5-Verdades eternas

Verdades eternas

Diccionario filosófico marxista · 1946:313-314

Verdades eternas

Desde el punto de vista de la teoría dogmática y metafísica del
conocimiento, toda verdad auténtica es eterna, y si durante el
desarrollo ulterior de la ciencia, esta verdad es sometida a un
cambio, quiere decir que no era auténtica. “Las verdades efectivas
son en general inmutables”, escribía el caracterizado representante
del dogmatismo gnoseológico E. Dühring. La lógica formal, como
lógica del dogmatismo gnoseológico, tiene que ver preeminentemente,
con “verdades eternas”. La filosofía medioeval consideraba todas sus
conclusiones como “verdades eternas”, basadas en la autoridad
indiscutible de la Biblia y de los escritos de los “padres de la
iglesia”. La religión, habiendo sido el campo del dogmatismo total,
declaró sus absurdos y anticientíficos dogmas como “verdades eternas”.
El materialismo dialéctico, discrepando decididamente con el
dogmatismo gnoseológico y con el escepticismo, que expresa la duda en
la posibilidad de un conocimiento veraz, afirma el carácter histórico
del conocimiento humano. Existen verdades simples que pueden ser
consideradas como “eternas”; por ejemplo, el hecho de que Napoleón
muriese en la isla de Santa Elena en un día y hora determinados.
Extender, sin embargo, la noción de “verdades eternas” a las teorías
científicas que abarcan un inmenso círculo de problemas complejos,
significa petrificar la verdad, dogmatizarla. Declarar definitivas y
eternas las verdades científicas, significa cerrar a la ciencia el
camino hacia un desarrollo ulterior; en realidad, cada verdad, en el
proceso de la práctica histórico-social, en el proceso del desarrollo
de la ciencia, puede ser profundizada, enriquecida y precisada. La
ciencia avanzada revisa continuamente a la luz de los datos
suministrados por la Práctica sus teorías y verdades, precisándolas y
desarrollándolas, rechazando las caducas que dejan de ser exactas.
(Ver: Verdad; Verdad Absoluta; Verdad Relativa).

Diccionario filosófico abreviado · 1959:520-521

“Verdades eternas”

Los metafísicos consideran toda verdad como una “verdad eterna”, dada
de una vez por todas e inmutable. “Las verdades auténticas son
absolutamente inmutables”, escribía Dühring (Ver). En su crítica a
éste, Engels mostró que las verdades verdaderamente científicas se
desarrollan, se modifican, se perfeccionan, gracias al progreso de las
ciencias y de la actividad práctica de los hombres. En su
caracterización de los tres grandes dominios de la ciencia (naturaleza
inanimada, naturaleza viva y sociedad), Engels señala que las verdades
científicas se desarrollan, y que la fuerza de la ciencia reside
precisamente en el hecho de que no admite conocimientos fijados de una
vez por todas. Naturalmente, existen “verdades eternas” como, por
ejemplo, la que comprueba que París está situado en Francia, etc.;
pero las “verdades” de esa clase son extremadamente simples y no
pueden ser comparadas a las verdades complejas que interesan a la
ciencia y que no se obtienen de una vez por todas, sino en el curso de
un progreso científico prolongado y laborioso.

Las verdades eternas son particularmente preferidas por los afectos a
ver también en la historia humana verdades eternas, moral eterna,
justicia eterna, etc. Esta actitud es propia de todos los ideólogos
de las clases explotadoras quienes, con frases sobre la justicia y la
moral “eternas”, etc., quieren disimular el antagonismo de las clases,
negar a los explotados el derecho de luchar por una vida mejor, hacer
pasar el régimen de esclavitud y de opresión por un régimen fundado en
la justicia “eterna”, etc.

El materialismo dialéctico, que ha refutado la teoría metafísica de
las “verdades eternas”, ha creado la única teoría valedera para el
conocimiento de las verdades científicas. (Ver Conocimiento; Teoría y
práctica; Verdad absoluta y verdad relativa.)

Diccionario filosófico · 1965:480

Verdad eterna

Término con el que se designa el carácter irrefutable de las verdades
en el proceso que sigue el conocimiento al desarrollarse. En este
sentido, la verdad eterna es análoga a la verdad absoluta. Sin
embargo, en el proceso del conocimiento, el hombre encuentra ante todo
verdades relativas que contienen en sí mismas únicamente una partícula
de las verdades absolutas. La metafísica y el dogmatismo, que no
consideran la verdad como dependiente de condiciones, sobrevaloran
extraordinariamente el papel del momento absoluto en la verdad. Ello
constituye la base gnoseológica para elevar todas las verdades al
rango de eternas, irrefutables. Análoga era la concepción de la
verdad por parte de Eugen Dühring, sometida a dura crítica por Engels
en su libro Anti-Dühring. La religión, con su dogmatismo extremado,
ve sus postulados como “verdades eternas” irrefutables.

Diccionario marxista de filosofía · 1971:316

Verdad eterna

Uno de los significados de la verdad absoluta (Verdad absoluta y
verdad relativa). La investigación conduce por lo común a establecer
verdades relativas, las cuales posteriormente se van modificando y
precisando. Estas verdades, sin embargo, contienen elementos que
reflejan correctamente la realidad y que no se modifican con el
ulterior progreso de la ciencia. Se denominan verdades eternas.
Entre las verdades eternas hay que considerar asimismo los hechos
particulares firmemente establecidos, los conocimientos acerca de
acontecimientos que ya han tenido lugar, por ejemplo, el lanzamiento
del primer satélite artificial de la Tierra, la muerte de León
Tolstoi, etc. Este género de verdades siempre son triviales y no
tienen valor de significación para el conocimiento científico.

Diccionario de filosofía · 1984:442

Verdad eterna

Término que significa la irrefutabilidad de las verdades en el proceso
de desarrollo del conocimiento. En este sentido, la verdad eterna es
análoga a la absoluta. Ahora bien, en el proceso del conocimiento, el
hombre trata por excelencia con verdades relativas, las cuales no
contienen sino granos de las absolutas. Al considerar la verdad como
independiente de las condiciones, la metafísica y el dogmatismo
sobrestiman el papel del elemento absoluto en ella. Esa es la base
gnoseológica para elevar todas las verdades al grado de eternas e
irrefutables. La religión, como expresión del dogmatismo extremo,
proclama que todos sus postulados son “verdades eternas” irrefutables.

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