Crisis general del capitalismo

DEP-BZM

CRISIS GENERAL DEL CAPITALISMO:

Estado de crisis general del sistema capitalista del mundo y que
abarca todos los aspectos de su vida económica, política e ideológica.

Abandono del capitalismo por parte de nuevos países, debilitación de
las posiciones del imperialismo en la emulación económica con el
socialismo, desintegración del sistema colonial del imperialismo,
agudización de las contradicciones de dicho sistema por el desarrollo
del capitalismo monopolista de Estado (ver) y por el crecimiento del
militarismo, intensificación de la inestabilidad interna y de la
descomposición de la economía capitalista, incremento de la lucha
entre el trabajo y el capital, inusitado reforzamiento de la reacción
política en todos sentidos, establecimiento de regímenes fascistas,
tiránicos, en varios países, honda crisis de la política y de la
ideología burguesas: en todo ello encuentra su expresión la crisis
general del capitalismo.

La crisis general del capitalismo constituye el periodo histórico “de
derrumbamiento del capitalismo en toda su extensión y de alumbramiento
de la sociedad socialista” (V. I. Lenin). El régimen burgués se halla
en esta situación hace ya aproximadamente medio siglo.

A diferencia de la crisis económica de superproducción, que surge
periódicamente y que el capitalismo supera mediante sus fuerzas
internas en el marco de la sociedad burguesa, aunque pasado cierto
tiempo se presente una nueva crisis, la crisis general del capitalismo
una vez iniciada prosigue y proseguirá ininterrumpidamente hasta que
el sistema capitalista de economía se liquide en todo el mundo como
resultado de transformaciones revolucionarias y en su lugar se
instaure el sistema socialista mundial de economía.

El rasgo principal de la crisis general del capitalismo estriba en que
el mundo se halla escindido en dos sistemas sociales opuestos: el
socialista y el capitalista.

Como quiera que la crisis general del capitalismo abarca un largo
período histórico, durante este tiempo tiene lugar un doble proceso.
Por una parte, mediante la revolución socialista, los países se van
desprendiendo, uno tras otro, del sistema capitalista mundial, el
capitalismo se va debilitando, se reduce la esfera en que el capital
domina, aumentan y se ahondan todas las contradicciones del sistema
capitalista de economía mundial, a la vez que se acentúan los aspectos
reaccionarios de este sistema social agonizante y en descomposición.

En la época de la crisis general del capitalismo, se ha desarrollado
en gran escala el capitalismo monopolista de Estado, el imperialismo
ha entrado en su período de declinación y muerte. Por otra parte,
crece y se fortalece el sistema mundial del socialismo, la esfera en
que se extiende el modo socialista de producción alcanza a un número
cada vez mayor de países, demostrando la superioridad del socialismo
sobre el capitalismo.

La crisis general del capitalismo ha recorrido dos etapas y ahora se
encuentra en la tercera. La primera etapa comienza con la Gran
Revolución Socialista de Octubre y la primera guerra mundial. Dura
más de 20 años hasta el estallido de la segunda guerra mundial.
Durante estos años surgió el primer Estado socialista del mundo: la
Unión Soviética. La U.R.S.S., único país socialista y cercado por
países capitalistas hostiles se convirtió en una gran potencia
industrial que pasó a ocupar el segundo lugar en el mundo por el nivel
del desarrollo económico. En el curso de la segunda guerra mundial y
de las revoluciones socialistas en varios países de Europa y Asia,
transcurre la segunda etapa de la crisis general del capitalismo. El
resultado fundamental de esta etapa estriba en que el capitalismo
retrocede sensiblemente y el mundo del socialismo se amplia en gran
medida. Se forma el sistema socialista mundial. Bajo los golpes del
movimiento de liberación nacional de los pueblos oprimidos, se inicia
la desintegración del sistema colonial del imperialismo. Se produce
una nueva e importante debilitación del capitalismo. En la
actualidad, el capitalismo mundial ha entrado en una nueva etapa — la
tercera— de su crisis general.

La peculiaridad distintiva fundamental de dicha etapa es la de haberse
iniciado (alrededor de 1955) y haberse desarrollado no en relación con
una guerra mundial, como ocurrió con las dos etapas anteriores, sino
en tiempos de paz. Ahora, el contenido principal, la orientación
principal y las peculiaridades principales del desarrollo histórico de
la humanidad se hallan determinados por el sistema socialista mundial,
por las fuerzas que luchan contra el imperialismo y por la
reorganización socialista de la sociedad. Una poderosa oleada de
revoluciones de liberación nacional ha provocado la desintegración del
sistema colonial del imperialismo. De sus ruinas han surgido decenas
de nuevos estados jóvenes que han arrojado de sus hombros el yugo del
imperialismo y han emprendido la vía de su desarrollo independiente.

El imperialismo ha perdido definitivamente y para siempre el dominio
absoluto que del mundo había tenido, la correlación de fuerzas entre
los sistemas socialista y capitalista ha cambiado radicalmente en
favor del socialismo y en perjuicio del capitalismo. El haberse
liquidado el régimen capitalista en un gran número de países, el
desarrollo y la consolidación del sistema socialista mundial, la
desintegración del sistema colonial y el hundimiento de los viejos
imperios, la ruptura, ya iniciada, de la estructura colonial que
presentaba la economía de los países liberados del imperialismo, la
ampliación de los nexos económicos entre estos países y el mundo del
socialismo, todo ello hace más profunda la crisis de la economía
capitalista mundial.

La existencia de los dos sistemas sociales opuestos va unida a las
contradicciones que entre ellos se dan, a su lucha política e
ideológica. Hoy, cuando las fuerzas del socialismo, de la paz y de la
democracia superan a las fuerzas del imperialismo, la guerra no es
totalmente inevitable, existe la posibilidad real de evitarla
desplegando la lucha de los pueblos contra las fuerzas militantes del
imperialismo, que procuran desencadenar una nueva guerra mundial. El
rumbo general de los países socialistas en el terreno de las
relaciones internacionales con los países del mundo capitalista lo
constituye el principio de la coexistencia pacífica de los estados con
distinto régimen económico—social y en establecer, sobre dicha base,
la emulación económica, en la que el socialismo alcanza una victoria
tras otra.

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