3-Capitalismo

Capitalismo

No figura en el Diccionario filosófico marxista · 1946

Diccionario filosófico abreviado · 1959:60-61

Régimen social y político que sucedió al feudalismo. Este régimen se
funda en la propiedad privada capitalista de los medios de producción,
en la explotación de los obreros asalariados desprovistos de medios de
producción y de existencia, y obligados a vender constantemente su
fuerza de trabajo a los capitalistas. La fuerza motriz de la
producción capitalista, su estímulo principal, es el beneficio que
proviene de la apropiación de la plusvalía creada por los obreros. La
contradicción fundamental del capitalismo evolucionado, es la
contradicción entre el carácter social de la producción y la forma
capitalista privada de la apropiación. La economía capitalista está
basada en la anarquía de la producción y está sometida a las leyes
espontáneas del desarrollo. De allí las crisis económicas periódicas
inevitables bajo el capitalismo, crisis de superproducción cuando hay
más mercancías que las que puede absorber el mercado, limitado por el
poder de compra de los trabajadores cuyo nivel de vida bajo las
condiciones del régimen capitalista, desciende sin interrupción. La
economía de los países capitalistas se desarrolla por ciclos, vale
decir, que el crecimiento de la producción a causa de las
contradicciones antagónicas inherentes al capitalismo, cede el lugar a
una baja de la producción, a una caída brusca, a la crisis. Durante
la crisis, se observa una destrucción en masa de las fuerzas
productivas de la sociedad, un aumento considerable de la
desocupación, de la miseria de la clase obrera y de todos los
trabajadores, mientras se agravan todas las contradicciones del
régimen capitalista. Con el desarrollo del capitalismo, la opresión
capitalista se refuerza, la pauperización absoluta y relativa de la
clase obrera y de todos los trabajadores se acentúa. Cuanto más se
concentran las riquezas sociales en manos de un pequeño grupo de
capitalistas, más se proletarizan las masas, más se extiende la
desocupación y se empobrece la clase obrera. “Tal es la ley general,
absoluta, de la acumulación capitalista” (Marx, El Capital. Lib. I,
vol. 2). Lucha de clases agudizada entre la burguesía y el
proletariado: tal es el rasgo esencial de la sociedad capitalista.

A fines del siglo XIX, el capitalismo entró en la última etapa de su
desarrollo, la del imperialismo, caracterizada por la dominación de un
puñado de monopolistas o de grupos de monopolistas en la economía y en
la política. En virtud de la ley de la desigualdad del desarrollo
político y económico de los países capitalistas en la época del
imperialismo, los fundamentos del capitalismo se quebrantan cada vez
más, y los conflictos y las guerras entre esos países son cada vez más
frecuentes, a la vez que la lucha de la clase obrera y, bajo su
dirección, de todos los trabajadores contra la clase de los
capitalistas, reviste una acuidad extrema. La etapa imperialista se
halla en vísperas de la revolución socialista. A partir de la primera
guerra mundial, el régimen capitalista entró en una crisis general
debida a la disgregación creciente del sistema económico capitalista
en el mundo entero. La Gran Revolución Socialista de Octubre inauguró
una nueva era en la evolución de la sociedad. El capitalismo dejó de
ser el sistema único y universal en la economía mundial. Ésta se
dividió en dos sistemas económicos diametralmente opuestos: el sistema
socialista y el sistema capitalista. La crisis general del
capitalismo tiene por rasgo distintivo la acentuación extrema de todas
las contradicciones de la sociedad capitalista. Se agravan las
contradicciones entre los Estados imperialistas y las colonias o los
países dependientes lanzados por la vía de la liberación nacional, lo
cual mina los fundamentos del imperialismo. La putrefacción del
capitalismo se extiende. En la época de su crisis general, el
capitalismo se caracteriza por una subproducción crónica de las
empresas, por la existencia de millones de desocupados. Las crisis
económicas son aun más profundas, más devastadoras, llegando a todas
las ramas de la economía. Su duración es cada vez mayor, mientras se
reducen los períodos de reanimación de la actividad sin que éstos
lleguen a causar una expansión general de la economía.

Durante la segunda guerra mundial, el capitalismo entró en la segunda
etapa de su crisis general. Varios países de Europa y de Asia se
desprendieron del sistema capitalista e instauraron el régimen de
democracia popular (ver). La victoria histórica del pueblo chino
asestó al imperialismo un nuevo golpe aplastante. Los países de
democracia popular se han encaminado por la vía de la edificación
socialista. El mundo se ha escindido en dos campos: por una parte, el
mundo del imperialismo dirigido por los EE.UU., y por otra parte, el
campo del socialismo y de la democracia que crece y se refuerza bajo
la dirección de la URSS y de la República Popular China. El resultado
económico más importante de esta guerra, ha sido la escisión del
mercado mundial único y universal, y la formación de dos mercados
paralelos, el mercado capitalista y el mercado socialista, lo cual ha
determinado una nueva agravación de la crisis general del sistema
capitalista en el mundo entero.

Para mantener el régimen capitalista, la burguesía reaccionaria
recurre a medidas extremas: a la fascización de los Estados, a la
instauración de la dictadura fascista. Los grupos monopolistas
utilizan el aparato del Estado burgués que les está subordinado, para
esclavizar aun más a los trabajadores, suprimir las libertades
políticas y la democracia, para ahogar el movimiento revolucionario y
de emancipación nacional de las grandes masas trabajadoras.

La revolución socialista substituye el régimen capitalista por un
régimen social superior, el socialismo, que se afirma a lo largo de
una lucha de clases encarnizada contra el capitalismo. La dictadura
del proletariado organiza un modo de producción nuevo, socialista, y
pone fin para siempre a la explotación del hombre por el hombre,
aboliendo el régimen de esclavitud y de opresión.

Diccionario filosófico · 1965:57-58

Formación económico-social que sucede al feudalismo. En la base del
capitalismo, se encuentra la propiedad privada de los medios de
producción y la explotación del trabajo asalariado. La ley
fundamental de la producción capitalista consiste en obtener
plusvalía. Son rasgos característicos del capitalismo la anarquía de
la producción, las crisis periódicas, el paro forzoso crónico, la
miseria de las masas, la competencia, las guerras. La contradicción
básica del capitalismo –entre el carácter social del trabajo y la
forma capitalista privada de la apropiación– se expresa en el
antagonismo entre las clases básicas de la sociedad capitalista, el
proletariado y la burguesía. La lucha de clases del proletariado, que
palpita en toda la historia del capitalismo, toca a su fin con la
revolución socialista. Los elementos fundamentales de la
superestructura correspondiente a la base capitalista son las
instituciones políticas y jurídicas y el sistema de la ideología
burguesa. La igualdad eolítica formal proclamada por los ideólogos
del capitalismo queda reducida a la nada en virtud de la desigualdad
económica: todo el aparato estatal, a la vez es idóneo para excluir de
la vida política a las masas trabajadoras. Surgido en el siglo XVI,
el capitalismo desempeñó una función progresiva en el desarrollo de la
sociedad alcanzando una productividad del trabajo sensiblemente más
elevada que la del feudalismo. Al acercarse al siglo XX, entra en su
estadio superior y ultimo, el del imperialismo, que se caracteriza por
el dominio de los monopolios y de la oligarquía financiera. En ese
estadio, alcanza amplia difusión el capitalismo monopolista de Estado,
que acentúa de manera inaudita el militarismo y aúna el poder de los
monopolios con la fuerza del Estado. La Primera Guerra Mundial y la
Gran Revolución Socialista de Octubre señalan el comienzo de la crisis
general del capitalismo. La Segunda Guerra Mundial y las revoluciones
socialistas en varios países de Europa y Asia han señalado la segunda
etapa de dicha crisis. Actualmente, en el desarrollo de la crisis
general del capitalismo, se ha iniciado una nueva etapa, cuya
particularidad estriba en que dicha crisis deja de estar vinculada a
la guerra mundial. La descomposición del capitalismo se revela más
fuerte que en ninguna otra parte en los Estados Unidos, principal país
del imperialismo moderno, país que se ha convertido en el de la
economía militarizada más monstruosa y del paro forzoso crónico. “El
capitalismo moderno es hostil a los intereses vitales, a las
tendencias progresivas de toda la humanidad” (“Documentos del XXII
Congreso del P.C.U.S.”, pág. 343). Con el capitalismo llega a su
término la prehistoria de la humanidad.

Diccionario de filosofía · 1984:56

(francés capital: principales bienes o suma.) Formación socioeconómica
que precede al socialismo y al comunismo. Se asienta en la propiedad
privada de los medios de producción y la explotación del trabajo
asalariado. La finalidad de la producción capitalista y la fuente de
enriquecimiento de los capitalistas es la apropiación de la plusvalía.
La principal contradicción antagónica del capitalismo es la existente
entre el carácter social de la producción y la forma privada de
apropiación. Las clases fundamentales del capitalismo son el
proletariado y la burguesía. Entre estas clases se libra una
irreconciliable lucha de clases. El capitalismo atraviesa distintas
fases en su desarrollo. La libre competencia, típica de la primera
fase del capitalismo, conduce gradualmente a un elevado desarrollo de
las fuerzas productivas, al perfeccionamiento de la técnica, a la
concentración y la socialización de la producción, a la formación de
los monopolios y al imperialismo, fase en la que se forman las
premisas para la revolución socialista. La Gran Revolución Socialista
de Octubre (1917) y la primera guerra mundial (1914-1918) pusieron
comienzo a la crisis general del capitalismo. Actualmente, la esfera
de influencia mundial del capitalismo se ha reducido, y éste
experimenta la influencia del sistema socialista mundial. El
capitalismo moderno se caracteriza por un aumento vertiginoso de la
concentración e internacionalización de la producción, la regulación
interestatal de la economía capitalista mundial (Mercado Común, &c.),
el crecimiento del complejo industrial-militar, la militarización de
la economía, la carrera de los armamentos, la lucha de los monopolios
contra la distensión, el reforzamiento del capitalismo monopolista de
Estado y el ascenso del movimiento democrático. En la presente etapa
se agravan las viejas formas (y surgen nuevas) de las contradicciones
dentro de los Estados capitalistas. Atraviesa dificultades el sistema
de regulación estatal-monopolista de la economía y la política contra
las crisis, se agudizan las contradicciones entre los Estados
imperialistas y los países en vías de desarrollo y se profundiza la
crisis política, espiritual e ideológica. Se amplía y perfecciona el
sistema de explotación, lo cual se debe a las nuevas formas de
organización capitalista de la producción y a su racionalización. Se
intensifica el proceso de polarización de clase de la sociedad
capitalista, aumenta la diferencia en los ingresos, crece la cantidad
numérica y cambia la composición de la clase obrera, que pasa a ser
cada vez más cualificada, aumenta su papel sociopolítico y se
proletarizan la intelectualidad y las capas medias. Surgen nuevos
antagonismos sociales. El capitalismo tiene aún posibilidades de
crecimiento económico (una de las reservas es el aprovechamiento de
los adelantos de la revolución científico-técnica), pero las
relaciones capitalistas obstaculizan la utilización del potencial
material y espiritual de la sociedad en provecho de toda la población
y hacen necesaria su sustitución por las relaciones de producción
socialistas. El capitalismo es incapaz de dirigir racionalmente el
desarrollo social, lo que refuta los distintos pronósticos sobre la
sociedad “postindustrial”, formulados por los ideólogos burgueses para
justificar y preservar el capitalismo.

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