6-Medio geográfico

Medio geográfico

Contenido

Diccionario filosófico marxista · 1946:212-213

Medio geográfico se llama la Naturaleza que circunda a la Sociedad,
las condiciones naturales exteriores de la vida de la Sociedad: el
clima, el suelo, la riqueza del subsuelo, &c. El medio geográfico es
una de las condiciones indispensables y permanentes de la vida
material de la Sociedad. El hombre, actuando sobre la Naturaleza con
la ayuda de los instrumentos de producción y utilizando las fuerzas de
la Naturaleza (el agua, el fuego, el viento, &c.), produce los medios
de existencia que necesita para su vida, los bienes materiales. El
medio geográfico influye sobre el desarrollo de la Sociedad,
acelerándolo, por ejemplo, en los países que disfrutan de una
favorable posición geográfica y que cuentan con riquezas naturales o,
por el contrario, frenándolo, donde las condiciones son adversas. Sin
embargo, el medio geográfico no desempeña, ni mucho menos, un papel
determinante. Su influencia sobre la Sociedad depende del nivel de
desarrollo de la producción material y no es la misma bajo diversos
estados de las fuerzas productivas. Por ejemplo, los ríos y los
mares, en las primeras fases del desarrollo de la Sociedad, aislaban a
los hombres, pero con el progreso de la construcción naval y de la
navegación, se convirtieron en vías de comunicación y se transformaron
en medios de acercamiento, de enlace entre las naciones. En otros
tiempos, muchos yacimientos útiles (carbón, petróleo, minerales, &c.)
no tenían para la Sociedad ningún valor; en cambio, con la industria y
la técnica modernas, desempeñan un enorme papel en la producción de
los bienes materiales. La propia posibilidad de explotación de las
riquezas naturales está determinada por el carácter del régimen
social. Así, bajo el socialismo existen posibilidades inmensamente
mayores de descubrir y de explotar los yacimientos útiles, que bajo el
capitalismo.

Diccionario de filosofía y sociología marxista · 1959:76

Naturaleza que rodea a la sociedad; condiciones exteriores de la vida
de la sociedad: clima, suelo, riqueza del subsuelo, &c. El medio
geográfico es una de las condiciones necesarias y permanentes de la
vida material de la sociedad. Actuando sobre la naturaleza, con ayuda
de los instrumentos de producción, y utilizando sus fuerzas (agua,
fuego, viento, &c.), el hombre produce los medios necesarios para su
existencia, los bienes materiales.

El medio geográfico influye sobre el desarrollo de la sociedad. Puede
acelerar el desarrollo de la sociedad, por ejemplo, por las
condiciones favorables de la situación geográfica de tal o cual país,
existencia en él de riquezas naturales o, por el contrario, dificultar
ese desarrollo; empero, el medio geográfico no desempeña, de ningún
modo, un papel decisivo. La misma influencia del medio geográfico
sobre la sociedad, depende del nivel del desarrollo de la producción
material, y no es igual bajo niveles diferentes de las fuerzas
productivas de la sociedad. Por ejemplo, los ríos y mares, en las
primeras etapas del desarrollo de la sociedad, separaban a los
hombres; pero, con el desarrollo de las construcciones navales y de la
navegación, se convirtieron y se hicieron medios de acercamiento y
unión entre los pueblos. En otros tiempos, muchos yacimientos útiles
(carbón, petróleo, minerales, &c.), no tenían importancia para la
sociedad; en la industria y la técnica moderna, ellos desempeñan un
enorme papel en la producción de los bienes materiales.

Diccionario filosófico abreviado · 1959:349

Naturaleza circundante, condiciones exteriores de la vida social: el
clima, suelo, riquezas del subsuelo, &c. El medio geográfico, que es
una de las condiciones necesarias y permanentes de la vida material de
la sociedad (ver Condiciones de la vida material de la sociedad),
influye sobre el desarrollo social. Acelera su desarrollo si la
situación geográfica del país considerado es favorable, si el país
posee recursos naturales: la traba en cambio si faltan las condiciones
favorables. Pero el medio geográfico no desempeña en absoluto el
papel determinante en la evolución de la sociedad. Permanece
relativamente idéntico en el transcurso de un período prolongado y sus
modificaciones se efectúan muy lentamente, mientras que la vida social
evoluciona mucho más rápidamente. El medio geográfico no puede ser la
causa principal del desarrollo de la sociedad. La influencia del
medio geográfico sobre la sociedad depende también del nivel de
desarrollo de la producción material. Y ésta varía de acuerdo con el
estado de las fuerzas productivas de la sociedad. En el curso de las
primeras fases del desarrollo de la sociedad, los ríos y los mares,
por ejemplo, separaban a los hombres, pero la construcción de navíos y
la navegación los transformaron en vías de comunicación e hicieron de
ellos un medio de acercamiento, de vinculación entre los pueblos.
Antes, muchos minerales (carbón, petróleo y otros productos de
minería) no tenían importancia para la sociedad, mientras que ahora,
el nivel del desarrollo de la industria y de la técnica les asigna un
gran papel en la producción de los bienes materiales. La posibilidad
de utilizar las riquezas naturales es determinada por el carácter del
régimen social.

Bajo el régimen capitalista, la naturaleza es objeto de una
explotación furiosa. Los negociantes sin escrúpulos no se preocupan
de que una explotación semejante disminuya las posibilidades de
utilizar esos recursos en interés de la sociedad. El socialismo, por
el contrario, crea amplias posibilidades para explotar las riquezas
naturales en interés de los trabajadores.

Diccionario filosófico · 1965:308

Conjunto de objetos y fenómenos de la naturaleza viva e inerte
(corteza terrestre, parte inferior de la atmósfera, aguas, suelo,
mundo animal y vegetal) insertos durante una etapa histórica dada en
el proceso de la producción social de modo que constituyen la
condición necesaria de la existencia y desarrollo de toda sociedad. A
medida que la sociedad avanza, se modifican y se amplían los marcos
del medio geográfico. En los estadios primitivos de la historia, el
hombre utilizaba sobre todo las fuentes naturales de los medios de
vida (plantas silvestres y animales, suelos fértiles &c.). Más tarde,
cada vez van adquiriendo mayor significado las riquezas naturales que
constituyen recursos de trabajo, es decir, recursos minerales y
energéticos. El medio geográfico desempeña un importante papel en la
vida de la sociedad. No sólo retarda o acelera los ritmos de
desarrollo de los países y pueblos, sino que, en varios casos, influye
de manera decisiva en el desenvolvimiento de ciertas ramas de la
producción. El hacer caso omiso de las condiciones geográficas
específicas resulta perjudicial para la edificación práctica del
socialismo, lleva al esquematismo y a la actuación uniforme en la
dirección de la economía. En su estado propio, las condiciones
naturales no satisfacen siempre las crecientes necesidades de la
producción. En consecuencia, el hombre las modifica, las transforma,
y de este modo se convierte en el factor más poderoso para el cambio
del medio geográfico. Pero la envergadura, el carácter y las formas
de tal cambio dependen del régimen social. La anarquía de la
producción y la competencia propias del capitalismo obstaculizan la
acción racional sobre la naturaleza y dan origen a modificaciones del
medio geográfico nocivas para la sociedad. Únicamente en el régimen
socialista los hombres “regulara… su cambio de sustancias con la
naturaleza, la colocan bajo su control común… lo efectúan con el menor
gasto de fuerza y en las condiciones más dignas de su condición humana
y más adecuadas a la misma” (Marx, El Capital, t. III, 1955, pág.
833). La formación de la base material y técnica del comunismo se
apoya en la utilización efectiva y planificada en bien del pueblo de
todos los elementos del medio geográfico.

Diccionario de comunismo científico · 1981:186-189

El hombre y el medio natural

La humanidad está orgánicamente unida al medio natural de su
existencia. Está vinculada a la naturaleza ante todo por su origen.
En la evolución de nuestro planeta, surgió en éste la vida, apareció
la biosfera; la evolución de la naturaleza viva condujo al surgimiento
del hombre. Apareció una modalidad nueva de procesos materiales: la
vida de la sociedad y, ante todo, su actividad material productiva,
que es un modo de vida inherente sólo al hombre social, el modo de
relaciones de lo vivo con el medio ambiente natural. Aunque el medio
natural, sobre todo la biosfera, produce no pocas cosas necesarias
para el hombre (oxígeno, agua potable, frutos comestibles, madera,
suelo, minerales, &c.), todos estos dones de la naturaleza no
aseguran, ni mucho menos, las necesidades vitales de la sociedad. Y
las gentes, al no encontrar en el entorno natural medios suficientes
de subsistencia y condiciones favorables, los producen ellas mismas
con las materias de este entorno, con los objetos de la naturaleza,
cambiándolos, transformándolos. En la producción material, el hombre
aplica su trabajo precisamente para “asimilar, bajo una forma útil
para su propia vida, las materias que la naturaleza le brinda” (C.
Marx. El Capital. C. Marx y F. Engels. Obras, t. 23, pág. 188).
Condición decisiva de la vida de la sociedad, esta producción
representa una forma específica de unidad orgánica entre sociedad y
naturaleza. Al producir con los objetos naturales cosas vitalmente
necesarias, el hombre en su trabajo “se apoya constantemente en las
fuerzas naturales” (C. Marx. El Capital. C. Marx y F. Engels.
Obras, t. 23, pág. 52). De esta manera, la naturaleza no es para la
producción material algo absolutamente exterior y que sólo se
transforma. Los procesos naturales controlados por el hombre
–mecánicos, eléctricos, químicos, térmicos, biológicos, &c.–,
funcionan en la esfera de la producción material, están orgánicamente
incluidos en ella, se combinan con las acciones materiales de los
propios individuos y éstos los utilizan con fines determinados. El
dominio del hombre sobre la naturaleza es contradictorio en sí, puesto
que se basa en la subordinación a las leyes de la naturaleza y en
saberlas aplicar. Como subrayó Engels, “a cada paso, los hechos nos
recuerdan que nuestro dominio sobre la naturaleza no se parece en nada
al dominio de un conquistador sobre el pueblo conquistado, que no es
el dominio de alguien situado fuera de la naturaleza, sino que
nosotros, por nuestra carne, nuestra sangre y nuestro cerebro,
pertenecemos a la naturaleza, nos encontramos en su seno, y todo
nuestro dominio sobre ella consiste en que, a diferencia de los demás
seres, somos capaces de conocer sus leyes y de aplicarlas
adecuadamente” (F. Engels. El papel del trabajo en la transformación
del mono en hombre. C. Marx y F. Engels. Obras, t. 20, pág.
496). Con el reconocimiento de la unidad orgánica, inseparable,
contradictoria en sí, de sociedad y naturaleza, la teoría
dialéctico-materialista se diferencia radicalmente de la concepción
metafísica que divide a sociedad y naturaleza considerándolas
vinculadas sólo de modo exterior y contrapuestas totalmente entre sí.

Desde la aparición del hombre y de la producción material social, el
medio físico que le rodea deja de ser, cada vez en mayor grado,
naturaleza espontánea, “intacta”. Desde los tiempos más antiguos, el
hombre forma en el medio ambiente una “segunda naturaleza” (o la
denominada “naturaleza hominizada”), que es el cuerpo material de la
civilización. Todos los objetos producidos por el hombre, todas las
transformaciones que éste realiza de los objetos naturales se
convierten en la misma realidad objetiva que las formaciones puramente
naturales. Toda ampliación e intensificación de la producción, a la
par que aseguran una independencia creciente de la sociedad respecto
de los elementos de la naturaleza, vinculan cada vez más estrechamente
a la sociedad y la naturaleza multiplicando la masa global y el número
de objetos y procesos naturales incorporados a la producción material.
En la actividad productiva de la sociedad, se realizan muchas de las
posibilidades internas de los procesos naturales, que espontáneamente
no podrían realizarse (por ejemplo, sintetizar y producir cantidades
enormes de centenares y millares de compuestos químicos, que en
nuestro planeta no hay en forma natural), se refrenan o se aceleran
distintos procesos naturales espontáneos o se originan nuevos (como,
en particular, la adaptación de organismos vivos a un medio ambiente
contaminado, a la utilización de insecticidas, &c.). Todo el
desarrollo de la biosfera, de la naturaleza de nuestro planeta, es,
desde que el hombre aparece, inseparable de la historia de la
actividad productiva vital humana, como esta actividad es inseparable
de la historia de la naturaleza.

Dada la revolución técnico-científica, la actividad
económico-productiva de la sociedad adquiere nivel planetario. Ha
empezado la dominación práctica del cosmos. Al mismo tiempo, debido a
la creciente contaminación del medio ambiente que mengua la
reproducción espontánea de muchos recursos vitales necesarios a la
humanidad (oxígeno, agua pura, bosques, &c.), ha adquirido gran
actualidad el problema de combinar los procesos espontáneos, naturales
de producción material, de organizar la administración del medio
ambiente, de ampliar la esfera de los procesos energético-materiales y
biológicos regulados y controlados conscientemente por la sociedad.
Se plantea la tarea de utilizar en la producción no sólo fuerzas y
propiedades aisladas de la naturaleza, especies aisladas de procesos
naturales, organismos vivos, sino también complejos naturales, la
biosfera en su totalidad.

Así las cosas aumenta sobre todo el papel de las relaciones sociales
en la interacción entre sociedad y naturaleza. La interacción
práctica del hombre y la naturaleza siempre se verifica mediante uno u
otro sistema de relaciones sociales, en primer lugar de producción.
El carácter de estas últimas repercute en la dirección y los fines de
la utilización de las fuerzas naturales. Como lo demuestra la
historia, el desarrollo espontáneo de las relaciones sociales, los
antagonismos sociales, acarrean consecuencias indeseables, nefastas,
al estado del medio ambiente. “La conclusión es que la cultura, si se
desarrolla espontáneamente y no es dirigida conscientemente… deja
tras sí un desierto” (C. Marx. Carta a F. Engels del 25 de marzo de

  1. C. Marx y F. Engels. Obras, t. 32, pág. 45). Los
    antagonismos de clase frecuentemente conducen a que el dominio
    práctico de las fuerzas de la naturaleza, de nuevos recursos
    naturales, se transforme en nuevas calamidades sociales: guerras,
    avasallamiento de pueblos enteros, desempleo, miseria, creación de
    medios cada vez más potentes de exterminio masivo de las personas y de
    los productos de su trabajo.

El capitalismo, sociedad basada en la propiedad privada sobre los
medios de producción, sobre los recursos naturales, al contribuir a
una asimilación práctica cada vez mayor de la naturaleza, engendra la
actitud expoliadora con respecto a la misma. El sistema del
colonialismo combinaba la explotación desenfrenada de las riquezas
naturales de las colonias con el avasallamiento de los pueblos de
estos países. Los éxitos en el dominio de las fuerzas de la
naturaleza inevitablemente adquieren, de esta manera, un sentido
antihumano, antinatural, transformándose en medios de explotación del
hombre cada vez más potentes y refinados, en medios bélicos y de
destrucción del ambiente natural. La contaminación del ambiente es
superior allá donde el capitalismo ha alcanzado el mayor desarrollo.
Son irreconciliables las contradicciones entre los intereses de los
propietarios privados de las empresas y de los recursos naturales, su
aspiración a las ganancias máximas, y los intereses de la sociedad en
mantener el estado óptimo del medio ambiente. Por ello, el
capitalismo es incapaz de proporcionar una utilización racional, desde
el punto de vista de la sociedad en su integridad, ecológicamente
fundamentada, de los recursos naturales. Los intereses egoístas de
los monopolios no permiten organizar la protección del medio ambiente
de manera coherente y en amplia escala.

La propiedad social sobre los medios de producción, sobre los recursos
naturales, ofrece la posibilidad de regular, con arreglo a un plan,
tanto las mismas relaciones sociales, como la interacción entre
sociedad y naturaleza. Marx escribió que en la sociedad futura será
posible que los “productores asociados regulen racionalmente su
intercambio de materias con la naturaleza, lo pongan bajo su control
común en vez de dejarse dominar por él como por un poder ciego, y lo
lleven a cabo con el menor gasto posible de fuerzas y en las
condiciones más adecuadas y más dignas de su naturaleza humana” (C.
Marx. El Capital. C. Marx y F. Engels. Obras, t. 25, parte II,
pág. 387). En la sociedad socialista, donde el objetivo de la
producción no es el lucro, sino el bien del hombre, la satisfacción de
sus necesidades, la tarea de armonizar las relaciones entre sociedad y
naturaleza se combina orgánicamente con los principios de la propia
actividad económica. Ya en los primeros años del Poder soviético
empezó, y actualmente continúa en gran escala, la protección de las
riquezas naturales. Los decretos promulgados por el Soviet Supremo de
la URSS en 1972 y en 1975, y las “Bases de la legislación de la URSS y
de las repúblicas federadas sobre el subsuelo”, ratificadas por el
mismo en 1975, tienen por fin la sucesiva intensificación de la
protección de la naturaleza y la utilización racional de los recursos
naturales. Es característico de la utilización socialista de la
naturaleza la combinación orgánica del progreso técnico-científico con
un cuidado extraordinario de los recursos naturales y el cultivo del
medio ambiente. Constituye una parte integrante de los esfuerzos
destinados a elevar la eficacia de la producción industrial y
agrícola, a crear la base técnico-material del comunismo, a elevar el
bienestar de los soviéticos y a mejorar su trabajo y su vida
cotidiana. El XXV Congreso del PCUS trazó un amplio programa de
medidas para la protección del medio ambiente, para utilizar
racionalmente los recursos naturales y reproducirlos. En el
quinquenio 1976-1980, en la URSS se destinan a este fin 11 mil
millones de rublos.

La utilización racional de los recursos naturales se está organizando
actualmente dentro del marco de la comunidad de los países
socialistas. Como muchos de los fenómenos destructivos del medio
ambiente son de carácter global, la política de la URSS se plantea el
objetivo de desenvolver una cooperación internacional amplia y activa
en la solución de los problemas ecológicos. Las acciones prácticas de
protección del medio ambiente y de aprovechamiento racional de los
recursos naturales, junto a la defensa de la paz y la prevención del
peligro de una nueva guerra mundial, son en la actualidad de capital
importancia para toda la humanidad.

Diccionario de filosofía · 1984:284

(gr. ge: Tierra, y grapho: escribo): conjunto de objetos y fenómenos
de la naturaleza orgánica y no orgánica (corteza terrestre, parte
inferior de la atmósfera, hidrosfera, capa edáfica, fauna y flora)
incorporados en la presente etapa histórica al proceso de la vida
social y que constituyen una condición necesaria para la existencia y
el desarrollo de toda sociedad. A medida del desarrollo de la
sociedad, cambia y se amplía el marco del medio geográfico. En las
primeras etapas de la historia, los hombres utilizaban principalmente
las fuentes naturales de los medios de vida (plantas silvestres y
animales salvajes, suelos fértiles, &c.). Con posterioridad adquieren
una importancia cada vez mayor las riquezas naturales que constituyen
medios de trabajo, es decir, los recursos minerales y energéticos. El
medio geográfico desempeña un importante papel en la vida de la
sociedad. Disminuye o acelera el ritmo de desarrollo de los países y
pueblos, y en varios casos ejerce una influencia decisiva sobre el
desarrollo de algunos sectores de la economía. En su estado natural,
las condiciones de la naturaleza no siempre satisfacen las crecientes
necesidades de la producción. Por eso, los hombres las cambian y
transforman. De este modo, el individuo es el factor más potente del
cambio del medio geográfico. Pero la envergadura, el carácter y las
formas de este cambio dependen del nivel de la técnica y del régimen
social. La anarquía de la producción y la competencia, propias del
capitalismo, impiden una influencia racional sobre la naturaleza y
determinan los cambios del medio geográfico nocivos para la sociedad.
La construcción de la base material y técnica del comunismo se apoya
en el aprovechamiento eficaz y planificado de todos los elementos del
medio geográfico para bien del pueblo (Ecología, Problemas globales,
&c.).

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