3-Filosofía clásica alemana

Filosofía clásica alemana

Contenido

Diccionario filosófico marxista · 1946:117-118

La filosofía clásica alemana es la filosofía alemana de fines del
siglo XVIII y de la primera mitad del XIX. El fundador de esta
filosofía fue Kant (ver); sus continuadores, fueron Fichte (ver) y
Schelling (ver). El sistema de Hegel (ver) fue “la culminación de
todo el movimiento filosófico iniciado con Kant” (Engels). La
filosofía clásica alemana reflejaba la influencia de los movimientos
revolucionarios en Europa de fines del siglo XVIII y de principios del
XIX. Sin embargo, esta influencia se refractaba en ella a través del
prisma de las atrasadas condiciones económico-sociales de la Alemania
de aquel entonces. En la segunda mitad del siglo XVIII y a comienzos
del XIX, Alemania era todavía un país semifeudal, tanto en el aspecto
económico como en el político. La burguesía alemana era todavía
débil, no disponía de suficiente fuerza económica y política para
entablar una lucha abierta contra el feudalismo. Por eso su lucha
contra él se concentraba, principalmente, en el terreno del
pensamiento, en literatura y en filosofía. La burguesía de la
Alemania atrasada y semifeudal sólo pudo soñar con el derrocamiento
del feudalismo. Impotente para la acción práctica, lo revolucionario
adopta en ella la forma de sueños sobre la libertad y la revolución
separadas de la verdadera vida terrenal. La debilidad de la burguesía
alemana condicionó su inconsistencia política y su tendencia hacia el
compromiso con el feudalismo. “Mientras que la burguesía francesa,
gracias a la revolución más colosal que conoce la historia, alcanzó el
poder y conquistó el continente europeo, escriben Marx y Engels, en
Ideología Alemana; mientras que la burguesía inglesa, emancipada ya
políticamente, revolucionaba la industria y sometía políticamente a la
India, y comercialmente a todo el resto del mundo, los impotentes
burgueses alemanes sólo llegaron a la “buena voluntad”. La debilidad,
la inconsecuencia y la dependencia de la burguesía alemana respecto al
feudalismo se refleja en las obras de Kant, Fichte, Schelling y Hegel,
en la hostilidad hacia el materialismo, en el apego a la religión, en
el modo idealista, místico de pensar, &c. Pero la filosofía clásica
alemana tuvo también enormes méritos. Alemania, detenida en su
desarrollo económico y político en el siglo XVIII, ocupaba un lugar
avanzado, en la literatura y en la filosofía. Kant y Hegel, Goethe y
Schiller, los educadores Herder y Lessing, desempeñaron un enorme
papel en el desarrollo ideológico, no sólo de Alemania sino de toda
Europa. “La dialéctica hegeliana, como la teoría más universal, rica
de contenido y profunda sobre el desarrollo, fue considerada por Marx
y Engels como la adquisición más grande de la filosofía clásica
alemana” (Lenin). Las teorías de Kant, Fichte, Schelling y Hegel son
otros tantos peldaños sucesivos en la formación de la dialéctica
idealista. Pero su tentativa de elaborar la dialéctica descansaba en
el idealismo filosófico y, por consiguiente, no pudo ser coronada por
un éxito total. Al desintegrarse la escuela hegeliana se formó la
tendencia materialista de Feuerbach (ver), quien se muestra
materialista en la solución del problema fundamental de la filosofía.
El valor fundamental de Feuerbach en filosofía radica en haber
intervenido en defensa del materialismo contra el idealismo en
general, y en particular contra el de Hegel. Con su profunda crítica
del idealismo, Feuerbach ejerció una gran influencia sobre Marx y
Engels, ayudándoles a pasar del idealismo hegeliano a posiciones
materialistas. Marx y Engels, al crear el materialismo dialéctico,
superaron el idealismo de la dialéctica hegeliana, así como la
limitación metafísica del materialismo de Feuerbach, su idealismo en
la interpretación de la historia. Marx y Engels reelaboraron todo el
caudal de conocimientos acumulados por la humanidad, tomaron de la
dialéctica de Hegel su “médula racional”, es decir, la idea del
desarrollo y de la conexión universal, desecharon la corteza idealista
y continuaron desarrollando la dialéctica, dándole una moderna forma
científica. Marx y Engels utilizaron también la médula fundamental
del materialismo de Feuerbach, desechando su escoria ético-religiosa.
De esta manera, la filosofía clásica alemana vino a ser una de las
fuentes del marxismo. Engels, en su libro Ludwig Feuerbach y el fin
de la filosofía clásica alemana (ver), nos da un brillante análisis de
esta filosofía.

Diccionario de filosofía y sociología marxista · 1959:37-38

Filosofía alemana de fines del siglo XVIII y primera mitad del siglo
XIX. El fundador de esta filosofía fue Kant (ver), y sus
continuadores, Fichte y Schelling. El sistema de Hegel (ver) fue “la
fase culminante del movimiento filosófico desde los tiempos de Kant”
(Engels).

La filosofía clásica alemana reflejó la influencia de los movimientos
revolucionarios en la Europa de fines del siglo XVIII y principios del
XIX; empero, esa influencia se refractó en ella a través del prisma de
las atrasadas condiciones económico-sociales de entonces. La
debilidad, la inconsecuencia y la dependencia de la burguesía alemana
respecto de los señores feudales, se dieron también en sus filósofos,
engendrando en Kant, Fichte, Schelling y Hegel su hostilidad hacia el
materialismo, su vinculación con la religión y la forma
místico-idealista del pensamiento. La filosofía clásica alemana
prestó una serie de servicios, de los que el más básico es la
fundamentación de la dialéctica.

“La dialéctica hegeliana, como doctrina del desarrollo –la más
general, profunda y rica en contenido–, era considerada por Marx y
Engels como una gran adquisición de la filosofía clásica alemana”
(Lenin).

La filosofía clásica alemana, empezando desde Kant y terminando por
Hegel, cultivaba el idealismo; sin embargo, vino a concluir en el
materialismo de Feuerbach. Marx y Engels reelaboraron todo el caudal
de conocimientos acumulados por la humanidad; tomaron de la dialéctica
de Hegel sólo su “grano racional”, es decir, la idea del desarrollo y
la relación universal; arrojaron su corteza idealista e impulsaron la
dialéctica adelante, dándole una forma científica moderna. Marx y
Engels aprovecharon, también, el núcleo fundamental del materialismo
de Feuerbach, rechazando sus acumulaciones ético-religiosas. De tal
modo, la filosofía clásica alemana vino a ser una de las fuentes del
marxismo.

Un brillante análisis de la filosofía clásica alemana, se da en el
libro de Engels “Ludwig Feuerbach y el fin de la filosofía clásica
alemana”.

No figura en el Diccionario filosófico abreviado · 1959
No figura en el Diccionario filosófico · 1965
Diccionario de filosofía · 1984:172-173

Etapa en el desarrollo de la filosofía, representada por las doctrinas
de Kant, Fichte, Schelling, Hegel y Feuerbach. Siendo expresión
ideológica de las concepciones de la burguesía progresista de la época
de destrucción de las relaciones feudales a fines del siglo 18 y
primera mitad del siglo 19, la filosofía clásica alemana constituye
una original sintetización de la experiencia de las revoluciones
burguesas, que hacia aquel entonces habían rebasado ya las cumbres de
su carácter revolucionario (revoluciones inglesa y francesa). De ahí
las manifiestas tendencias al compromiso en la filosofía clásica
alemana, reforzadas por las condiciones de la Alemania de aquella
época (fraccionamiento feudal, relativa debilidad de la burguesía,
&c.) y el afán de circunscribir la solución de muchos problemas a la
esfera teórico-espiritual o sensorial-abstracta. Las fuentes teóricas
de la filosofía clásica alemana fueron las realizaciones más
importantes del desarrollo espiritual precedente de la humanidad,
sobre todo el legado ideológico de la Ilustración francesa y alemana,
el racionalismo de Descartes, Spinoza y Leibniz y la línea
materialista en filosofía (F. Bacon, Hobbes, Spinoza, Gassendi y
otros). En la filosofía clásica alemana están representadas todas las
corrientes filosóficas fundamentales: la dualista (Kant), la idealista
subjetiva (Fichte), el idealismo objetivo (Schelling, Hegel) y el
materialismo (Feuerbach). A pesar de la diversidad de las principales
posiciones filosóficas, la filosofía clásica alemana es una etapa
única y relativamente independiente en el desarrollo de la filosofía,
pues todos sus sistemas se desprenden lógicamente uno de otro. Así,
la contradicción interior del sistema filosófico de Kant, que consiste
en reconocer la existencia objetiva de la “cosa en sí” y negar la
posibilidad de conocerla, engendró el empeño de superar dicha
contradicción en el marco del idealismo subjetivo de Fichte y luego
del idealismo objetivo de Schelling y Hegel, cuyos sistemas
filosóficos se basan en el principio de la identidad del sujeto y el
objeto y de lo ideal y lo real. En la doctrina de Hegel la realidad
se corresponde con el concepto, sus categorías y leyes, que se toman
en movimiento y autodesarrollo, lo cual le permitió adivinar en la
dialéctica de los conceptos la dialéctica de las cosas. Pero el
idealismo de Hegel y la absolutización del pensamiento y de su
historia, es decir el circunscribir el pensamiento a sí mismo,
engendraron en fin de cuentas el principal vicio de su sistema: el
desarrollo dialéctico se convirtió de hecho en movimiento por un
círculo cerrado. Al someter a crítica el idealismo hegeliano,
Feuerbach dejó de lado la idea absoluta y, con ella, la dialéctica del
desarrollo espiritual de la humanidad. Redujo el pensamiento y la
conciencia a la contemplación sensorial, y la esencia del hombre, a su
base sensorial natural. La renuncia a la idea del desarrollo y la
contemplatividad del materialismo feuerbachiano determinaron su
carácter inconsecuente, el que se manifestó en la interpretación
idealista de la historia. Todo el curso del desarrollo de la
filosofía clásica alemana muestra que la intelección filosófica más
plena y profundamente científica del mundo y del hombre sólo puede
efectuarse sobre una base materialista, utilizando todas las
realizaciones de la filosofía clásica alemana, en primer lugar, su
dialéctica. Esta circunstancia, precisamente, permitió a la filosofía
clásica alemana convertirse en una de las principales fuentes del
marxismo.

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