4-Anarquismo

Anarquismo

No figura en el Diccionario filosófico marxista · 1946

Diccionario filosófico abreviado · 1959:16-17

(Del griego, άν: negación; άρχή: autoridad.) Ideología de la
pequeño-burguesía y del lumpen-proletariado. Hostil al comunismo
científico, el anarquismo preconiza la supresión del Estado y del
poder político independientemente de las condiciones históricas. Los
anarquistas se declaran enemigos del poder del Estado en general, pero
son particularmente hostiles a la dictadura del proletariado. Bajo
pretexto de negar todo poder político, subordinan “…la clase obrera a
la política burguesa…” (Lenin, Obras, Ed. rusa). El anarquismo,
decía Lenin, no ha ofrecido más que frases generales contra la
explotación; ignora las causas de la explotación, no ve que la
evolución conduce al socialismo, no comprende la “…lucha de clases
como fuerza creadora capaz de instaurar el socialismo” (Ibíd.).

Existen diversas variedades de anarquismo: anarco-individualismo,
anarco-sindicalismo, anarco-comunismo. El anarco-individualismo
constituye la forma extrema. Kaspar Schmidt (1806-1856) (más conocido
por el seudónimo de Max Stirner), uno de los primeros ideólogos de
esta doctrina en Alemania, escribía: “Para mí, no existe nada por
encima de mí… Declaro la guerra a todo Estado por más democrático que
fuere”. Proudhon (ver) (1809-1865) con sus teorías anarquistas de
“mutualidad de servicios”, de libre contrato de individuos autónomos,
trataba de inculcar el anarquismo a la clase obrera de Francia y otros
países. Los proudhonianos preconizaban la idea utópica y
pequeño-burguesa de un “Banco del pueblo” por medio del cual los
obreros permutarían los productos de su trabajo, lo que permitiría
suprimir la explotación del hombre por el hombre dentro del marco del
régimen burgués. Esta idea hacía el juego de la burguesía, puesto que
desviaba a la clase obrera de la lucha por el poder, de la revolución
socialista. Marx y Engels en sus obras: La Sagrada Familia (ver),
Ideología alemana (ver), Miseria de la filosofía (ver) fueron los
primeros en denunciar las utopías peligrosas de Max Stirner y de
Proudhon. Éste fue también vivamente criticado por el precursor de la
socialdemocracia rusa N. Chernishevski (ver).

El anarco-sindicalismo se desarrolló en Francia, en España, en Italia
y en otros países. Como todos los anarquistas, los
anarco-sindicalistas niegan la necesidad del Estado, de la dictadura
proletaria, se oponen a la lucha política y a los partidos políticos
de la clase obrera en general. Atribuyen el papel principal a los
sindicatos y consideran la huelga como el método de lucha esencial
contra la burguesía. Los anarco-sindicalistas sembraban la discordia
en el movimiento obrero, combatían el marxismo, sostenían el
trotskismo. Algunos de sus dirigentes se convirtieron en defensores
del fascismo. El célebre anarquista ruso Bakunin era enemigo de la
teoría y de la práctica del socialismo científico. Marx y Engels
lucharon implacablemente contra él y su doctrina.

Una de las variedades del anarquismo es el anarco-comunismo de P.
Kropotkin (1842-1921). Kropotkin ponía los intereses de la sociedad
por encima de los intereses egoístas del individuo, pero a fuer de
idealista en la concepción de la historia, y de adversario del
socialismo científico, colocaba en primer plano la acción moral sobre
las clases explotadoras y el gobierno.

El marxismo ha denunciado al anarquismo teórico y práctico como una
corriente fundamentalmente hostil a los intereses del proletariado y
de las masas trabajadoras. Para el anarquismo, la clave de la bóveda
reside en el individuo y en sus intereses; para el marxismo, en los
intereses de las masas laboriosas. Sólo librando a las masas de la
opresión y de la esclavitud capitalista, se puede liberar la
personalidad, crear las condiciones necesarias para el desarrollo
psíquico y espiritual del individuo. El marxismo ha demostrado la
necesidad de la revolución socialista y de la instauración de la
dictadura del proletariado para la realización del socialismo.

Ya en vísperas de la Revolución de Octubre, los anarquistas rusos, de
igual modo que los demás partidos pequeño-burgueses, constituían un
partido contrarrevolucionario. Durante la guerra civil, bajo
consignas anarquistas se disimulaban los jefes de la contrarrevolución
kulak (Majno, en Ucrania) y los mercenarios del imperialismo. Los
partidos comunistas de los países capitalistas luchan enérgicamente
contra la ideología anarquista utilizada por la burguesía con la
intención de dividir a los trabajadores.

Diccionario filosófico · 1965:13-14

(del griego άναργία: sin autoridad, sin poder.) Corriente
político-social pequeño burguesa, hostil a todo poder, incluido el de
la dictadura del proletariado; contrapone los intereses de la pequeña
propiedad privada y la pequeña economía campesina al progreso de la
sociedad apoyado en la gran producción. La base filosófica del
anarquismo es el individualismo, el subjetivismo, el voluntarismo. La
aparición del anarquismo está unida a los nombres de Schmidt
(Stirner), Proudhon y Bakunin, cuyas teorías utópicas fueron sometidas
a crítica en los trabajos de Marx y Engels. En el siglo XIX, el
anarquismo se extendió por Francia, Italia y España. El anarquismo no
va más allá de las frases generales contra la explotación, no
comprende cuáles son las causas de esta última, ni la lucha de clases
como fuerza creadora para la realización del socialismo. La negación
anarquista de la lucha política contribuye objetivamente a que la dase
obrera se subordine a la política burguesa. Lo más esencial en la
lucha contra el anarquismo radica en el problema de cómo debe proceder
la revolución frente al Estado y en el problema del Estado en general.
Los anarquistas propugnan el aniquilamiento inmediato del Estado, no
reconocen que sea posible aprovechar el Estado burgués para preparar
al proletariado con vistas a la revolución. Después de 1917, el
anarquismo en Rusia se convirtió en una tendencia
contrarrevolucionaria. Actualmente, goza de cierta influencia en
España, Italia y América Latina.

Diccionario marxista de filosofía · 1971:17

(del griego anarchia, sin principio, sin autoridad.) Corriente
políticosocial pequeñoburguesa que niega el poder estatal, toda
organización política de la sociedad. En política el anarquismo
expresa la táctica aventurera de la “acción directa” y la exigencia de
la revolución inmediata. Base social de esta corriente son las capas
pequeñoburguesas de la población (pequeños comerciantes, artesanos,
campesinos), explotadas despiadadamente por el capital. La confusión
que se apodera de estas capas de la población, apartadas de su modo
habitual de vida por el capitalismo; su incapacidad para incorporarse
a una lucha de clase organizada y sistemática, es reflejada muy bien
por la ideología del anarquismo, aparecida a mediados del siglo XIX.
Iniciadores de esta corriente fueron Stirner, Proudhon y Bakunin.
Después de la Comuna de París (en la medida en que crecía la autoridad
del marxismo en el movimiento obrero), aparece el llamado anarquismo
comunista (Kropotkin, Reclus, Grave, y otros). A fines del siglo XIX
y principios del XX surge el anarcosindicalismo, corriente que
considera los sindicatos como la única forma de unión de los obreros y
que niega la necesidad de crear el partido proletario. Base teórica
del anarquismo es el subjetivismo, la negación de las leyes objetivas
del desarrollo social, la prédica del individualismo. Los anarquistas
son enemigos de la organización y disciplina proletarias, organización
y disciplina que son absolutamente indispensables para la lucha por la
instauración de la nueva sociedad; niegan el papel dirigente del
partido proletario. De acuerdo con el criterio de los anarquistas, la
revolución implica el rompimiento de todas las formas de la vida
social, la renuncia a los valores materiales y espirituales acumulados
por la humanidad. Mientras los marxistas vinculan el socialismo con
el desarrollo de la gran producción, el ideal positivo de los
anarquistas se reduce por lo general a la utopía reaccionaria de la
pequeña producción. Característico en todas las corrientes
anarquistas es su concepción del Estado como un mal absoluto. El
anarquismo hace extensivo a cualquier estado el odio que siente la
pequeña burguesía hacia el Estado burgués defensor de los intereses de
los grandes propietarios, negando la necesidad de todo poder estatal,
incluso la dictadura del proletariado. Las ideas anarquistas en el
movimiento obrero se han difundido principalmente en aquellos países
en que existen importantes capas pequeñoburguesas. En el movimiento
estudiantil de los países capitalistas las ideas del anarquismo han
encontrado cierto eco. La actividad de los grupos anarquistas que se
apoyan, en tesis neotrotskistas y aventureras, causa daño al
movimiento obrero y democrático.

Diccionario de filosofía · 1984:16

(griego anarchia: desgobierno.) Corriente socio-política
pequeñoburguesa, que mantiene una actitud hostil hacia todo poder y
Estado y opone los intereses de la pequeña propiedad privada y la
pequeña hacienda campesina al progreso de la sociedad, basado en la
gran producción. La base filosófica del anarquismo son el
individualismo, el subjetivismo y el voluntarismo. El surgimiento del
anarquismo está vinculado con los nombres de Schmidt (Stirner),
Proudhon y Bakunin, cuyas teorías utópicas fueron sometidas a crítica
en las obras de Marx y Engels. En el siglo 19, el anarquismo, se
difundió en Francia, España e Italia. El anarquismo no va más allá de
las frases generales contra la explotación, no alcanza a comprender
las causas de la explotación ni la lucha de clases como fuerza
propulsora de la revolución socialista. La negación por el anarquismo
de la conquista del poder político por el proletariado sirve
objetivamente al sometimiento de la clase obrera a la política
burguesa. La cuestión acerca de la actitud de la revolución hacia el
Estado y sobre el Estado en general es la esencial en la lucha contra
el anarquismo. Los anarquistas exigen la destrucción inmediata del
Estado, no reconocen la posibilidad de utilizar sus instituciones con
el fin de preparar al proletariado para la revolución y niegan el
papel del Estado como instrumento de transformación socialista de la
sociedad. Después de 1917, el anarquismo en Rusia se convirtió en
corriente contrarrevolucionaria y al poco tiempo dejó de existir. En
los años 30 del siglo 20, el anarquismo gozó de una influencia
considerable en España. Después de la segunda guerra mundial, las
ideas del llamado anarquismo comunista (Kropotkin) adquirieron
difusión en Asia Oriental y en América Latina. Los estados de ánimo
anarquistas son propios de algunos movimientos juveniles de los países
capitalistas (“nuevas izquierdas”).

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