2-Raíces gnoseológicas y de clase del idealismo

Raíces gnoseológicas y de clase del idealismo

No figura en el Diccionario filosófico marxista · 1946

No figura en el Diccionario filosófico abreviado · 1959

Diccionario filosófico · 1965:389-390

Raíces gnoseológicas y de clase del idealismo

Son las causas y condiciones que explican la aparición y existencia de
la filosofía idealista. Las raíces gnoseológicas
(teórico-cognoscitivas) del idealismo estriban en la unilateralidad
metafísica y en el carácter tendenciosamente subjetivo que se dan al
explicar el conocimiento humano. El idealismo surge en el terreno del
conocimiento vivo del hombre aprovechando la complejidad de este
conocimiento y lo que hay en él de contradictorio. En el proceso
mismo del conocer se halla la posibilidad de que las sensaciones y los
conceptos del hombre se separen de las cosas reales, de que la
fantasía vuele alejándose de la realidad objetiva. Tal posibilidad se
trueca en realidad como resultado de un desarrollo exagerado y
unilateral de uno de los rasgos, facetas o aspectos del conocimiento,
rasgos, facetas o aspectos que se eleva a la categoría de absoluto,
desvinculándolo de la materia. “El carácter rectilíneo y la
unilateralidad, la rigidez y la petrificación, el subjetivismo y la
ceguera subjetiva, voilá (he aquí) las raíces gnoseológicas del
idealismo” (Lenin, t. XXXVIII, pág. 361). El idealismo objetivo,
exagera, absolutiza el papel de los conceptos, del pensamiento
abstracto; el idealismo subjetivo exagera el papel de las
percepciones, de las sensaciones, contraponiéndolas del mismo modo al
mundo objetivo. Las raíces de clase del idealismo están unidas a la
división de la sociedad en clases antagónicas, a la afirmación del
dominio de las clases explotadoras, a la separación y contraposición
del trabajo intelectual y el manual. Así surge el divorcio entre el
conocimiento y la actividad práctica de las masas trabajadoras, y las
clases poseedoras monopolizan la labor ideológica, y de ahí que surjan
y se consoliden las ilusiones en el sentido de que el aspecto
intelectual, ideal, de la actividad humana es independiente en
absoluto y desempeña un papel creador especial. Todo ello condiciona
la errónea concepción de que las ideas, los conceptos y, en general,
lo ideal, son lo primario respecto a la materia, a la naturaleza, al
ser. Las raíces gnoseológicas del idealismo están íntimamente unidas
a sus raíces de clase, las cuales no sólo dan origen a la concepción
idealista del mundo, sino que, además, la consolidan en interés de las
clases explotadoras.

Diccionario de filosofía · 1984:361

Raíces gnoseológicas y de clase del idealismo

Causas que explican el surgimiento y la existencia de la filosofía
idealista. El idealismo nace en el terreno del conocimiento humano
vivo como resultado de su carácter complejo y contradictorio. El
proceso mismo del conocimiento lleva implícita la posibilidad de que
las sensaciones y conceptos del hombre se separen de las cosas reales,
y la fantasía, de la realidad objetiva. Esta posibilidad se hace
realidad a consecuencia del desarrollo unilateral exacerbado, del
abultamiento de uno de los aspectos, facetas, del conocimiento hasta
convertirlo en algo absoluto separado de la materia, de la naturaleza,
deificado. El idealismo objetivo exagera y absolutiza el papel de los
conceptos y del pensamiento abstracto, mientras que el idealismo
subjetivo, el papel de la percepción y de las sensaciones,
oponiéndolas de igual manera al mundo objetivo. Las raíces de clase
del idealismo están enlazadas con el afianzamiento del dominio de las
clases explotadoras y el aislamiento y contraposición entre el trabajo
intelectual y el manual. De este modo el conocimiento se va separando
de la actividad práctica de las masas trabajadoras, mientras se
monopoliza la actividad ideológica por las clases dominantes, lo cual
conduce a la aparición y el afianzamiento de la ilusión sobre la
independencia absoluta y el papel creador especial del aspecto
intelectual, ideal de la actividad humana. Todo ello determina la
noción errónea de la primacía de las ideas, los conceptos y lo ideal
en general respecto a la materia, la naturaleza, el ser. Las raíces
teórico-cognoscitivas del idealismo están estrechamente ligadas a sus
raíces de clase, las cuales, además de engendrar la mundividencia
idealista, la consolidan en provecho de las clases explotadoras.

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