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TRABAJO PRODUCTIVO Y TRABAJO NO PRODUCTIVO, EN EL SOCIALISMO:
trabajo socialmente útil, en la sociedad socialista, que se distingue
por el carácter de los resultados concretos.
Bajo el socialismo, todos los tipos de actividad laboral que
satisfagan las necesidades de la sociedad, materiales o culturales son
socialmente útiles, necesarios, y en la misma medida honrosos. Ahora
bien, los resultados concretos de esta actividad son diversos, y se
plasman en una enorme multiplicidad de bienes materiales, servicios y
valores espirituales. La división más general de los tipos concretos
de trabajo en relación con sus resultados parte de la relación del
trabajo con la creación de los bienes materiales. Bajo el socialismo,
todo trabajo orientado hacia la creación de bienes materiales y, por
ende, del producto necesario y del plusproducto es trabajo productivo.
La clasificación del trabajo en productivo y no productivo, bajo el
socialismo es por su esencia y por principio distinta de la
clasificación análoga para el régimen capitalista.
Como quiera que, bajo el capitalismo, la finalidad de la producción
social estriba en crear plusvalía, en dicho régimen aparece como
productivo cualquier trabajo que proporcione plusvalía al capitalista,
independientemente del lugar en que el trabajo se aplique.
En el régimen socialista, la clasificación del trabajo en productivo y
no productivo se desprende de la necesidad objetiva de satisfacer lo
más plenamente posible las necesidades tanto materiales como
espirituales de la sociedad y tiene grandísima importancia práctica
para determinar las proporciones en la distribución del trabajo social
entre la esfera de la producción material y la esfera no productiva.
La esfera de la producción material (industria, agricultura,
transporte, comunicaciones, etc.) es aquella en que se aplica sobre
todo el trabajo productivo; en ella, el peso específico del trabajo no
productivo es relativamente pequeño (funciones del personal en la
contabilidad, protección de la propiedad socialista y otras).
En la esfera no productiva (ciencia, instrucción, sanidad, cultura,
gestión social, fuerzas armadas, etc.) se aplica, sobre todo, el
trabajo no productivo; en esta esfera pertenece al trabajo productivo
tan sólo una pequeña parte de las inversiones laborales (preparación
de modelos de máquinas, aparatos y materiales en la ciencia; de
diversos medicamentos en sanidad etc.).
A medida que se desarrollan las fuerzas productivas y crece la
productividad del trabajo social, la relación entre las inversiones de
trabajo en la esfera de la producción material y las realizadas en la
esfera no productiva, cambia en favor de esta última. Esto significa
que aumenta el peso específico del trabajo socialmente útil en las
zonas de la esfera no productiva dedicadas a satisfacer las
necesidades de la sociedad con toda clase de servicios y valores
espirituales. Por otra parte, la sociedad socialista reduce sin cesar
las inversiones de trabajo no productivo en la producción material, en
el aparato administrativo y en las fuerzas armadas, a las que
suprimiría por completo si no hubiera que hacer frente al militarismo
y la política agresiva del imperialismo con la consiguiente amenaza de
guerra.
El desarrollo planificado de la sociedad socialista permite establecer
para cada período concreto una correlación óptima entre el trabajo
productivo y el no productivo teniendo en cuenta el nivel existente de
las fuerzas productivas y las necesidades de la sociedad. Durante la
creación de la base material y técnica del comunismo a medida que las
relaciones sociales socialistas se vayan transformando en comunistas
irá aumentando más aun la proporción de trabajo socialmente útil en
las ramas de la esfera no productiva. Ello no menoscaba en lo más
mínimo la importancia del trabajo productivo, que siempre será la
fuente de todos los bienes materiales y, por consiguiente, condición
principal de existencia de la sociedad.