4-Concepto

Concepto

Diccionario filosófico marxista · 1946:49

El concepto es una forma del raciocinio humano, mediante la cual se
expresan los caracteres generales de las cosas. El proceso del
conocimiento de la Naturaleza por el hombre comienza con las
percepciones sensoriales, por la observación directa de tales o cuales
cosas y fenómenos de la Naturaleza. Pero el conocimiento no queda
detenido en esta primera fase; se eleva a la fase superior, a la de la
formación de conceptos, de categorías y de leyes. El concepto es el
resultado de la síntesis de la masa de fenómenos singulares. En el
proceso de esta síntesis abstraemos las propiedades y momentos
casuales y no esenciales de los fenómenos, y formamos conceptos que
reflejan las conexiones y las propiedades esenciales, fundamentales,
decisivas, de los fenómenos y de las cosas. En el proceso de la
formulación de los conceptos se crea el peligro de su alejamiento de
la realidad. Por ejemplo, el concepto de número nació mediante la
abstracción de los números singulares, particulares, que señalan tal o
cual cantidad de cosas concretas. Sin embargo, los idealistas siguen
considerando hasta hoy que el concepto de número, como los demás
conceptos matemáticos, son apriorísticos, que existen antes e
independientemente de toda experiencia del hombre. La lógica formal,
idealista, enseña, que el concepto, como lo general, está
completamente abstraído de todo lo particular y concreto. La
dialéctica materialista denuncia el carácter metafísico de semejante
separación entre lo general y lo particular y concreto. El
materialismo dialéctico parte del criterio de que las síntesis
auténticamente científicas de la realidad realizadas en los conceptos,
llevan implícita toda la riqueza de lo particular, de lo individual,
de lo singular. Los conceptos científicos comprobados por la
práctica, son una verdad objetiva, dan un reflejo profundo de la
realidad. En los Cuadernos Filosóficos Lenin define de esta manera el
papel que los conceptos científicos desempeñan en el conocimiento: “El
raciocinio, elevándose de lo concreto a lo abstracto, no se aleja, si
es un raciocinio justo… de la verdad, sino que se acerca a ella.
La abstracción de materia, de ley de la Naturaleza; la abstracción de
valor, &c.; en una palabra, todas las abstracciones científicas
(justas, serias, no absurdas) reflejan más exactamente, más
profundamente, más plenamente la Naturaleza. De la observación viva
al raciocinio abstracto, y de él a la práctica, tal es la senda
dialéctica del conocimiento de la verdad, del conocimiento de la
realidad objetiva” (Lenin).

Concepto científico natural de la materia

Ver: Materia.

Concepto filosófico de la materia

Ver: Materia.

Concepto físico o concepto científico natural de la materia

Ver: Materia.

Diccionario filosófico abreviado · 1959:79-80

Forma del pensamiento humano que permite captar los caracteres
generales, esenciales de las cosas y de los fenómenos de la realidad
objetiva. El proceso del conocimiento de la naturaleza por el hombre
comienza por las percepciones de los sentidos, por la observación
inmediata. La etapa siguiente del conocimiento consiste en la
formación de los conceptos, “producto superior del cerebro, producto
superior de la materia” (Lenin, Cuadernos Filosóficos, Ed. rusa). El
concepto se obtiene por la generalización de una masa de hechos
aislados: se hace abstracción de los elementos fortuitos, de las
propiedades no esenciales para formar las nociones que reflejan las
relaciones y los caracteres esenciales, fundamentales, decisivos.
Cada ciencia generaliza los datos del mundo objetivo operando con la
ayuda de conceptos que reflejan un grupo determinado de fenómenos. En
física, las nociones de masa, de energía, de átomo, de electrón, &c.;
en biología, de herencia, de variabilidad, de selección natural, &c.;
en economía política, de valor, de plusvalía, de capital, &c. Por ser
la filosofía la ciencia de las leyes más generales del desarrollo de
la naturaleza, de la sociedad humana y del pensamiento, expresa los
resultados de sus generalizaciones en las nociones más amplias:
materia (ver), movimiento (ver), causa (ver Causalidad), necesidad,
casualidad (ver Necesidad y casualidad), calidad, cantidad (ver
Calidad y cantidad), &c. Por ser extraídas de la realidad objetiva
por medio de generalizaciones, todas las nociones científicas son
calcos de esa realidad.

El idealismo separa los conceptos de la realidad. Así, la noción de
número resulta de la abstracción de los números particulares que
designan cierta cantidad de cosas concretas. Ahora bien, los
idealistas no cesan de afirmar que la noción de número, como además
las otras nociones matemáticas, está dada a priori, existe antes que
toda experiencia humana e independiente de ella. La lógica metafísica
enseña que por ser general, el concepto está separado de todo lo que
es particular y concreto. Contrariamente a esa concepción metafísica,
el materialismo dialéctico parte del principio de que las nociones
generales, verdaderamente científicas contienen la riqueza de lo
particular, de lo individual. (ver Singular, particular y universal).

Las nociones científicas verificadas por la práctica, son verdades
objetivas y reflejan profundamente la realidad. En sus Cuadernos
filosóficos, Lenin define del modo siguiente el papel de las nociones
científicas en el conocimiento: “El pensamiento, al elevarse de lo
concreto a lo abstracto, no se aleja –si es correcto…– de la verdad,
sino que se aproxima. La abstracción de la materia, de la ley
natural, la abstracción del valor, &c., en una palabra, todas las
abstracciones científicas (correctas, serias, no absurdas) reflejan la
naturaleza con más profundidad, exactitud, plenitud”. (Ibid., Ed.
rusa).

La dialéctica materialista exige que nuestros conceptos sean
flexibles, movibles, y lucha contra todas las nociones anquilosadas.
Dado que los fenómenos de la naturaleza y de la sociedad están
vinculados entre sí, se mueven, se convierten los unos en los otros,
es evidente que los conceptos no pueden reproducir fielmente la
realidad sino a condición de que sean no menos movibles y flexibles.
El materialismo dialéctico es hostil a toda rutina, a toda metafísica,
a toda tendencia conservadora. Como dice Lenin, la dialéctica es
precisamente la teoría del conocimiento, y todas las leyes y
principios de la dialéctica relativos al devenir, al cambio, a la
lucha de contrarios, &c., se aplican enteramente al conocimiento, a
los conceptos.

La manera de abordar dialécticamente las nociones, formas del
pensamiento humano que reflejan la realidad en perpetuo cambio y
desarrollo, desempeña un papel muy importante en la lucha política y
en la actividad práctica del partido proletario. Los clásicos del
marxismo-leninismo han ofrecido notables ejemplos de este método
dialéctico al estigmatizar a los metafísicos en política que encaran
las nociones al margen del tiempo y del espacio, y las toman como
rígidas e inmutables. Así, la noción de defensa de la patria,
progresiva en una situación histórica determinada, fue demagógicamente
explotada por los oportunistas de la II Internacional en la guerra
imperialista de 1914-1918, cuando esa consigna no correspondía más a
la situación. Al denunciar la traición de los social-chovinistas,
Lenin mostró que el concepto de “defensa de la patria” cambia
conjuntamente con la situación histórica. Cuando la guerra se
convierte en el asunto de diferentes grupos de rapaces imperialistas
que persiguen sus propios intereses, ese concepto da por resultado la
defensa de los intereses de “su propia burguesía”, la traición de los
intereses de la clase obrera. Por el contrario, cuando un pueblo
sostiene una guerra justa contra un enemigo extranjero, cuando
defiende su libertad, ese concepto expresa los intereses de las
fuerzas progresivas. Durante la guerra contra los invasores fascistas
alemanes, la consigna de la defensa de la patria socialista lanzada
por el Partido Comunista de la Unión Soviética, contribuyó
poderosamente a movilizar al pueblo en la lucha sagrada por la patria,
por las grandes conquistas de Octubre. A fin de reflejar fielmente la
realidad, los conceptos deben ser, como lo ha dicho Lenin, aguzados,
labrados a escuadra, flexibles y movibles.

Por ejemplo, las nociones de trabajo “suplementario”, de tiempo
“necesario” y “suplementario” y otras nociones tomadas de El Capital
de Marx donde se aplican a la sociedad capitalista, no se adaptan a
las condiciones totalmente nuevas de la sociedad socialista.

Diccionario filosófico · 1965:75-76

(del latín “concipere”: concebir, aprehender). Una de las formas del
reflejo del mundo en el pensar, mediante la cual se entra en
conocimiento de la esencia de los fenómenos y procesos, se generalizan
los aspectos y los caracteres fundamentales de los mismos. El
concepto es producto del conocimiento –que se desarrolla
históricamente– el cual, elevándose de un grado inferior a otro
superior, resume en conceptos más profundos, sobre la base de la
práctica los resultados obtenidos, perfecciona y puntualiza los
conceptos viejos, formula otros nuevos. De ahí que los conceptos no
sean estáticos, definitivos, absolutos, sino que se hallen en estado
de desarrollo, de cambio y progreso en el sentido de proporcionar un
reflejo más adecuado de la realidad. Los conceptos constituyen el
sentido (Significado y sentido) de las palabras del lenguaje. La
función lógica básica del concepto estriba en la separación mental,
según determinados caracteres de objetos que nos interesan en la
práctica y en el conocer. Gracias a esta función, los conceptos
enlazan las palabras con determinados objetos, lo cual hace posible
establecer el significado exacto de las palabras y operar con ellas en
el proceso del pensar. Separar clases de objetos y generalizarlos en
conceptos es condición necesaria para el conocimiento de las leyes de
la naturaleza. Cada ciencia opera con determinados conceptos en los
que se concentran los conocimientos que ha acumulado. Los propios
conceptos, según caracterización de Lenin, constituyen el producto
superior del cerebro, a su vez producto superior de la materia (véase
t. XXXVIII, pág. 157). La formación de conceptos, el paso a un
concepto partiendo de las formas sensoriales del reflejo, constituye
un proceso complejo en el que se aplican métodos de conocimiento como
la comparación, el análisis y la síntesis, la abstracción, la
idealización, la generalización y formas más o menos complejas del
silogismo. A menudo, los conceptos de la ciencia se elaboran primero
partiendo de conjeturas hipotéticas acerca de la existencia de
determinados objetos y su naturaleza (así surgió, por ejemplo, el
concepto de átomo). Gracias al conocimiento de las leyes y de las
tendencias de desarrollo es posible formar el concepto de ciertos
objetos antes de que estos mismos surjan (concepto de comunismo).
Resulta, pues, que en la formación de los concentos se manifiestan la
actividad y el carácter creador del pensamiento, pese a que el éxito
en la utilización de los conceptos creados depende por entero de la
exactitud con que en ellos se refleje la realidad objetiva. Todo
concepto forma una abstracción, con lo cual aparentemente se aparta de
la realidad. Sin embargo, gracias a los conceptos se obtiene un
conocimiento más profundo de la realidad poniendo de relieve e
investigando partes esenciales de la misma. Además lo concreto no
reflejado plenamente en conceptos aislados puede ser reproducido con
un grado mayor o menor de plenitud por medio de un conjunto de
conceptos que reflejen las distintas partes de la cosa concreta dada.
Todos los conceptos científicos, en tanto que reflejo de la realidad,
son tan móviles y flexibles como los objetos y los procesos a los que
generalizan. Según expresión de Lenin, los conceptos han de ser
“tallados, trabajados, flexibles, móviles, relativos, ligados entre
sí, unidos en las oposiciones, a fin de abarcar el mundo” (t.
XXXVIII, pág. 136). La tesis relativa a la flexibilidad, movilidad,
interconexión y transiciones de los conceptos constituye una de las
partes más esenciales de la teoría concerniente a la lógica dialéctica
del concepto. Aunque en el concepto se destaca sólo lo general, ello
no significa que éste se contraponga a lo singular y a lo particular.
Es más, los conceptos científicos contienen gran riqueza de lo
particular, de lo individual, de lo singular. Únicamente sobre la
base de lo general, resulta posible separar y conocer grupos
especiales (especies) de objetos y también objetos particulares de una
clase. El enfoque materialista dialéctico del concepto es confirmado
por el desarrollo de toda la ciencia moderna y sirve de método del
conocimiento cientifico.

Diccionario de filosofía · 1984:78-79

Forma de reflejo del mundo en la etapa del conocimiento asociada al
uso del lenguaje; forma (modo) de generalización de los objetos y
fenómenos. Se llama concepto también al pensamiento que constituye la
generalización de los objetos de alguna clase según sus rasgos
específicos, con la particularidad de que los objetos de la misma
clase (átomos, animales, plantas, formaciones socioeconómicas, &c.)
pueden sintetizarse en conceptos según distintos conjuntos de
indicadores. La importancia científica del concepto es tanto mayor,
cuanto más esenciales son los indicadores (que constituyen el
contenido), sobre cuya base se generalizan los objetos. A medida que
de los indicadores que constituyen el contenido fundamental del
concepto se deducen otros indicadores generales de los objetos
sintetizados en el concepto, el mismo transforma en un sistema
determinado de conocimientos. El desarrollo de los conocimientos se
expresa principalmente en la profundización de los conceptos y en las
transiciones de unos conceptos (sobre los objetos dados) a otros, que
fijan la esencia más profunda de los objetos y, de este modo,
constituyen su reflejo más adecuado. Los conceptos se fijan en unas u
otras formas del lenguaje y constituyen el sentido (Significación y
sentido) de las expresiones correspondientes del mismo. Una de las
funciones lógicas del concepto consiste en la segregación mental,
según determinados indicadores, de los objetos que nos interesan en la
práctica y en el conocimiento. Gracias a esta función del concepto
las palabras se vinculan con determinados objetos, lo cual hace
posible establecer el significado exacto de las mismas y operar con
ellas en el proceso del pensamiento. La distinción de las clases de
objetos y la sintetización de éstos en concepto son una condición
necesaria del conocimiento de las leyes de la naturaleza. Cada una de
las ciencias opera con determinados concepto, en los cuales se
concentran los conocimientos que va acumulando la ciencia. La
formación del concepto y la transición al mismo de las formas
sensoriales de reflejo es un proceso complejo, en el que se emplean
métodos de conocimiento tales como la comparación, análisis y
síntesis, abstracción, idealización, generalización y formas más o
menos complejas de ilación. A menudo los conceptos de la ciencia se
forman inicialmente tan sólo sobre la base de las suposiciones
hipotéticas acerca de la existencia de unos u otros objetos y de su
naturaleza (así surgió, por ejemplo, el concepto de átomo). En base
al conocimiento de las leyes y tendencias del desarrollo, los concepto
de algunos objetos pueden formarse antes de que hayan surgido los
objetos mismos (el concepto de comunismo). Así pues, en la formación
de los concepto se manifiestan la actividad y el carácter creador del
pensamiento, aunque el éxito en la utilización de los concepto creados
depende por entero del grado de exactitud con que reflejan la realidad
objetiva. Todo concepto es abstracción, lo cual da la apariencia de
que el concepto se separa de la realidad. Pero de hecho, con ayuda
del concepto la realidad se conoce más a fondo mediante la segregación
y estudio de sus aspectos esenciales. Además, lo concreto, que no se
refleja con toda plenitud en algunos concepto, puede ser reproducido
más o menos plenamente por el conjunto de conceptos que reflejan sus
diversos aspectos. Para reflejar la realidad con la mayor precisión,
los conceptos deben ser, según dijera Lenin, “tallados, trabajados,
flexibles, móviles, relativos, interrelacionados, unidos en los
contrarios a fin de abarcar el mundo” (t. 29, p. 131). Esta tesis
es uno de los aspectos más esenciales de la doctrina de la lógica
dialéctica de los conceptos. El enfoque materialista dialéctico del
concepto es confirmado por el desarrollo de toda la ciencia moderna y
sirve de método de conocimiento científico.

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