5-Ciencia

Ciencia

[EP15N: Aquí hay un problema con las versiones de ediciones]

Diccionario filosófico marxista · 1946:40-42

La ciencia es la suma, el conjunto de los conocimientos sobre la
Naturaleza, la Sociedad y el pensamiento, acumulados en el curso de la
vida histórico-social. “…el objetivo de la ciencia consiste en dar
un exacto… cuadro del mundo” (Lenin). La ciencia tiende a
describir el mundo, no en la variedad aparentemente caótica de sus
diversas partes, sino en las leyes, que trata de hallar, con arreglo a
las cuales se rigen los fenómenos: tiene por objeto explicarlos. En
todos los dominios del conocimiento, la ciencia nos revela las leyes
fundamentales que rigen dentro del aparente caos de los fenómenos. La
ciencia se desarrolla y avanza con la evolución de la sociedad; su
progreso consiste en que llega a reflejar la realidad cada vez más
profunda y exactamente. Como una de las formas de la actividad
ideológica, la ciencia nace sobre la base de la actividad práctica
productiva de los hombres. En cada etapa de la historia, representa
el grado alcanzado hasta entonces en cuanto al conocimiento de las
leyes de la realidad y está orientada hacia el cambio del mundo, es
decir, hacia el dominio y utilización de las fuerzas de la Naturaleza
y hacia el cambio de las relaciones sociales. Marx y Engels señalaron
que en el desarrollo de la ciencia, lo determinante no es el
desarrollo autónomo puramente lógico de los problemas y conceptos,
sino, ante todo, los intereses de la técnica, de la producción y de la
política, que plantean inicialmente estos problemas, y que en el
desarrollo ulterior de la ciencia conservan el valor decisivo en
última instancia. “Casi todos los grandes matemáticos, a partir de
mediados del siglo XVII, puesto que se dedican a la mecánica práctica
y tratan de teorizarla, parten del simple molino de agua para los
granos” (Marx). El condicionamiento de la ciencia por el desarrollo
de la producción en una sociedad dividida en clases, se evidencia
siempre en la dependencia de la ciencia respecto de los intereses
económicos y políticos de las clases dominantes. En las condiciones
del capitalismo, como fuerza controlada por el capital, la ciencia
está contrapuesta a los intereses de la clase obrera; y los
descubrimientos científicos, en vez de aliviar el trabajo del obrero,
conducen al aumento de la explotación. La ciencia burguesa,
revolucionaria y avanzada durante el período de la lucha de la
burguesía contra el feudalismo, degenera en una apologética del
capitalismo a partir del momento en que la burguesía afianza su
dominio político. La Gran Revolución Socialista de Octubre y la
construcción socialista en la U.R.S.S. han inaugurado una nueva época
en el desarrollo de la ciencia. Por vez primera en la historia de la
humanidad, la ciencia, emancipada del poder del capital, se ha puesto
al servicio de los trabajadores. En el proceso del desarrollo
histórico de la ciencia, cambian las formas, la organización y los
métodos del trabajo científico. La dispersión y los métodos
artesanales, la anarquía y la espontaneidad, el individualismo y el
aislamiento de la labor científica, inevitables bajo las condiciones
del capitalismo, han sido sustituidos en la U.R.S.S. por una
utilización planificada y conveniente de todas las fuerzas y de todos
los recursos de la ciencia para resolver los problemas actuales de la
economía nacional, de la defensa y del desarrollo cultural del país
del socialismo. Ya en los primeros días de existencia del Poder
Soviético, su jefe y organizador, Lenin, emprendió la elaboración de
un extenso plan de organización de toda la economía nacional sobre la
base de los datos más modernos de la ciencia y de la técnica (el plan
de electrificación). En la U.R.S.S., la época de los planes
quinquenales stalinianos ha conducido a un crecimiento inaudito del
valor de la ciencia y a un ascenso, desconocido hasta ahora, de la
creación científica. La superioridad de la organización socialista de
la ciencia en la Unión Soviética, la ha conducido ya en una serie de
ramas, al primer lugar en la ciencia mundial, así en las matemáticas
como en el estudio del núcleo atómico, de los rayos cósmicos, de la
estratósfera, de la actividad nerviosa superior, &c., sin hablar de
las ciencias sociales. Orientada por una concepción avanzada del
mundo –la doctrina del marxismo-leninismo–, por sus tareas,
objetivos y aspiraciones, por el apoyo que obtiene en la sociedad la
ciencia soviética es de todo el pueblo. No sólo en el planteamiento
de las tareas, sino también en su solución, la ciencia soviética no se
encierra en sí misma, sino que se apoya en la experiencia de los
hombres avanzados del pueblo, en la práctica y en el pensamiento
inventivo de los stajanovistas de la industria, en los
experimentadores de la ganadería, de la agronomía, &c. La ciencia
socialista se caracteriza por su realización consecuente del principio
de la unidad entre la teoría y la práctica. La nueva experiencia de
la actividad práctica enriquece a la ciencia, la impulsa hacia
adelante, rompiendo las tradiciones anticuadas… Stalin señaló que
las tradiciones, con ser necesarias para mantener la solidez y el
desarrollo de la ciencia, bajo determinadas circunstancias, pueden
convertirse, de condiciones de desarrollo de la ciencia, en
condiciones de obstrucción y de freno del movimiento científico. Por
eso, sólo puede ser una ciencia auténticamente avanzada aquella,
“cuyos representantes comprenden la fuerza y significación de las
tradiciones arraigadas en la ciencia y las aprovechan sabiamente en
aras de la ciencia, pero no quieren ser esclavos de estas tradiciones;
de aquella ciencia que tiene audacia y decisión para romper las viejas
tradiciones, normas y concepciones cuando se hacen anticuadas y
estorban la marcha hacia adelante; de aquella ciencia que sabe crear
nuevas tradiciones, nuevas normas y nuevas concepciones” (Stalin).
Uno de los rasgos más característicos de la ciencia socialista es su
lucha contra el anquilosamiento de la teoría y contra su conversión en
un sistema de prejuicios. Tal estancamiento se produce a veces en la
ciencia a consecuencia de que los representantes de la vieja y
meritoria generación de sabios comienzan erróneamente a considerarse
como sus “monopolizadores”. Por eso, entre los signos de una ciencia
auténticamente avanzada, Stalin incluye también aquel en virtud del
cual la ciencia avanzada “no permite a sus viejos y renombrados
dirigentes encerrarse orgullosamente en la torre de marfil de
pontífices de la ciencia, de monopolizadores de la ciencia…” y abre
de par en par las puertas de la ciencia a las fuerzas jóvenes,
frescas, de sabios en desarrollo, de jóvenes científicos, de hombres
de la práctica, de stajanovistas que rompen las tradiciones caducas en
la ciencia y que crean nuevas tradiciones de avanzada. Stalin definió
con estas palabras el objetivo principal de la ciencia en la Unión
Soviética: “Por el florecimiento de la ciencia, de aquella ciencia que
no se aísla del pueblo… sino que está dispuesta a servir al pueblo,
a entregarle todas las conquistas científicas, que sirve al pueblo, no
por la fuerza, sino voluntariamente, de buen grado”.

Diccionario de filosofía y sociología marxista · 1959:15-16

Una de las superestructuras ideológicas, una determinada forma de la
conciencia social. “…La finalidad de la ciencia es dar… un
panorama verdadero del mundo” (Lenin). La ciencia tiende a configurar
el mundo no en la aparente y caótica variedad de sus diversas partes,
sino que trata de descubrir las leyes de los fenómenos, teniendo por
finalidad explicarlos. En todos los dominios del conocimiento, la
ciencia nos muestra, en el caos aparente de los fenómenos, la
manifestación de sus leyes fundamentales. La ciencia se desenvuelve y
adelanta, juntamente con el desarrollo de la sociedad; su progreso
consiste en que, cada vez más profundamente y mejor, llega a reflejar
la realidad. El sentido de la ciencia, en tal o cual período
histórico, se determina por las relaciones sociales dominantes. En la
sociedad de clases, la ciencia tiene un carácter de clase y de
partido. Cuanto más progresista sea el régimen social dominante,
tanto más favorables serán las condiciones para el desarrollo de la
ciencia.

La burguesía, en las primeras etapas de su existencia, favoreció el
desarrollo de la ciencia. Pero habiendo llegado al poder y tratando
de consolidar su dominación en la lucha contra el proletariado,
tórnase una clase reaccionaria, que retarda el desarrollo social y el
progreso de la ciencia. En la sociedad capitalista, la única clase de
progreso es el proletariado, cuya ideología es la doctrina del
marxismo-leninismo. “La doctrina de Marx es omnipotente porque es
verdadera. Es completa, armónica; proporciona a los hombres una
sólida interpretación del mundo, inconciliable con ninguna
superstición, ninguna reacción, ninguna defensa de la opresión
burguesa” (Lenin). Sólo en la Unión Soviética, donde se derrocó el
poder del capital, goza la ciencia de una completa libertad. Aquí, la
ciencia sirve realmente al pueblo. El camarada Stalin, definió los
problemas de la ciencia en la Unión Soviética: “Por el florecimiento
de la ciencia, de aquella ciencia que no se aparta del pueblo…, sino
que está pronta para servirle, transmitiéndole todas sus conquistas y
haciéndolo no por obligación, sino por espontaneidad, gustosamente”.

Diccionario filosófico abreviado · 1959:66-68

Sistema de conocimientos sobre la naturaleza, la sociedad y el
pensamiento, acumulados en el curso de la historia. La ciencia
representa el balance de un largo desarrollo de los conocimientos. Su
objetivo consiste en descubrir las leyes objetivas de los fenómenos y
hallar la explicación de ellos. No se concibe una ciencia sin
conocinnento de las leyes objetivas de la naturaleza y la sociedad.
El marxismo estima que la ciencia es el enemigo de la casualidad, pues
no es en sus propiedades accidentales donde se puede y se debe
estudiar y conocer la realidad, sino en sus leyes y relaciones
necesarias. El conocimiento de ciertos hechos del azar no puede
constituir una ciencia, pues no son los fenómenos contingentes los que
determinan la evolución de la naturaleza y de la sociedad, sino las
leyes objetivas: negar estas leyes es negar la ciencia. La función de
la ciencia consiste en descubrir en lo contingente y lo caótico las
leyes objetivas, indivisibles al principio; en estudiarlas y en
proporcionar a los hombres su conocimiento para que las utilicen en su
actividad práctica. En todos los dominios, la ciencia nos revela la
acción de las leyes fundamentales en medio del caos aparente de los
fenómenos. Lo que constituye la fuerza de la ciencia, son sus
generalizaciones. La ciencia se desarrolla y marcha adelante al mismo
tiempo que la sociedad, y adquiere un conocimiento cada vez más
profundo y exacto de la realidad.

La ciencia aparece y se desarrolla gracias a la actividad práctica de
los hombres. En cada etapa de la historia, la ciencia refleja el
nivel de conocimientos alcanzado, y sirve para dominar y utilizar las
fuerzas de la naturaleza. Marx y Engels demostraron que el factor
principal en el desarrollo de la ciencia, no es el desenvolvimiento
lógico de los problemas y de las nociones, sino, antes que nada, las
necesidades de la técnica, de la producción material. “Si la técnica…
depende… en su mayor parte, del estado de la ciencia, ésta depende aun
más del estado y de las necesidades de la técnica. Cuando la sociedad
tiene necesidades técnicas, la ciencia recibe más ayuda que si
dispusiera de diez universidades” (Marx/Engels, Estudios filosóficos,
Ed. rusa). Así por ejemplo, durante los siglos XVI y XVII, la
necesidad de regular los cursos de agua de las montañas en Italia,
contribuyó al desarrollo de la hidrostática. Con el modo de
producción capitalista, las ciencias naturales adquirieron una
importancia muy particular. A fin de poder desarrollar la industria,
la burguesía tenía necesidad de la ciencia. Sin embargo, bajo el
régimen capitalista, la ciencia al servicio del capital, se halla en
oposición a la clase obrera, y los descubrimientos científicos, en
lugar de aliviar la labor, aumentan la explotación del obrero. Bajo
el capitalismo, las ciencias naturales recibieron un impulso
considerable. Pero en las ciencias sociales, ligadas directamente a
los intereses de clase y a la base económica burguesa, se imponía el
idealismo que deformaba las leyes de la vida social.

Sólo los ideólogos del proletariado, Marx y Engels, elaboraron una
ciencia verdadera de las leyes del desarrollo social. Su concepción
del mundo liberó del mismo modo a las ciencias naturales de las
limitaciones filosóficas que les son propias bajo el régimen
capitalista (influencia de la filosofía idealista y de los métodos
metafísicos de investigación).

La victoria del socialismo permitió el desarrollo sin límites de todas
las ciencias. La clase obrera tiene interés en hacer progresar la
ciencia, pues para edificar el comunismo utiliza todos sus beneficios.
La Gran Revolución de Octubre y la edificación del socialismo en la
URSS inauguraron una nueva era en el desarrollo de la ciencia. Por
primera vez ésta, liberada del yugo capitalista, ha sido puesta al
servicio de los trabajadores. El socialismo y la ciencia son
indivisibles. El establecimiento del régimen socialista provoca un
vuelo prodigioso de la ciencia, suprime todos los obstáculos opuestos
a su desarrollo por el capitalismo. La dispersión y el diletantismo,
la anarquía y la espontaneidad, el individualismo y el aislamiento en
la investigación científica, inevitables en el régimen capitalista,
han sido reemplazados en la URSS por la utilización planificada,
conforme a las necesidades del país, de todos los recursos de la
ciencia, con el fin de resolver los problemas urgentes de la economía
y la defensa nacionales, así como los del desarrollo cultural del
país. Desde los primeros años de la existencia de la URSS, Lenin
trazó el plan de una reorganización completa de la economía nacional
sobre una base científica (el plan de electrificación). Gracias a la
organización socialista de la ciencia soviética, ésta ocupa hoy el
primer lugar en ciertos dominios de la ciencia mundial. Por primera
vez en la historia de la humanidad, se ha construido una central
atómica en la URSS. Los sabios soviéticos ponen todas las conquistas
de la ciencia al servicio del pueblo. La ciencia soviética de
vanguardia que se apoya en la doctrina marxista-leninista es, por los
problemas que aborda, por los objetivos que se asigna, y por el apoyo
de que goza, una ciencia que pertenece al pueblo entero. Tanto para
plantear como para resolver los problemas, no se encierra dentro de
sí, sino que se apoya en la experiencia de vanguardia: las
realizaciones prácticas y las invenciones de los trabajadores de la
industria y la agricultura, de los criadores, de los michurinistas,
&c. (ver Michurin). En la URSS no son sólo los sabios los que hacen
progresar la ciencia: millares de innovadores, obreros y koljosianos
contribuyen a ello. La colaboración de los sabios y los trabajadores
de la industria adquiere en la URSS una amplitud cada vez mayor,
estimulando así el desarrollo de la ciencia. La ciencia soviética se
interesa por los progresos científicos en los países capitalistas.
Los sabios soviéticos aprecian en alto grado las conquistas de la
ciencia en el extranjero y mantienen contactos estrechos con los
sabios avanzados de otros países.

La ciencia soviética realiza el principio de la unidad de la teoría y
la práctica. La nueva experiencia enriquece a la ciencia, la hace
progresar al tiempo que demuele las tradiciones caducas. Un rasgo
característico de la ciencia soviética es la lucha contra toda
petrificación de la teoría, contra su transformación en un sistema de
prejuicios. Llegado el caso, se hace marchar la ciencia al compás,
venciendo la inercia aun de sabios distinguidos que se consideren
“monopolistas” del saber científico. La ciencia verdaderamente
avanzada, se halla siempre pronta a recibir fuerzas nuevas, frescas y
vigorosas de sabios jóvenes, de trabajadores con experiencia práctica,
de innovadores que reemplazan las tradiciones envejecidas por métodos
nuevos, más avanzados. Uno de los medios principales de resolver las
contradicciones entre lo viejo y lo nuevo en la ciencia soviética, es
la crítica y la autocrítica (ver). La discusión desempeña también un
papel importante. El marxismo estima que la ciencia no puede
desarrollarse sin lucha de opiniones, sin libertad de crítica. Este
axioma es de una importancia muy grande para la lucha contra el
estancamiento, el espíritu conservador y la arbitrariedad en la
ciencia. La experiencia de las discusiones científicas en la URSS
demostró que por medio de la lucha de opiniones, la crítica y la
autocrítica, la ciencia realiza nuevos progresos: lo que es caduco es
rechazado; los elementos conservadores que se aferran a ello, son
destronados, y se desbroza el camino a lo nuevo, a lo progresivo.

El período que culmina la construcción del socialismo y comienza la
transición gradual hacia el comunismo, asigna tareas grandiosas a los
científicos de la URSS, y ofrece posibilidades sin precedentes para un
nuevo impulso de la ciencia, lo que exige de ellos audacia y espíritu
creador en la solución de los problemas más diversos, con el fin de
asegurar un progreso técnico rápido y constante. El Partido Comunista
ha planteado a los sabios soviéticos la tarea siguiente: aventajar en
los plazos más breves las realizaciones científicas de los demás
países. Al cumplimiento de esta tarea se consagran actualmente los
hombres de ciencia soviéticos. En la URSS, la ciencia, que es el bien
de las amplias masas populares, constituye un arma en la edificación
del comunismo.

Diccionario filosófico · 1965:65

Forma de la conciencia social; constituye un sistema, históricamente
formado, de conocimientos ordenados cuya veracidad se comprueba y se
puntualiza constantemente en el curso de la práctica social. La
fuerza del conocimiento científico radica en el carácter general,
universal, necesario y objetivo de su veracidad. A diferencia del
arte, que refleja el mundo valiéndose de imágenes artísticas, la
ciencia lo aprehende en conceptos mediante los recursos del
pensamiento lógico. Frente a la religión, que ofrece una
representación tergiversada y fantastica de la realidad, la ciencia
formula sus conclusiones basándose en hechos. La fuerza de la ciencia
está en sus generalizaciones, en el hecho de que tras lo casual y
caótico, halla e investiga leyes objetivas sin cuyo conocimiento no es
posible desplegar una actividad práctica consciente y orientada hacía
un determinado objetivo. La fuerza motriz de la ciencia estriba en
las necesidades del desarrollo de la producción material, en las
necesidades del avance de la sociedad. El progreso de la ciencia
consiste en pasar del descubrimiento de nexos de causa-efecto y de
conexiones esenciales relativamente simples, a la formulación de leyes
del ser y del pensar más profundas y básicas. La dialéctica del
conocimiento científico, los nuevos descubrimientos y teorías no
anulan los resultados anteriores, no niegan su veracidad objetiva que
se limitan a puntualizar los límites de su aplicación y concretan su
lugar en el sistema general del saber científico. La ciencia se halla
íntimamente vinculada a la concepción filosófica del mundo, concepción
que la pertrecha con el conocimiento de las leyes más generales del
desenvolvimiento del mundo objetivo, con la teoría del conocimiento,
con el método de investigación. El idealismo conduce a la ciencia al
callejón sin salida del agnosticismo, la subordina a la religión. En
las condiciones actuales, únicamente la filosofía del materialismo
dialéctico puede servir de instrumento para el acertado estudio de la
realidad, puede ser una fuente de amplias y fecundas generalizaciones.
La ciencia, surgida de las necesidades de la actividad práctica
relacionada con la producción y la vida social, a la vez que
experimenta sin cesar el influjo estimulante de tal actividad, influye
poderosamente sobre el transcurso del desarrollo de la sociedad. Hoy,
no es posible concebir la producción sin la ciencia, cuya importancia
crece constantemente. La ciencia, al aproximarse a la producción en
el proceso que conduce al establecimiento de la base material y
técnica del comunismo, se convierte en una fuerza productiva directa
de la sociedad.

Pdte Diccionario de Filosofía de 1971

Diccionario de filosofía · 1984:63-64

Esfera de la actividad investigadora dirigida a la adquisición de
nuevos conocimientos sobre la naturaleza, la sociedad y el
pensamiento, que incluye todas las condiciones y elementos necesarios
para ello: los científicos con sus conocimientos y capacidades,
cualificación y experiencia, con la división y la cooperación del
trabajo científico; instituciones científicas, equipos de
experimentación y de laboratorio; métodos de trabajo de investigación
científica, aparato conceptual y categorial, sistema de información
científica, así como toda la suma de los conocimientos existentes que
constituyen la premisa, el medio o el resultado de la producción
científica. Estos resultados pueden ser también una forma de la
conciencia social. A despecho de las afirmaciones de los
positivistas, la ciencia no se circunscribe, ni mucho menos, a las
ciencias naturales o las ciencias “exactas”. Se considera como un
sistema íntegro que incluye la correlación históricamente móvil de las
partes: el estudio de la naturaleza y de la sociedad, la filosofía y
las ciencias naturales, el método y la teoría, las investigaciones
teóricas y aplicadas. La ciencia es un efecto necesario de la
división social del trabajo y surge después de que el trabajo
intelectual se separa del manual, y la actividad cognoscitiva se
convierte en un género específico de ocupaciones de un grupo –al
comienzo muy poco numeroso– de personas. Las premisas del surgimiento
de la ciencia aparecen en los países del Oriente Antiguo: Egipto,
Babilonia, India y China. Allí se acumulan y racionalizan
conocimientos empíricos sobre la naturaleza y la sociedad, surgen
gérmenes de la astronomía, las matemáticas, la ética y la lógica.
Este patrimonio de las civilizaciones orientales fue asimilado y
transformado en un armónico sistema teórico en la Grecia Antigua,
donde aparecen pensadores que se dedican especialmente a la ciencia y
se deslindan de la tradición religiosa y mitológica. Desde aquel
entonces hasta la revolución industrial, la principal función de la
ciencia es explicativa, y su tarea fundamental consiste en
proporcionar el conocimiento necesario para ampliar los horizontes de
la visión del mundo y la naturaleza, parte de la cual es el hombre
mismo. Al aparecer la gran producción maquinizada, se forman las
condiciones necesarias para que la ciencia se convierta en un factor
activo de la propia producción. Se plantea como principal la tarea
del conocimiento con el fin de transformar la naturaleza. En virtud
de esta orientación técnica de la ciencia, pasa a ser prioritario el
conjunto de disciplinas físico-químicas y las correspondientes
investigaciones aplicadas. Durante la revolución científico-técnica,
la ciencia vuelve a transformarse radicalmente como sistema. Para que
la ciencia pueda satisfacer las necesidades de la producción moderna,
los conocimientos científicos deben convertirse en patrimonio del gran
ejército de especialistas, ingenieros, organizadores de la producción
y obreros. En el proceso de trabajo en los sectores automatizados se
requiere que el obrero tenga amplios horizontes científico-técnicos y
domine los fundamentos del saber científico. La ciencia se convierte
cada vez más en una fuerza productiva directa. De ahí las
correspondientes exigencias que se presentan a la ciencia, la cual
debe orientase en grado cada día mayor no solo a la técnica, sino
también al hombre mismo, al desarrollo ilimitado de su intelecto, de
sus capacidades creadoras y cultura del pensamiento, así como a la
creación de las premisas materiales y espirituales del desarrollo
integral del hombre. En virtud de ello, la ciencia moderna no sigue
ya simplemente el avance de la técnica, sino que lo aventaja y pasa a
ser una fuerza rectora del progreso de la producción de bienes
materiales. Se forma como un organismo total e íntegro. Todo el
frente de indagaciones científicas (tanto en la esfera de las ciencias
naturales como en la de las sociales) estimula la producción social.
Si bien antes la ciencia se desarrollaba sólo como parte del todo
social, tomada por separado, hoy empieza a penetrar todas las esferas
de la vida social: los conocimientos científicos y el enfoque
científico son necesarios en la producción de bienes materiales, la
economía, la política y en las esferas de dirección e instrucción.
Por eso, la ciencia se desarrolla a ritmo más rápido que cualquier
otro sector de la actividad. En la sociedad socialista, el desarrollo
exitoso de la ciencia y la introducción de sus resultados en la
producción son importantísimas condiciones necesarias para acelerar el
progreso científico-técnico y construir la base material y técnica del
comunismo; en esta sociedad se cumple la tarea de unir las
realizaciones de la ciencia con las ventajas del sistema de economía
socialista. Para su pleno florecimiento, la ciencia necesita el
triunfo de las relaciones sociales comunistas. Pero el comunismo
también necesita la ciencia, sin la cual no puede vencer ni
desarrollarse con éxito, pues la sociedad comunista es una sociedad
científicamente administrada, es la producción social científicamente
realizada, es el dominio pleno del hombre sobre las condiciones de su
existencia, dominio basado en la ciencia.

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