DEP-BZM
LEY DE LA DESIGUALDAD DEL DESARROLLO ECONÓMICO Y POLÍTICO DE LOS PAÍSES CAPITALISTAS EN EL PERÍODO DEL IMPERIALISMO
Ley objetiva del desarrollo económico y político del capitalismo
monopolista descubierta por Lenin; según dicha ley, el desarrollo
económico y político de unos países capitalistas respecto a otros se
produce a saltos: unos países refuerzan sus posiciones en el mercado
mundial a costa de otros, el mundo ya, repartido se reparte de nuevo
periódicamente en consonancia con la nueva correlación de fuerzas dada
en el mundo capitalista.
La desigualdad en el desarrollo de la economía capitalista, debido a
la existencia de la propiedad privada capitalista a la anarquía de la
producción, es inherente al régimen capitalista en todas las etapas de
su vida. Sin embargo, en el período premonopolista, cuando en su
inmensa mayoría las empresas eran pequeñas y dominaba la libre
competencia, el desenvolvimiento del capitalismo siguió un curso más o
menos regular, sin saltos bruscos ni conflictos bélicos.
Con la transición al imperialismo, se aceleró a ritmos gigantescos el
proceso de concentración de la producción y del capital, el progreso
de la técnica alcanzó un alto nivel, en la industria comenzaron a
dominar los monopolios y el capital financiero, apareció la necesidad
de exportar capital; había terminado ya el reparto territorial y
económico del mundo entre las potencias imperialistas y se entabló
entre ellas una lucha durísima por un nuevo reparto del mismo. En
estos condiciones, los países que han emprendido más tarde que otros
el camino del desarrollo capitalista, utilizando nuevos métodos de
producción y los resultados del progreso técnico cada vez más
acelerado, intentan adelantar a sus rivales, conquistar el monopolio
del mercado mundial y el dominio político en tal o cual zona del
mundo. La exportación de capitales a otros países acentúa el carácter
irregular, a saltos, del desarrollo. A medida que se pasa al
imperialismo, la desigualdad del desarrollo de los países se convierte
en una importante causa de que se agraven las contradicciones entre
las potencias imperialistas, potencias que en su afán de superar a sus
contrincantes, recurren a la lucha bélica. De este modo han surgido
las dos guerras mundiales.
Después de la primera, se fundó el primer Estado socialista del mundo:
la U.R.S.S. Después de la segunda, se desgajaron del imperialismo
varios países de Europa y Asia y emprendieron el camino del
socialismo. Decenas de países que habían sido colonias han
conquistado su independencia política, ante ellos se ha abierto la vía
del desarrollo no capitalista.
Partiendo de la ley de la desigualdad del desarrollo económico y
político del capitalismo, Lenin llegó a la conclusión de que era
posible la victoria de la revolución socialista primero en varios
países e incluso en uno solo. El ulterior avance de la revolución
socialista mundial se produce por medio del desprendimiento de otros
países del sistema capitalista. Sobre todo después de formarse el
sistema socialista mundial y de haberse convertido en el factor
decisivo del desarrollo de la humanidad, las revoluciones socialistas
pueden producirse tanto en formas violentas como en formas pacificas.
La desigualdad del desarrollo económico y político del imperialismo y
el consiguiente hecho de que en los diferentes países la victoria del
socialismo no coincida en el tiempo, hacen objetivamente necesaria la
coexistencia pacífica de estados con distintos sistemas sociales y la
emulación económica entre unos y otros. Inspirándose en la doctrina
leninista de la coexistencia pacífica a Unión Soviética y los demás
países socialistas mantienen en la esfera internacional una porfiada
lucha por evitar una nueva guerra y por consolidar la paz en todo el
mundo. Ahora bien mientras exista el imperialismo, no se interrumpe
la acción de la ley de la desigualdad del desarrollo económico y
político del capitalismo, tan sólo se modifica la forma en que se
manifiesta. En la etapa actual -la tercera- de la crisis general del
capitalismo, el nuevo reparto de las esferas de influencia de los
estados imperialistas se lleva a cabo a través de distintas
organizaciones internacionales, monopolistas de Estado («Mercado
común», «Euratom» y otras) que se convierten en focos de agudas
fricciones y conflictos.