2-Autoridad

Autoridad

No figura en el Diccionario filosófico marxista · 1946

No figura en el Diccionario filosófico abreviado · 1959

Diccionario filosófico · 1965:33

Autoridad

(del latín “auctoritas”: prestigio, fuerza, poder.) Importancia e
influencia de que goza en el reconocimiento general de las personas un
individuo, un sistema de opiniones o una organización, en virtud de
determinadas cualidades y méritos. Según sea la esfera de influencia,
se distingue una autoridad política, moral, científica, etc. Un
sistema de autoridad es condición necesaria para el desarrollo
histórico-social del hacer práctico. La autoridad desempeña un
importante papel en la edificación socialista, cuando las amplias
masas de trabajadores se incorporan activamente a la obra común. El
abuso de autoridad puede llevar, en último término, a que desaparezca
la fe en ella o a la ciega subordinación que se convierte en culto a
la personalidad. El XXII Congreso del P.C.U.S. hizo hincapié en la
diferencia que existe entre la autoridad de los dirigentes y el culto
a la personalidad, e indicó que la autoridad ha de conquistarse a
través de un desinteresado servicio al pueblo, al Partido, a través de
un trabajo tenaz y de un conocimiento profundo de la obra que se
realice. Para conservar la autoridad, es necesario tener en cuenta la
opinión pública, no alejarse de las masas, basarse en la experiencia
de éstas. La crítica y la autocrítica son la condición que evita la
transformación de la autoridad en culto a la personalidad.

No figura en el Diccionario marxista de filosofía · 1971

Diccionario de filosofía · 1984:32

Autoridad

(latín autoritas: dignidad, fuerza, poder.) Importancia e influencia
generalmente reconocidas de una persona, sistema de opiniones u
organización, en virtud de determinadas cualidades y méritos. En
dependencia de la esfera y el modo de influencia se distinguen la
autoridad política, moral, científica, etc. En la sociedad dividida
en clases, el papel principal corresponde a la autoridad política y
jurídica del Estado. En las condiciones de la construcción
socialista, cuando las grandes masas trabajadoras participan
activamente en los asuntos de la sociedad, aumenta el papel de la
autoridad moral. En la filosofía burguesa contemporánea existen dos
tendencias opuestas en la interpretación de la autoridad: el
autoritarismo (prédica de la absoluta infalibilidad del portador de la
autoridad), que se manifestó en sus formas extremas en la ideología
del fascismo (culto al führer), o la negación nihilista de toda
autoridad, la prédica de la “libertad absoluta del individuo”.
Reconociendo la importancia de la autoridad de distinto géneros el
marxismo considera que la autoridad debe ser conquistada como
resultado del servicio desinteresado al pueblo y al partido, del
trabajo abnegado y de un profundo conocimiento del oficio o profesión.
La autoridad no tiene nada que ver con el culto a la personalidad. La
base de la noción de autoridad es la doctrina marxista-leninista
acerca del papel de las masas populares y del individuo en la
historia.

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