Manufactura

DEP-BZM

MANUFACTURA:

Segunda fase del desarrollo del capitalismo en la industria, precede a
la producción maquinizada; empresa capitalista basada en la división
del trabajo y en la técnica manual, artesanal.

Como forma de la producción capitalista, la manufactura surgió a
mediados del siglo XVI y predominó en ella hasta el último tercio del
siglo XVIII. Lo característico de la primera forma de manufactura, la
más simple estriba en que los trabajadores, que trabajan en sus casas,
son explotados por el capital comercial. La fase siguiente de la
producción manufacturera es la manufactura centralizada; con ella, los
obreros asalariados explotados por el capital se concentran en un
lugar.

La manufactura surge por dos caminos: 1) en el taller donde están
concentrados obreros de especialidades diferentes, los cuales ejecutan
hasta el fin todo el proceso de producción necesario para crear un
determinado producto; 2) en el taller donde se concentran artesanos de
la misma especialidad. La labor homogénea se descompone en diversas
operaciones que se convierten en función especial de cada obrero por
separado.

La manufactura capitalista creó las premisas para la gran producción
industrial, contribuyó a la ulterior división del trabajo, simplificó
en gran manera muchas operaciones laborales, perfeccionó los
instrumentos de trabajo, preparó obreros especialistas para pasar a la
producción maquinizada. La división del trabajo en la producción
manufacturera por una parte elevaba la productividad, por otra
intensificaba el grado de explotación del obrero, lo convertía en un
obrero parcial, condenado para toda la vida a ejecutar una determinada
operación. La manufactura favorecía la concentración de los medios de
producción en manos de los capitalistas y significaba la ruina para la
mayoría de los artesanos. Los dueños de las manufacturas explotaban
duramente el trabajo asalariado.

En Rusia, las manufacturas centralizadas se desarrollaron en gran
escala a partir de la primera mitad del siglo XVIII. Presentaban una
peculiaridad especifica y era la de que muchas manufacturas no se
basaban en el trabajo asalariado, sino en el de los siervos.

Aunque la división del trabajo en las manufacturas hizo que la
producción capitalista de mercancías se acrecentara y que el
rendimiento del trabajo social se elevan sensiblemente, la manufactura
no abarcó toda la producción social. La existencia de un inmenso
número de empresas industriales pequeñas y pequeñísimas constituye un
rasgo característico del período manufacturero del capitalismo. Los
mercados interior y exterior, en proceso de crecimiento, presentaban
una demanda enorme de mercancías, demanda que la manufactura no estaba
en condiciones de satisfacer. Se hizo necesario pasar a la producción
maquinizada, a la que dio comienzo la revolución industrial.

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