Proletariado

DEP-BZM

PROLETARIADO

Clase formada por los obreros asalariados de la sociedad capitalista;
carecen de propiedad sobre los medios de producción y, por ello,
estar, obligados a vender su fuerza de trabajo (ver) a los
capitalistas.

En el proceso de producción el proletariado crea la plusvalía, que es
la fuente del enriquecimiento de la burguesía, segunda clase
fundamental de la sociedad capitalista. Su explotación por la
burguesía origina contradicciones irreconciliables entre ellos, y la
lucha de clases.

El proletariado ligado a la gran producción maquinizada, es la única
clase consecuentemente revolucionaria de la sociedad capitalista y
esta llamada a encabezar a todos los trabajadores en la lucha contra
el capitalismo a convertirse en el sepulturero del régimen capitalista
y en el creador del comunismo. Al luchar por emanciparse de la
explotación capitalista, el proletariado forja sus organizaciones de
clase, cuya forma superior son los partidos comunistas.

Los partidos comunistas dirigen la lucha de clase del proletariado
lucha que se sostiene en la esfera económica, política e ideológica y
para ello se apoyan en la teoría marxista-leninista. A medida que el
capitalismo se desarrolla, la lucha clasista del proletariado adquiere
carácter internacional y crea las condiciones para que los proletarios
de todos los países se unan, para que se establezcan entre ellos lazos
de solidaridad En la lucha contra la burguesía, el proletariado actúa
como dirigente de todas las masas oprimidos y explotadas de la
sociedad capitalista.

Cumpliendo su misión histórico – mundial, el proletariado, por medio
de la revolución socialista pone fin al dominio de la burguesía y de
los terratenientes suprime la propiedad capitalista sobre los medios
de producción e instaura la propiedad socialista. Vencedor en la
revolución, el proletariado establece su dictadura, cuyo principio
supremo es el de la alianza con el campesinado. La dictadura del
proletariado es el arma fundamental para la edificación del
socialismo. Con la victoria de la revolución socialista cambian la
situación y el papel del proletariado en la sociedad: éste deja de ser
una clase oprimida y se convierte en clase obrera liberada de todo
yugo y explotación, dueña -junto con los demás trabajadores de la
sociedad socialista- de las riquezas todas del país.

La clase obrera es la única clase de la historia que no aspira a
perpetuar su dictadura. Asegurados la victoria plena y definitiva del
socialismo y el paso de la sociedad soviética a la edificación del
comunismo en todos los frentes, la dictadura del proletariado en la
U.R.S.S., ha cumplido su misión histórica y, desde el punto de vista
del desenvolvimiento interior, ha dejado de ser necesaria. El Estado
de la dictadura del proletariado en la etapa actual de la edificación
comunista, se ha convertido en Estado de todo el pueblo, expresión de
los intereses y de la voluntad de todo el pueblo soviético. Siendo,
como es, la fuerza más avaluada y organizada de la sociedad
socialista, la clase obrera cumple también su función dirigente en el
período de la edificación desplegada del comunismo en la U.R.S.S.

No figura en el Diccionario filosófico marxista · 1946

No figura en el Diccionario filosófico abreviado · 1959

Diccionario filosófico · 1965:379

Proletariado

Es una de las clases fundamentales de la sociedad capitalista; carece
de propiedad sobre los medios de producción y se ve obligada a vender
su fuerza de trabajo para proporcionarse los medios de
subsistencia. El proletariado surgió en el seno de la sociedad
feudal. El desarrollo del capitalismo está acompañado de la
descomposición de la pequeña producción mercantil, del empobrecimiento
de los campesinos y artesanos, que engruesan las filas del
proletariado; su explotación aumenta en grado inconmensurable con el
desarrollo de las fuerzas productivas del capitalismo. La conciencia
de clase del proletariado madura en el proceso de la lucha de
clases. Aquél crea sus organizaciones (partido comunista u obrero,
sindicatos, etc.) para luchar contra la burguesía, y en su lucha no
sólo defiende y expresa sus intereses, sino, además, los intereses de
todos los trabajadores. El proletariado es la única clase
verdaderamente revolucionaria de la sociedad capitalista, es el
portador de la ideología comunista, y se propone aniquilar el régimen
burgués mediante la revolución socialista y la conquista del poder
político. Su objetivo principal estriba en edificar la sociedad
socialista y comunista. En las condiciones actuales, la
proletarización de la sociedad capitalista continúa. Se intensifica la
contradicción entre proletariado y burguesía monopolista. Se
convierten en aliados del proletariado amplias capas de trabajadores:
el campesinado, una parte importante de la intelectualidad y otras
capas de la población. En lucha contra el imperialismo, crece y se
cohesiona el proletariado de los países coloniales y dependientes. Con
la victoria de la revolución socialista, el proletariado se convierte
de una clase sometida, explotada, carente de propiedad sobre los
medios de producción, tal como era bajo el capitalismo, en una clase
obrera dueña del país con plenos derechos, que trabaja para sí, para
toda la sociedad. Por ser la clase más avanzada y más organizada,
unida a la propiedad de todo el pueblo, asume la dirección de las
demás capas de la población. En la construcción del socialismo y del
comunismo, la clase obrera actúa en alianza con los campesinos
trabajadores, a los que transmite la experiencia de la organización
del trabajo en la producción industrial, que se basa en la disciplina
consciente, en la iniciativa creadora, en la ayuda mutua, sin
reservas; es ejemplo de lucha consecuente en pro de nuevas formas de
trabajo socialista y comunista, de nuevas formas de vida.

Diccionario de comunismo científico · 1981:184-186

Hegemonía del proletariado

La hegemonía del proletariado es la dirección, por parte de la clase
obrera, de las amplias masas trabajadoras en la lucha por la
transformación revolucionaria de la sociedad, una de las leyes
fundamentales de la transición del capitalismo a la formación
económico-social comunista (véase Misión histórica del proletariado).

La estructura social de la sociedad capitalista comprende, además de
la clase obrera y de los capitalistas, otras clases y sectores de la
población (campesinos, granjeros, pequeña burguesía y elementos
semiproletarios de la ciudad, funcionarios, diferentes grupos de
intelectuales). Objeto de la opresión capitalista, estos sectores
también están interesados, en su inmensa mayoría, en la supresión del
capitalismo y en el afianzamiento del socialismo, pero no siempre
tienen conciencia de sus intereses de clase o no los perciben clara y
completamente. Estas clases y capas sociales en su mayor parte están
aisladas por las condiciones de vida y de trabajo; muchas de ellas se
someten fácilmente a la influencia de conceptos e ideas triviales,
frecuentemente son cautivos espirituales de la burguesía, revelan
inestabilidad y vacilación en la lucha de clases. En virtud de su
situación en el sistema de producción social, de su espíritu
revolucionario, de su organización y de su conciencia, la clase obrera
comparece como aliado natural y guía de todas las capas de la
población oprimidas, desamparadas y perjudicadas por el
capitalismo. La clase obrera agrupa a su alrededor a todas ellas en
las luchas por los intereses tanto inmediatos como mediatos, ayuda a
proporcionar una firme línea política en las actuaciones de los
trabajadores, y a dirigirlas por el cauce común de los combates contra
el gran capital, contra el imperialismo y contra la reacción. En los
países donde se ha formado como clase y ha llegado a ser una fuerza
política independiente, el proletariado es capaz de desempeñar también
el papel hegemónico en movimientos de masas que no se proponen la
transformación socialista de la sociedad: en las revoluciones
democrático-burguesas y de liberación nacional; en el movimiento de la
paz; en las acciones por las libertades democráticas, etc., lo cual
dota a estos movimientos de mayor profundidad y envergadura,
multiplica su radicalismo y crea las condiciones para transformar las
revoluciones democrático-burguesas y de liberación nacional en
revoluciones socialistas. La clase obrera atrae al movimiento
revolucionario a otros segmentos del pueblo trabajador contagiándolos
con el ejemplo propio y respaldando activamente sus manifestaciones
revolucionarias. La clase obrera es la iniciadora de organizaciones de
masas de los trabajadores que se convierten en órganos de lucha
revolucionaria (Soviets, organizaciones del frente popular, del frente
patriótico, del frente nacional, de los partidarios de la paz,
organizaciones democráticas femeninas y juveniles, etc.). Incorporadas
al movimiento revolucionario, las capas democráticas del pueblo
adoptan también los métodos de combate proletarios (por ejemplo, las
huelgas).

Como subrayó Lenin, el terreno más importante de la lucha por la
hegemonía del proletariado es la política. La renuncia a la política,
como predican los “economistas” y los anarcosindicalistas, socava la
base de la hegemonía del proletariado. De cara a una radical
reestructuración estatal, la clase obrera plantea temas de nivel
nacional, actúa como representante de todo el pueblo. Sólo dinámicas
acciones políticas y la defensa de los intereses de todo el pueblo por
parte de la clase obrera son capaces de atraer al lado de ésta a las
masas pequeñoburguesas indecisas e inestables, de substraerlas a la
influencia de la burguesía. La principal fuerza dirigente en la
conquista de la hegemonía del proletariado y de su realización
consecuente es un partido marxista-leninista. Este partido representa
a la clase obrera en sus relaciones con las otras clases y capas
sociales, elabora sobre una base científica la estrategia y la táctica
de la lucha de clases, educa políticamente a las masas, organiza y
coordina la actividad política de la clase obrera y de sus
aliados. Ahora bien, los partidos comunistas no imponen la hegemonía
del proletariado a otras fuerzas y partidos sociales, sino que
combaten por la hegemonía del proletariado agrupando a todas estas
fuerzas alrededor de la clase obrera con respeto hacia su
independencia política y organizativa. El Documento Final de la
Conferencia de Berlín de los Partidos Comunistas y Obreros de Europa
señala que los comunistas “se manifiestan por un diálogo constructivo
con todas las fuerzas democráticas –conservando éstas totalmente su
originalidad e independencia–, para lograr una colaboración fructífera
en la lucha por la paz, por la seguridad y por el progreso social”.

La hegemonía del proletariado con respecto a las masas trabajadoras
subsiste incluso después de la conquista del poder político por la
clase obrera: actúa bajo la forma de dirección estatal y política de
la sociedad por parte de la clase obrera con el fin de construir el
socialismo (véase Dictadura del proletariado).

Hoy día, las dimensiones y las posibilidades de la hegemonía del
proletariado en el movimiento revolucionario de liberación se han
ampliado mucho. Es el resultado del incremento experimentado por la
clase obrera en número, potencia política y autoridad; resultado de la
influencia cada vez más amplia que ejerce la clase obrera
internacional y su principal conquista –el sistema socialista
mundial–sobre todos los destacamentos del movimiento de liberación. El
ejemplo vivo del socialismo, el cambio de la correlación de fuerzas en
la esfera mundial a favor de la clase obrera internacional, a favor
del socialismo, y la ayuda y el apoyo de los países socialistas se
reflejan en las posiciones políticas y en el comportamiento de la
democracia pequeñoburguesa que dirige en una serie de países las
revoluciones de liberación nacional. Los demócratas revolucionarios de
los países liberados del colonialismo resultan capaces de llevar a
cabo transformaciones económico-sociales progresistas de carácter
transitorio que crean la base para el avance de estos países por un
camino de orientación socialista.

Uno de los resultados de las conquistas históricas mundiales de la
clase obrera internacional es la ampliación de los componentes de las
fuerzas multitudinarias de la izquierda que combaten por la democracia
y por el socialismo, cosa que testimonian las masivas acciones
anticapitalistas de la juventud, de los estudiantes, de las capas de
la pequeña burguesía urbana y de diferentes grupos de intelectuales
progresistas. Interpretando falsamente estas tendencias, los ideólogos
del reformismo y del revolucionarismo de “izquierda” sostienen que la
hegemonía en el movimiento revolucionario ha pasado de la clase obrera
a estas capas y grupos, a las denominadas “nuevas izquierdas”; que la
clase obrera ha perdido el espíritu revolucionario y se ha disuelto en
una denominada “clase media”. Pero la experiencia real de la lucha
revela frecuentemente el amorfismo político y organizativo, la
inestabilidad, la vaguedad ideológica de las acciones de los grupos
radicales de la pequeña burguesía, la juventud, los estudiantes y los
intelectuales. Aisladas del movimiento obrero de masas, estas
acciones, como regla general, se convierten en motines anarquistas, en
corrientes nacionalistas, en aventuras extremistas armadas
sentenciadas a una inevitable derrota, o degeneran en vulgares
corrientes reformistas. Las fuerzas no proletarias de izquierda se
transforman en un importante factor del movimiento revolucionario sólo
unidas a la clase obrera, la cual comunica al movimiento estabilidad y
carácter de masas y le organiza un rumbo político estable y
realista. El aumento del peso relativo y de la influencia de los
funcionarios, del personal técnico-científico y de los estudiantes en
la estructura social de la sociedad capitalista, lejos de reducir,
amplía notablemente la base clasista de la hegemonía del
proletariado. Por su situación, intereses y posiciones, estos sectores
y capas intermedias de la actual sociedad burguesa se acercan cada vez
más a la clase obrera. La alianza de la clase obrera con las capas no
proletarias en favor de profundas transformaciones democráticas se
convierte en una de las condiciones más importantes de realización de
la hegemonía del proletariado en la lucha por el socialismo.

Diccionario de filosofía · 1984:351

Proletariado

Véase Clase obrera.

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