Ley de la distribución con arreglo al trabajo

DEP-BZM

LEY DE LA DISTRIBUCIÓN CON ARREGLO AL TRABAJO

Ley económica objetiva del socialismo; expresa las relaciones de
distribución de los bienes materiales para el consumo personal.

Según esta ley, en la primera fase del comunismo dichos bienes se
distribuyen entre los trabajadores en consonancia con la cantidad y la
calidad del trabajo invertido por cada uno de ellos en la producción
social.

En la sociedad burguesa, cuya base económica radica en la propiedad
privada capitalista sobre los medios de producción, los productos del
trabajo se distribuyen de modo que el capitalista recibe un máximo de
ganancias, y el obrero, el valor de su fuerza de trabajo (ver).

En la sociedad socialista, donde los medios de producción pertenecen a
los productores mismos, los bienes materiales se distribuyen en
interés de los trabajadores con el fin de que alcancen éstos un mayor
bienestar. Refiriéndose a la sociedad socialista, Engels escribió:
“La distribución, en cuanto gobernada por razones puramente
económicas, se regulará por el interés de la producción, y ésta se
verá fomentada mayormente por un régimen de distribución que permita a
todos los miembros de la sociedad desarrollar, mantener y ejercitar,
en el mayor número posible de aspectos, sus capacidades”. Bajo el
socialismo, este modo de distribución sólo puede ser la distribución
con arreglo al trabajo, pues el nivel dado de las fuerzas productivas
y el carácter mismo del trabajo, que no se ha convertido todavía en la
primera necesidad vital del hombre, no permiten establecer la
distribución a tenor de las necesidades. En estas condiciones, la
distribución según las necesidades llevaría a abolir el estimulo para
incrementar y perfeccionar la producción, a consumir las riquezas
sociales y a destruir las fuerzas productivas. Tampoco es posible, en
régimen socialista, establecer una distribución igualitaria de modo
que el producto se reparta por partes iguales entre los trabajadores
independientemente del grado en que participen en la producción
social. La igualdad en el pago del trabajo es una rémora para
perfeccionar y ampliar la producción, fomenta entre los trabajadores
una actitud de indiferencia ante el trabajo, ante la economía social,
a cuyo desarrollo causa, por ende, un sensible daño.

El modo socialista de distribución, haciendo depender de la cantidad y
la calidad del trabajo la magnitud de la remuneración, estimula a los
trabajadores a elevar el nivel técnico de la producción, a mecanizarla
y automatizarla, a introducir una tecnología y una organización del
trabajo progresivas; crea el interés material de los trabajadores por
elevar su preparación, su nivel cultural y técnico, contribuye a
robustecer la disciplina de trabajo y tecnológica interesando personal
y materialmente al trabajador en el desarrollo de la producción, la
distribución con arreglo al trabajo permite combinar de manera justa
los intereses personales y sociales de los trabajadores.

El régimen socialista, a la par del interés material, crea asimismo
poderosos estímulos morales para perfeccionar y aumentar la
producción, despierta en los trabajadores el espíritu de emulación, y
el espíritu creador. El interés material personal y los estímulos
morales por el trabajo constituyen una enorme ventaja del socialismo
frente al capitalismo.

La ley de la distribución con arreglo al trabajo actúa tanto en el
sector estatal de la economía del país como en el
cooperativokoljosiano. No obstante, las formas en que se manifiesta
en uno y otro sector presentan peculiaridades propias, cosa que se
explica por las diferencias entre las dos formas de propiedad
socialista. Cuando la propiedad es estatal (de todo el pueblo), la
ley de la distribución con arreglo al trabajo se aplica mediante el
sistema de salarios. Cuando la propiedad es cooperativo – koljosiana,
la ley indicada se aplica distribuyendo los ingresos por jornadas de
trabajo (“trudodni”) o directamente según las tarifas en dinero
vigentes en el koljós dado. Parte de los bienes materiales destinados
al consumo no productivo (incluido el consumo personal) se distribuye,
bajo el socialismo, independientemente (o casi independientemente) de
las inversiones de trabajo de los miembros de la sociedad. Esta
distribución se efectúa a través de los fondos sociales de consumo
(ver).

A medida que se avance hacia el comunismo, el peso específico de
dichos fondos aumentará. En el comunismo completo, cuando las fuerzas
productivas proporcionen la abundancia de bienes materiales y el
trabajo se convierta en la primera necesidad vital de todos los
hombres, la ley de la distribución con arreglo al trabajo perderá por
completo su vigencia y la sociedad podrá llevar a la práctica el
principio: “De cada uno, según su capacidad a cada uno, según sus
necesidades”.

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