CHADÁEV, Pedro

Pedro Jácovlevich Chadáev (1794-1856)

Contenido

Diccionario filosófico marxista · 1946:65-66

Pensador de vanguardia ruso de la generación de los revolucionarios de
la nobleza, uno de los hombres más ilustrados de Rusia durante la
primera mitad del siglo XIX y amigo cercano de A. S. Pushkin, quien
le dedicó algunos de sus poemas. El nombre de Chadaev llegó a ser
ampliamente conocido en 1836, a raíz de su primera “Carta Filosófica”
publicada en la revista Telescopio. En medio de la más cruel reacción
nicolasiana después de la derrota de la insurrección de los
decembristas, “la carta de Chadaev –como escribía Herzen– conmovió a
toda la Rusia pensante”. En este formidable documento del pensamiento
social ruso, la crítica convincente contra el estancamiento y estado
de postración de la realidad rusa de entonces, alcanza gran
profundidad y fuerza. Chadaev fustiga el atraso cultural y económico
de la Rusia feudal, alejada durante siglos de la civilización europea.
“Todo el mundo volvió a rehacerse, pero entre nosotros nada se ha
creado; vegetamos como antes, olvidando nuestras covachas construidas
de vigas y paja”. Chadaev se daba perfecta cuenta de que la causa de
este mal radicaba en las condiciones sociales imperantes en Rusia.
“Esto es el efecto natural del triste estado de cosas, que se apoderó
entre nosotros de todos los corazones y de todas las mentes”. Chadaev
señalaba que el régimen de servidumbre y la iglesia ortodoxa bizantina
habían condenado a Rusia a vegetar en la ignorancia, y llamaba a los
hombres avanzados de la sociedad rusa para poner término a la
esclavitud e incorporar a Rusia a la cultura de la Europa Occidental.
Pero, a diferencia de los decembristas, Chadaev ve la senda del
progreso de Rusia, no en la revolución política, sino en la difusión
de la ilustración. Desenvolviendo la concepción filosófica-histórica
idealista, afirma que el perfeccionamiento de la inteligencia humana,
la fusión de la conciencia de los pueblos en una conciencia única,
universal, conduce a la humanidad hacia el régimen social ideal. La
Carta de Chadaev, severa acusación contra la servidumbre, provocó
monstruosas represalias por parte de los círculos gobernantes de la
Rusia nicolasiana. El Telescopio fue clausurado, desterrado su
redactor, el censor licenciado, y Chadaev oficialmente declarado
demente. Se le quitaron todos sus originales, entre ellos también,
las ocho Cartas Filosóficas restantes y múltiples aforismos,
rescatados recientemente. En la Apología del demente (1837), Chadaev
declara que sólo el amor al pueblo ruso, el deseo de la felicidad y
del progreso para su patria le habían dictado la severa crítica a que
sometió el pasado de Rusia en sus Cartas Filosóficas. “Estamos
llamados, escribía, a resolver una gran parte de los problemas de
orden social, a realizar la mayor parte de las ideas nacidas en las
antiguas sociedades, a responder a los problemas más importantes que
preocupan a la humanidad”. En la concepción filosófica de Chadaev se
entrelazan el contenido “ilustrado” antifeudal con elementos místicos.
Chadaev vinculaba la emancipación de las masas populares con la
elevación del catolicismo. No obstante, hasta su muerte permaneció
siendo un “ilustrado” humanista, luchando contra el filoeslavismo que
idealizaba los “cimientos” feudo-patriarcales de la autocracia rusa.
En 1914 se publicaron en dos tomos las obras y cartas de Chadaev. Las
nuevas publicaciones son: Herencia Literaria nº 22-24, Jalón nº 3-4,
1934, nº 5, 1935.

Diccionario filosófico abreviado · 1959:50-52

Piotr Iakovlevich Chaadaiev (1794-1856)

Filósofo idealista ruso. Obtuvo una gran popularidad en 1836 con su
primera Carta filosófica publicada en la revista Telescopio. En plena
reacción bajo el reino de Nicolás I, después de la derrota de los
decembristas (ver), la Carta de Chaadaiev “convulsionó a toda la Rusia
pensante” (Herzen, ver). Era una crítica que fustigaba al régimen
zarista, atrasado y en descomposición; un acta de acusación contra la
servidumbre. Chaadaiev veía claramente que la causa del estancamiento
residía en las condiciones sociales de la Rusia de entonces. “Es la
consecuencia natural del régimen existente que pesa sobre todos los
corazones, todos los cerebros”, escribía. Chaadaiev mostraba que la
servidumbre y la Iglesia ortodoxa bizantina condenaban a Rusia a la
ignorancia y la miseria. Luchaba contra la tendencia eslavófila,
contra la idealización de las tradiciones patriarcales de la
autocracia rusa. Llamaba a los hombres de vanguardia de la sociedad
rusa a terminar con la esclavitud y a crear condiciones favorables al
progreso. A diferencia de los decembristas, con los cuales estaba
vinculado, Chaadaiev veía el camino del progreso de Rusia no en el
golpe de Estado, sino en una renovación moral gradual. Afirmaba que
el perfeccionamiento del espíritu humano conduciría a la humanidad a
un régimen social ideal. El gobierno zarista reaccionó ante la Carta
de Chaadaiev por medio de violentas represiones. El Telescopio fue
clausurado, su director exilado y el censor destituido, y se hizo
pasar a Chaadaiev por loco. Se le confiscaron todos sus papeles,
entre los cuales, ocho Cartas filosóficas.

En la Apología de un loco (1837), Chaadaiev explica que sólo su amor
al pueblo ruso, su deseo de ver a su patria feliz y próspera le habían
dictado esa crítica vehemente del orden social reinante en Rusia. En
la doctrina idealista de Chaadaiev se mezclaban confusamente ideas
progresistas y antifeudales, con ideas reaccionarias y místicas.
Chaadaiev comete un error grosero al negar todo elemento positivo en
la historia de Rusia, incluyendo en su negación, su cultura avanzada.
Exalta el catolicismo, cuya esencia reaccionaria no percibe, y cuenta
con él para abolir la servidumbre.

Diccionario filosófico · 1965:100-101

Piotr Iákovlevich Chaadáiev (1794-1856)

Pensador y político ruso. Procedía de una familia noble. Participó
en la guerra de 1812-14. De vuelta en Rusia, ingresé en la «Unión de
la prosperidad» (1819) y luego en la «Sociedad del Norte» (1821).
Retirado del ejército, en 1823 partió al extranjero, donde se entregó
a una intensa labor teórica, se entrevisto con Lamennais y con
Schelling. Cuando vueve a Rusia (1826), es detenido por sus ligazones
con los decembristas. Se le libera por falta de pruebas, pero queda
bajo la observación de la policía. En 1828-31, escribe varias de sus
famosas «Cartas filosóficas» la primera de las cuales se publicó en
1836 en la revista «Telescopio». Según palabras de Herzen, la carta
conmovió a la Rusia pensante y llenó de indignación a los círculos
monárquicos. Se clausura la revista, su jefe de redacción,
Nadiézhdin, fue deportado, y a Chaadáiev le declararon loco. En 1837,
Chaadáiev escribió su «Apología de un loco» y en la década de 1840,
participó con Herzen y Granovski, en la lucha de los occidentalistas
contra los eslavófilos. Algunos de los artículos de Chaadáiev se
difundieron en copias manuscritas. La concepción que del mundo tenía
Chaadáiev había sido, hasta 1823, la típica de los nobles de espíritu
progresivo de la Rusia de aquel entonces, educados según las ideas de
los enciclopedistas franceses y de los pensadores rusos de la
Ilustración del siglo XVIII, enemigos de la servidumbre. Pushkin, con
quien Chaadáiev se hallaba ligado por lazos de amistad, hacía hincapié
en las concepciones radicales de su amigo durante aquellos años, le
denominaba Bruto y Pericles. Mas Chaadáiev no se sentía satisfecho
con las posiciones teóricas de los decembristas, buscaba en la
historia las leyes de su desarrollo para fundamentar los ideales
sociales que los decembristas proclamaban. Tales búsquedas acabaron
llevando a Chaadáiev al catolicismo y a renunciar a los métodos
revolucionarios para la transformación de la sociedad. Verdad es que
el catolicismo de Chaadáiev constituía, en esencia, una forma de
utopía social. El analisis de sus «Cartas filosóficas» pone de
manifiesto que también en dicho período Chaadáiev sigue siendo enemigo
de la autocracia, de la Iglesia ortodoxa y de la servidumbre. Su
crítica del régimen existente en Rusia fue acogida con entusiasmo por
la gente avanzada del país. La publicación de su primera «Carta
filosófica» en 1836, como primera protesta pública contra la
autocracia y el régimen de servidumbre después del 25 de diciembre de
1825, tuvo extraordinria resonancia en aquella sociedad oprimida.
Según la filosofía de Chaadáiev, todo en la naturaleza y en la
sociedad se halla sujeto a la suprema ley divina. En conjunto,
Chaadáiev mantiene el punto de vista de un idealismo subjetivo más o
menos susceptible de incluir en su contenido las ideas de las ciencias
naturales. Considera que el hombre, sin la revelación de las alturas
no puede alcanzar las leyes más generales del mundo. Habiendo
aplicado este principio a la filosofía de la historia, llegó a la
conclusión de que la revelación divina era lo decisivo para el
desarrollo de la sociedad. Creía, en consecuencia, que el medio
principal para establecer el «reino de Dios» en la tierra era la
educación religiosa de la humanidad. Entendía el futuro «reino de
Dios» como una sociedad civil en la que imperarían la igualdad, la
libertad y la democracia. En relación con ello, declaraba, de modo
análogo a Lamennais y Saint-Simon, que era indispensable modernizar el
catolicismo. La forma religiosa de sus ideas hizo que Chaadáiev se
encontrara al margen del ascenso general que experimentó el movimiento
democrático revolucionario ruso y de la ideologia del mismo, hizo que
se [101] inclinara hacia el pesimismo histórico. El carácter
contradictorio de la concepción que Chaadáiev tenía del mundo dio pie
a que, a despecho de la verdad, los viejovstsi (Viejovstvo) y otros
falsificadores del pensamiento social ruso, le incluyeran en el grupo
de los misticos, ajenos a los intereses y tendencias sociales.

Diccionario de filosofía · 1984:100

Petr Yákovlevich Chaadaev (1794-1856)

Pensador ruso, personalidad pública y política. Nació en una familia
de nobles. Participó en la guerra de 1812-14. En 1823-26,
encontrándose en el extranjero, sostuvo encuentros con F. Lammenais y
Schelling. En 1828-30 escribe una serie de famosas Cartas
filosóficas, la primera de las cuales fue insertada en 1836 en la
revista Teleskop (“Telescopio”). Según dijera Herzen, esta carta
conmovió a la Rusia pensante y provocó indignación en las esferas
monárquicas. Dicha revista fue clausurada, su redactor, desterrado, y
Chaadaev, proclamado loco. En 1837, Chaadaev escribió la Apología de
un loco y en los años 40, conjuntamente con Herzen y Granovski,
participó en la lucha de los occidentalistas contra los eslavófilos.
Varios artículos de Chaadaev se difundieron en manuscritos. Hasta
1823, la mundividencia de Chaadaev era típica de un noble progresista
de la Rusia de aquel entonces, educado en el espíritu de las ideas de
los enciclopedistas franceses y los ilustrados rusos del siglo 18,
adversarios del régimen de servidumbre. Más tarde, Chaadaev pasa al
punto de vista del catolicismo, aunque su catolicismo constituye de
hecho una forma de utopía social. En aquel período, Chaadaev sigue
siendo adversario de la autocracia, la ortodoxia y del régimen de
servidumbre. La filosofía de Chaadaev trata de fundamentar el papel
supremo de la ley divina en la naturaleza y la sociedad. En conjunto,
mantiene el punto de vista del idealismo objetivo, incluyendo en
cierta medida en el contenido de sus propios criterios las ideas de
las ciencias naturales. Según Chaadaev, el hombre no puede concebir
las leyes más generales del mundo sin revelación desde arriba. Al
aplicar este principio en la filosofía de la historia, Chaadaev llegó
a la conclusión del papel decisivo de la revelación divina en el
desarrollo de la sociedad. En virtud de ello, sostiene que el
principal medio para hacer realidad el “reino de Dios” en la Tierra es
la educación religiosa de la humanidad. Chaadaev entiende por el
“reino de Dios” venidero la sociedad civil en la que dominan la
igualdad, la libertad y la democracia. En virtud de ello, proclama,
lo mismo que Saint-Simon, la necesidad de modernizar el catolicismo.
La forma religiosa de las concepciones de Chaadaev hizo que él se
encontrara al margen del ascenso general que experimentó el movimiento
democrático revolucionario ruso y de la ideología del mismo, hizo que
se inclinara hacia el pesimismo histórico. El carácter contradictorio
de la mundividencia de Chaadaev fue la causa de que, a despecho de la
verdad, los falsificadores del pensamiento social ruso inscribieron a
Chaadaev en el campo de los místicos, ajenos a los intereses y anhelos
sociales progresistas.

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