquinas, mecanismos
y piezas unificados y normalizados. Concentrar la producción implica
combinar las empresas, hacer que cooperen y se especialicen. El nivel
de la concentración es determinado por el peso específico de las
grandes empresas en toda la producción y en la potencia productiva
global de tal o cual rama de la industria.

La concentración de la producción se eleva fundando nuevas fábricas y
reconstruyendo las ya existentes. Bajo el socialismo, el concentrar
la producción abre grandes posibilidades al progreso técnico, que es,
a su vez, la premisa y la condición necesaria para que la producción
siga concentrándose.

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