Transformación socialista de la agricultura

DEP-BZM

TRANSFORMACIÓN SOCIALISTA DE LA AGRICULTURA:

proceso de unión voluntaria de las pequeñas haciendas campesinas
individuales en grandes haciendas colectivas.

La reorganización de la agricultura sobre una base socialista en una
necesidad general para todos los países que construyen el socialismo,
es una de las leyes fundamentales del período de transición del
capitalismo al socialismo.

Para la transformación socialista de la pequeña economía campesina se
requieren las siguientes premisas: en primer lugar, que se lleve a
cabo la revolución socialista y se implante el poder de los
trabajadores; en segundo lugar, que se nacionalice la tierra o que se
efectúen reformas agrarias radicales repartiendo la tierra entre los
campesinos trabajadores; en tercer lugar, que el Estado socialista
tenga en sus manos los puestos de mando de la economía, que se lleve a
cabo la industrialización socialista, llave de la colectivización
agrícola; en cuarto lugar, que se aplique una política conducente a
limitar los elementos capitalistas en el campo, a desplazarlos y, en
una determinada etapa, a suprimirlos; en quinto lugar, que se realice
la revolución cultural en el campo.

El socialismo no puede apoyarse durante mucho tiempo en dos
fundamentos opuestos: en la gran industria socialista y en la pequeña
economía campesina individual. Entre ellas existen serias
contradicciones: la gran industria socialista se funda en la propiedad
social sobre los medios de producción, se halla dotada de maquinaria y
técnica avanzadas; lo que sirve de base a la pequeña producción
campesina es la propiedad privada sobre los medios de producción, y
una técnica primitiva.

La industria socialista excluye la explotación del hombre por el
hombre, mientras que la pequeña producción mercantil engendra a los
elementos capitalistas, de modo que, en tanto exista la pequeña
economía privada, no queda eliminado el peligro de la restauración
capitalista. La industria socialista, en el período de transición del
capitalismo al socialismo, se desarrolla según un plan único, a ritmos
acelerados, en consonancia con las leyes de la reproducción socialista
ampliada.

La pequeña economía campesina no puede llevar a cabo la reproducción
ampliada, lo propio de ella es la reproducción simple, incapaz de
satisfacer las necesidades de la industria en materias primas ni las
de las ciudades en productos alimenticios.

El programa de la transformación socialista de la agricultura se basó
en el plan cooperativo de Lenin (ver).

En la U.R.S.S., el desarrollo de los koljoses presentó tres formas:
asociaciones para el cultivo de la tierra en común (T.O.Z.), comunas
agrícolas y arteles agrícolas. En Rumania, en la República
Democrática Alemana y en la República Popular China existen tres tipos
característicos de cooperativas de producción; en Checoslovaquia y
Hungría, cuatro. Se diferencian entre sí por el grado en que se hayan
socializado los medios fundamentales de producción y el trabajo, y por
el carácter que presente la distribución de los ingresos. En las
T.O.Z., se colectivizaban el cultivo de la tierra y el trabajo durante
las labores. Los medios fundamentales de producción seguían siendo de
propiedad privado. De ahí que las T.O.Z. constituyeran un estadio de
transición hacia el artel agrícola. En las comunas agrícolas se
colectivizaban todos las medios de producción, el ganado y las aves.
La distribución de los ingresos era igualitaria, lo que iba en
detrimento del interés material de los miembros de la comuna para que
se incrementara la economía social y se elevara el rendimiento del
trabajo.

En la U.R.S.S., la forma principal del movimiento koljosiano fue el
artel agrícola, cuyos rasgos característicos son: la propiedad social
sobre los medios fundamentales de producción, el desarrollo
planificado de la economía, la distribución de los ingresos en
consonancia con la cantidad y la calidad del trabajo. La
colectivización empezó inmediatamente después de la Revolución
Socialista de Octubre, y en lo fundamental se llevó a cabo durante los
años de los dos planes quinquenales anteriores a la guerra. Gracias a
la colectivización de la agricultura, la U.R.S.S., país de pequeñas y
atrasadas haciendas campesinas, pasó a ser un país de agricultura
avanzada, con empresas grandes, mecanizada y de elevada productividad
mercantil. En el Programa del P.C.U.S., se indica que “el paso del
campo soviético a la gran hacienda socialista significó una gran
revolución en las relaciones económicas, en todo el modo de vida del
campesinado. La colectivización liberó para siempre al campo del yugo
de los kulaks, de la diferenciación de clases, de la ruina y de la
miseria. Sobre la base del plan cooperativo de Lenin, el secular
problema campesino encontró su solución auténtica”. Actualmente, en
varios países socialistas se ha llevado a término en lo fundamental la
cooperación de las haciendas campesinas.

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