Fuerza de trabajo

DEP-BZM

FUERZA DE TRABAJO:

Capacidad del hombre para trabajar, conjunto de fuerzas físicas y
espirituales de que el hombre dispone y que utiliza en el proceso de
producción de los bienes materiales.

La fuerza de trabajo es la condición fundamental de la producción en
toda sociedad. En el proceso de producción, el hombre no sólo actúa
sobre la naturaleza que le rodeo, sino que desarrolla, además, su
experiencia productiva, sus hábitos de trabajo.

En las sociedades antagónicas de clase, los obreros carecen de medios
de producción y son explotados. Las formas en que la fuerza de
trabajo se explota dependen del tipo de propiedad imperante. Bajo el
capitalismo, la fuerza de trabajo se conviene en una mercancía. Las
condiciones necesarias para que la fuerza de trabajo se convierta en
mercancía son: 1) la libertad personal del individuo, la posibilidad
de disponer de su fuerza de trabajo; 2) la carencia de medios de
producción en lo que respecta al trabajador, la necesidad de vender la
capacidad de trabajo para obtener medios de subsistencia. Bajo el
capitalismo, la fuerza de trabajo, como cualquier otra mercancía,
posee valor y valor de uso.

El valor de la fuerza de trabajo se determina por el valor de los
medios de vida indispensables para mantener la normal capacidad de
trabajo de su poseedor y sostener a los miembros de su familia, y
también por los gastos que implica el aprendizaje del obrero. Con el
desarrollo de la sociedad, el valor de la fuerza de trabajo cambia de
magnitud, dado que se modifican el nivel de las necesidades y la
cantidad de medios de vida necesarios al obrero y a su familia;
también cambia el valor de dichos medios de vida a causa del avance de
las fuerzas productivas. Así, por ejemplo, el valor de la fuerza de
trabajo de un obrero inglés en nuestros días es esencialmente distinto
de lo que era a mediados del siglo XIX.

Las diferencias de nivel en el desarrollo económico, las
peculiaridades nacionales e históricas de los países, así como las
condiciones naturales y climáticas hacen que el valor de la fuerza de
trabajo en los diferentes países presente diferencias esenciales. A
medida que la producción progresa, se registra una tendencia general a
que se eleve el nivel de las necesidades del obrero y aumente el valor
de la fuerza de trabajo. El precio de esta fuerza tiende a situarse
por debajo de su valor, lo cual se halla condicionado por el aumento
del paro forzoso. Los capitalistas procuran reducir al mínimo las
necesidades materiales y culturales de los trabajadores disminuyendo
los salarios.

El valor de uso de la mercancía fuerza de trabajo estriba en la
facultad que posee el obrero de crear, en el proceso de trabajo, un
valor que supera al de la propia fuerza de trabajo, es decir, estriba
en la facultad de proporcionar plusvalía (ver). En la facultad que la
fuerza de trabajo posee de crear plusvalía reside el principal interés
del capitalista. Únicamente en ello ve el capitalista el sentido de
comprar y consumir fuerza de trabajo.

En la sociedad socialista, la fuerza de trabajo no es una mercancía.
Gracias al dominio de la propiedad social sobre los medios de
producción, los trabajadores, en dicha sociedad, son los dueños de
todas las riquezas. Las relaciones entre los obreros y el Estado
socialista, así como con las uniones cooperativas, se establecen sobre
la base de la utilización planificada de los recursos de trabajo en
interés de todos los miembros de la sociedad. Las relaciones
socialistas de producción hacen posible el desarrollo integral de las
facultades físicas y espirituales de los trabajadores, la incesante
elevación de su nivel cultural y técnico y de su bienestar material.

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