3-Revolución cultural

Revolución cultural

No figura en el Diccionario filosófico marxista · 1946

Diccionario filosófico abreviado · 1959:444-446

Revolución cultural

Parte constitutiva de la revolución socialista, que implica una
transformación total en el desarrollo cultural de las masas populares
y tiene por objeto la creación de una cultura nueva, socialista. La
revolución cultural se asigna como tareas esenciales: la asimilación
de la herencia cultural del pasado por parte de las masas
trabajadoras; la organización socialista de la instrucción pública; la
formación de cuadros de intelectuales socialistas; la educación
comunista de los trabajadores. La revolución cultural se cumple
después de la instauración del poder político de la clase obrera, que
crea todas las condiciones necesarias a las transformaciones radicales
en el desarrollo cultural de la sociedad. La particularidad de la
revolución cultural en la U.R.S.S. consiste en que se ha efectuado
gradualmente, desde arriba, por iniciativa y bajo la dirección del
Partido Comunista y del poder del Estado, con el concurso activo de
millones de obreros, de campesinos koljosianos y de intelectuales que
luchaban por superar el retraso cultural del país y por la victoria
del socialismo.

La revolución cultural en Rusia comenzó a partir de la Gran Revolución
Socialista de Octubre, cuando todas las realizaciones de la cultura se
hubieron convertido en patrimonio del pueblo y cuando las condiciones
necesarias a la elevación del nivel cultural de las masas se hallaron
reunidas. El analfabetismo de las masas, herencia del antiguo
régimen, trababa la participación de los trabajadores en la
administración pública, en la edificación del socialismo y en la
actividad social y política. La instrucción constituye la base de
toda cultura; el ignorante queda al margen de la política. El Partido
Comunista y el gobierno soviético emprendieron un trabajo de titanes
para poner fin al analfabetismo. El pueblo soviético hizo amplio uso
de su derecho a la instrucción. Aunque durante los primeros años de
la revolución, la mayoría de la población era analfabeta (en ciertas
repúblicas como en el Kazajstán, el Turkmenistán, el Uzbekistán, etc.,
el número de personas que sabían leer y escribir no pasaba del 1 al 2%
de la población) a partir del año 1933, el 90% de la población sabía
leer y escribir. La U.R.S.S. se había convertido en un país en que
el analfabetismo había sido suprimido: inmensa victoria de la
revolución cultural.

En el desarrollo de la edificación socialista, el Partido Comunista y
el Estado Soviético se habían asignado la tarea de introducir la
enseñanza obligatoria, primaria al principio, secundaria después, a
fin de elevar el país a un grado superior de cultura. En 1930, la
introducción de la enseñanza primaria obligatoria en todas las
regiones de la U.R.S.S., señaló una etapa decisiva de la revolución
cultural. En 1937, el número de alumnos en las escuelas primarias y
secundarias de la U.R.S.S. se elevaba a 29.400.000 contra 8.000.000
en 1914, y en los establecimientos de enseñanza superior a 550.000
contra 112.000. La construcción de escuelas fue llevada a un ritmo
considerable. Sólo en el segundo quinquenio, fueron construidas cerca
de 19.000 escuelas. El número de escuelas superiores aumentó también.
Una multitud de establecimientos culturales hicieron su aparición:
bibliotecas, museos, teatros, cines, centros de radio, palacios de
cultura, clubs; el tiraje de los libros, revistas, diarios, aumentó, y
la cultura física adquirió un rápido auge así como la actividad de los
artistas aficionados, etc.

No se puede resolver el problema de la cultura nueva, socialista, sin
inculcar en la clase obrera el conocimiento y los hábitos necesarios
para la administración y la gestión económica del país. Ahí reside
precisamente el sentido y la importancia de la revolución cultural.
Este problema ha sido resuelto. Del seno de la clase obrera y del
campesinado laborioso han surgido dirigentes de talento en el dominio
económico y político, grandes jefes militares, trabajadores de la
ciencia y la cultura, capaces de resolver los problemas más arduos de
la construcción socialista, de la defensa nacional, etc.

En el curso de la lucha por la industria socialista fundada sobre una
base técnica moderna, la emulación socialista de las masas adquirió
una amplitud sin precedentes y se convirtió en una de las magníficas
realizaciones de la revolución cultural.

El agrupamiento del campesinado en cooperativas era imposible sin
revolución cultural. El Partido llevó a cabo también esta obra, que
constituyó una de las condiciones más importantes para encaminar al
campesinado por la vía de la colectivización.

Otra tarea esencial de la revolución cultural fue la de formar una
intelectualidad nueva, soviética. En el espacio de pocos años, el
país se cubrió de una vasta red de escuelas superiores y secundarias
especializadas de donde salieron centenares de miles de intelectuales
especializados para la economía nacional. La formación de una
intelectualidad socialista, ha sido uno de los resultados más
importantes de la revolución cultural en la U.R.S.S.

Este magnífico auge cultural de las masas populares y la creación de
esta intelectualidad nueva han tenido como corolario el florecimiento
de la ciencia, de la técnica, de la literatura y de las artes. Al
continuar y desarrollar las mejores tradiciones de la ciencia rusa y
extranjera de vanguardia, los sabios soviéticos han obtenido
importantes éxitos: sobre todo, en el dominio de la utilización
pacífica de la energía atómica, en los de la física, la química la
biología, las matemáticas, las ciencias sociales, la técnica, etc.
Actualmente, se trata de utilizar las ventajas ofrecidas por el
régimen socialista para obtener un nuevo auge de la ciencia.

Notables éxitos han sido igualmente registrados por la literatura y
las artes soviéticas: el cine, la música, el teatro, la arquitectura,
las artes plásticas. Apoyándose firmemente en el método del realismo
socialista (ver), los escritores y los artistas reflejan en sus obras
la vida de los soviéticos, constructores del comunismo.

La cultura socialista soviética se formó en el curso del combate
empeñado por el Partido contra los enemigos de clase, contra los
trotskistas-bujarinistas, que querían restaurar el capitalismo, contra
todas las manifestaciones de la ideología burguesa.

La cultura socialista ha penetrado toda la existencia del pueblo
soviético. Uno de los resultados inestimables de la revolución
cultural consiste en haber formado al hombre soviético, al hombre de
tipo nuevo, capaz de aplicar la ciencia y la técnica en la producción,
capaz de comprender la política del Partido y del Gobierno y conocedor
de la manera de ponerla en práctica, en una palabra, un militante, un
patriota.

La experiencia de la revolución cultural en la U.R.S.S. tiene una
inmensa significación internacional y encuentra una amplia aplicación
en los países de democracia popular (ver) embarcados en la edificación
del socialismo y en la creación de una nueva cultura popular,
socialista.

Diccionario filosófico · 1965:403-404

Revolución cultural

Es una de las leyes generales inherentes a la revolución socialista;
estriba en la necesidad de llevar a cabo, en un plazo más o menos
breve, la reorganización de toda la instrucción pública, de hacer
accesibles a las amplias masas del pueblo los frutos superiores de la
cultura. De este modo se crean las condiciones necesarias para que
los trabajadores puedan participar directamente en la dirección de la
vida económica, estatal y social, para educar a los miembros de la
intelectualidad socialista y para formar una nueva cultura socialista.
Estas tareas fundamentales de la revolución cultural no son
descartadas por las peculiaridades especificas de la edificación
socialista en los diversos países. La revolución cultural llevada a
cabo en la U.R.S.S. arrancó a las masas trabajadoras de Rusia de la
esclavitud e ignorancia espirituales; el país, cuya población era en
su mayor parte analfabeta, dio un salto gigantesco hacia las cimas de
la cultura. Actualmente, la Unión Soviética es un país de
alfabetización completa, de un alto nivel de instrucción, ciencia,
técnica y cultura. En el período del paso gradual del socialismo al
comunismo, el avance en el terreno de la cultura, como indica el
programa del P.C.U.S., constituye la etapa culminante de la revolución
cultural. En esta etapa se plantea en primer plano la tarea de la
educación comunista de todos los trabajadores en el espíritu de
elevados principios y de fidelidad al comunismo, de una actitud
comunista respecto al trabajo y a la propiedad social; la tarea de la
superación completa de las supervivencias burguesas en las
concepciones y costumbres del desarrollo universal y armónico de la
personalidad, la creación de una auténtica riqueza de cultura
espiritual. De que se cumplan esas tareas depende en grado inmenso la
elevación de las fuerzas productivas, el progreso de la técnica y de
la organización de la producción, el aumento de la actividad social de
los trabajadores, el desarrollo de los fundamentos democráticos de la
autogestión, la reestructuración comunista del género de vida.

Diccionario de filosofía · 1984:376

Revolución cultural

Cambios cardinales en la vida espiritual de la sociedad, que se
producen en el proceso de la edificación socialista y comunista. La
revolución cultural sólo es posible sobre la base de las
transformaciones políticas y económicas en el curso de la revolución
socialista, que crea para aquélla todas las premisas necesarias, ante
todo, en virtud del paso del poder y de todos los valores materiales y
espirituales a manos del pueblo. En el período de transición del
capitalismo al socialismo, las tareas fundamentales de la revolución
cultural consisten en realizar, durante un plazo más o menos breve, la
reorganización de toda la instrucción popular e incorporar las grandes
masas populares a los adelantos de la cultura. De este modo se crean
las condiciones necesarias para la participación directa de los
trabajadores en la gestión de la vida económica, estatal y social y
para la educación de los cuadros de la intelectualidad socialista y la
formación de una cultura nueva, socialista. Estas tareas de la
revolución cultural son comunes para todos los países que edifican el
socialismo, independientemente de las peculiaridades de cada país
concreto. El cumplimiento de dichas tareas permitió a la URSS, país
en que la mayoría de la población era analfabeta, dar un salto de la
ignorancia a la dominación de las cumbres de la cultura. En la
sociedad socialista desarrollada, la tarea consiste en crear las
premisas espirituales para el triunfo del comunismo, una riqueza
auténtica de la cultura espiritual y las posibilidades para el
desarrollo integral del individuo. De ello depende en colosal medida
el ascenso de las fuerzas productivas, el progreso de la técnica y la
organización de la producción, la elevación de la actividad social de
los trabajadores, el desarrollo de las bases democráticas de la
autogestión y la reorganización de la vida cotidiana.

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