Cálculo económico

DEP-BZM

CÁLCULO ECONÓMICO:

método de gestión económica planificada en las empresas socialistas
basado en la confrontación monetaria de los gastos y resultados de la
actividad económica propia en la compensación de los gastos de las
empresas mediante sus propios ingresos, en la rentabilidad, en el
interés material y en la responsabilidad de la empresa y de sus
trabajadores. Las empresas organizadas según el principio del cálculo
económico se diferencian de las empresas o instituciones cuyos gastos
se cubren mediante asignaciones presupuestarias, en que los gastos
derivados de la actividad de la empresa se han de cubrir con los
recursos obtenidos mediante la realización del producto fabricado, y
los beneficios han de tener el mismo origen.

En el cálculo económico encuentran su reflejo las relaciones
económicas que existen: 1) entre las empresas y el Estado socialista,
2) entre las propias empresas, 3) entre las empresas y su personal.
El cálculo económico se basa en la utilización de todo el sistema de
leyes económicas del socialismo. Su vínculo más estrecho se da con la
ley económica fundamental del socialismo, con la ley del desarrollo
planificado de la economía nacional y con la ley del valor. Para
aplicar el cálculo económico, son indispensables varias condiciones.
En primer lugar, la empresa organizada sobre la base del cálculo
económico posee cierta independencia económica operativa en el marco
del plan general del Estado. Ello se manifiesta en el hecho de que
cada empresa estatal recibe del Estado socialista los medios
necesarios (básicos y rotativos) y puede utilizarlos según propia
iniciativa para aprovecharlos del mejor modo posible, y cada empresa
cooperativa es dueña de determinados medios. Para cumplir su plan de
producción, la empresa tiene derecho a concertar acuerdos económicos
con otras empresas.

La autonomía de la empresa organizada bajo el régimen del cálculo
económico encuentra también su reflejo en el derecho a recibir
créditos bancarios para hacer frente a necesidades temporales, etc.
Bajo el socialismo, la independencia de las empresas estatales posee
un carácter relativo: es una independencia en el marco de las tareas
planificadas, en la elección de las medidas concretas para cumplir el
plan. En el carácter de las relaciones reciprocas entre las empresas
y el Estado se revela con toda claridad el principio según el cual la
dirección centralizada y planificada ha de combinarse con la
iniciativa de los organismos locales. Uno de los principios del
cálculo económico estriba en el sistemático control financiero
(control por medio del rublo) de la actividad económica de las
empresas. El control por medio del rublo se lleva a cabo por otras
empresas a tenor de acuerdos económicos. Las relaciones contractuales
permiten concretar las tareas planificadas correspondientes a las
empresas. El cumplimiento de las condiciones del contrato permite dar
cima a los planes aprobados para abastecer la economía nacional de
productos de determinadas cualidades y surtidos en los plazos
necesarios. La responsabilidad de las partes por la puntual
observancia de las condiciones establecidas se fija en los contratos.
La aplicación de sanciones económicas (compensaciones multas) a la
empresa que no cumple las condiciones del contrato contribuye a que se
organice mejor la producción, a que se aplique el régimen de economías
y a que se reduzca el costo de producción.

El sistema crediticio se vale del rublo para establecer el control del
trabajo de las empresas sobre todo en el proceso de la concesión de
los créditos, que se otorgan por determinados plazos y con un fin
concreto, han de ser reintegrados y exigen el pago de un determinado
interés. Las instituciones del sistema crediticio pueden contribuir a
mejorar el trabajo de las empresas y a consolidar el régimen de
cálculo económico imponiendo sanciones crediticias y de otro tipo a
las empresas que no cumplen con puntualidad las obligaciones
contraídas. Los órganos financieros también controlan el trabajo de
las empresas al percibir las sumas del impuesto sobre la circulación y
las deducciones de las ganancias, al comprobar los estados de cuentas
de las empresas, etc. En el periodo de la edificación de la sociedad
comunista en todos los frentes, se eleva más aun la importancia del
control de la marcha de las empresas y la consolidación de su economía
por medio del rublo. Para organizar el cálculo económico es de gran
trascendencia el interés material, personal y colectivo, de los
trabajadores por los resultados de su trabajo. El interés material
por el cumplimiento del plan, por la reducción de los gastos de
producción, por el crecimiento de la rentabilidad no sólo se asegura a
través del sistema de salarios, sino, además, mediante la formación y
la utilización del fondo de la empresa, cuyo volumen se establece en
dependencia de la magnitud de la ganancia, es decir, de los resultados
de la gestión económica de la empresa. Dicho fondo se utiliza para
ampliar la producción en la empresa dada, en parte para la
construcción de casas de reposo, clubes, viviendas y para conceder
premios a los mejores trabajadores. En la U.R.S.S., el interés
material de los trabajadores de las empresas por el cumplimiento y
superación del plan, por la reducción de los costos y por el
crecimiento de la rentabilidad presupone la concesión de premios a las
empresas según los resultados de la emulación socialista en toda la
Unión Soviética, y también la entrega de premios a los dirigentes, a
los ingenieros y demás personal técnico y a los empleados por el
cumplimiento y superación de los planes en cuanto a la reducción del
coste de producción y al establecimiento de nuevos procedimientos
técnicos. El cálculo económico contribuye a que se cumplan con éxito
los planes de las empresas y, por consiguiente, el plan de la economía
nacional en su conjunto. En un grado u otro, los principios del
cálculo económico se aplican en el interior de las empresas (en los
talleres, en los sectores de producción, en las brigadas). Los
elementos fundamentales del cálculo económico interior son la
contabilidad de los gastos en forma monetaria y su cotejo con las
tareas planificadas y los resultados económicos; el estimulo material
de los trabajadores que hayan alcanzado mejores índices en la economía
de recursos y en la reducción de los costos de taller, etc. CAMBIO:
intercambio de actividades entre las personas o enajenación reciproca
de los productos del trabajo; fase de la reproducción social que
enlaza la producción y distribución por una parte (con la
particularidad de que la distribución se halla condicionada por la
producción con el consumo por otra parte. El cambio se da como una
consecuencia de la división social del trabajo. Su carácter y su
forma están determinados por el modo de producción. A su vez, el
cambio influye sobre el desarrollo de esta última. El cambio
(intercambio) de los productos del trabajo surgió inicialmente en el
régimen de comunidad primitiva con carácter casual, y se realizaba en
los puntos de contacto entre diversas comunidades. Al surgir la
propiedad privada, el intercambio de mercancías empezó a efectuarse en
el interior de la comunidad, con lo que contribuyó a desintegrarla.
Nació el cambio privado, con sus rasgos inherentes: competencia,
antagonismo, etc. El desarrollo de la división social del trabajo, de
la propiedad privada y, en consecuencia, de la producción mercantil,
hizo que el cambio se convirtiera en una forma constante —y no casual—
de relación entre los productores privados. El ulterior
desenvolvimiento de la producción mercantil y del cambio condicionó la
aparición del dinero. El cambio alcanza su punto máximo de desarrollo
en la economía capitalista, donde la producción mercantil adquiere
carácter universal y la fuerza de trabajo del hombre también se
convierte en mercancía. Bajo el socialismo, existe el cambio de
mercancías, pues se conserva la producción mercantil. Dicho cambio se
basa en la propiedad social socialista sobre los medios de producción
y en la economía planificado. En la fase superior del comunismo, no
existirá cambio de mercancías, pero se conservará, inevitablemente, el
intercambio de actividades entre los hombres.

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