Renato Descartes (1596-1650)
Diccionario filosófico marxista · 1946:73-74
Célebre filósofo y sabio francés. En la solución del problema
filosófico fundamental –el problema de la relación entre el pensar y
el ser–, Descartes era un dualista. Afirmaba que existen dos
sustancias: la del cuerpo que posee el atributo de la extensión, y la
del alma que posee el atributo del pensamiento. (Ver: Dualismo). Con
ello reconocía dos principios completamente independientes uno de
otro: el material y el espiritual. El cuerpo y el alma, según
Descartes, “son determinados para la existencia” por una tercera
sustancia: Dios. En su física desarrolló ideas materialistas. La
Naturaleza, enseñaba, representa un conjunto continuo de partículas
materiales; el rasgo distintivo de la materia es la extensión. El
movimiento del mundo material es eterno y se realiza de acuerdo con
las leyes de la mecánica, o sea, se reduce a un simple desplazamiento
de las pequeñas partículas, los átomos. Descartes enunció la ley de
la conservación de la materia. Marx hizo notar que, “en su física,
Descartes atribuye a la materia una fuerza creadora propia, y
considera el movimiento mecánico como la manifestación vital de la
materia… En los límites de su física, la materia representa la
sustancia única, la única razón del ser y del conocimiento”.
Manifestándose contra la filosofía medioeval y refutando la autoridad
de la iglesia, teniendo una profunda fe en la fuerza de la razón
humana, Descartes consideraba necesario crear un método nuevo,
científico, de conocimiento del mundo, situar en lugar de la fe ciega,
la ciencia, la razón. Descartes recurre a la “duda” como a un método
de razonamiento mediante el cual se puede evitar toda clase de
conceptos preconcebidos y rutinarios, y llegar a establecer verdades
auténticas. Declara que duda tanto de la certeza de nuestras
representaciones como de la existencia del propio mundo. Pero al
dudar de todo, debe reconocer con ello una cosa: que él duda, o sea,
que él está pensando. Y Descartes llega a su conocida conclusión:
“Pienso, luego existo”. En la teoría del conocimiento, Descartes es
el progenitor del racionalismo (ver). Estimaba que los sentidos nos
suministran solamente una representación confusa de las cosas y con
ello nos inducen al error; la verdad, en cambio, se alcanza
directamente por la razón, por la intuición que le es inherente, y la
certeza de la verdad se comprueba, no por la práctica y la
experiencia, sino por la nitidez e inteligibilidad de nuestros
conceptos. Por eso, a su juicio, el criterio de la verdad no se halla
al margen de la razón, sino en ella misma. A la vez que la teoría
sobre la fuerza de la razón, Descartes reconocía también la existencia
de ideas innatas. Así, por ejemplo, consideraba que las ideas de
Dios, de la sustancia espiritual y de la corporal, son ideas innatas
en el hombre. Descartes fue un notable sabio de su tiempo, físico y
matemático. Engels señaló que “un punto crucial en las matemáticas
fue la magnitud variable cartesiana. Gracias a ella, entraron en las
matemáticas la dinámica y la dialéctica“. Descartes es el creador de
la geometría analítica. Puso los cimientos de la moderna física
materialista y del racionalismo filosófico, ejerciendo una gran
influencia sobre el desarrollo ulterior de la ciencia y de la
filosofía. Las obras más importantes de Descartes son: Discurso del
Método, 1637; Reflexiones metafísicas, 1629-1640; Principios de la
Filosofía, 1644; Reglas para la dirección del espíritu, 1701.
Diccionario filosófico abreviado · 1959:123-124
René Descartes (1596-1650)
Célebre filósofo y sabio francés. Descartes resuelve como dualista la
cuestión fundamental de la filosofía, la de la relación entre el
pensamiento y el ser. Admite dos substancias: la del cuerpo cuyo
atributo es la extensión, y la del alma cuyo atributo es el
pensamiento. De donde, dos principios independientes: el uno
material, y el otro espiritual. La existencia del cuerpo y del alma
está determinada por una tercera substancia: Dios. En su física,
Descartes sostiene las tesis materialistas. La naturaleza es, según
él, un conjunto continuo de partículas materiales, la esencia de la
materia es la extensión, y el movimiento del mundo material es eterno
y se efectúa de acuerdo con las leyes de la mecánica: se reduce a la
simple traslación de las partículas, de los átomos en el espacio.
Marx hizo notar que “en su física, Descartes atribuye a la materia una
fuerza creadora propia, y considera el movimiento mecánico como su
manifestación vital… En los límites de su física, la materia
representa la substancia única, la única razón del ser y del
conocimiento”. (Marx/Engels, Obras, Ed. alem.). Descartes repudiaba
la filosofía de la Edad Media y negaba la autoridad de la Iglesia.
Profundamente convencido de la potencia de la razón humana, quería
crear un método nuevo, científico del conocimiento del mundo, y
substituir la fe ciega por la razón y la ciencia. Recurre a la “duda”
como método de razonamiento, con la ayuda del cual puede librarse de
toda idea preconcebida o noción habitual, y establecer verdades
irrefutables. Declara que duda de la exactitud de nuestras
representaciones del mundo así como de la existencia del propio mundo.
Pero al dudar de todo, debe reconocer, sin embargo, que duda, es
decir, que piensa. Y Descartes llega a la famosa conclusión
idealista: “Pienso, luego existo”. Partiendo así del hecho de la
existencia de su propio “yo”, llega a la conclusión de que el mundo
exterior existe igualmente. Esta tesis cartesiana será utilizada más
tarde por el idealismo subjetivo.
En la teoría del conocimiento, Descartes es el padre del racionalismo
(ver). Estimaba que los sentidos no nos dan más que una
representación confusa de los objetos y pueden así inducirnos a error.
Es la misma razón la que concibe la verdad, por una intuición que le
es propia, y la exactitud de una verdad se ve confirmada no por la
práctica y la experiencia, sino por la claridad y la nitidez de
nuestras ideas. El criterio de la verdad se halla, pues, en la razón
misma. Descartes fue el autor de la teoría idealista de las “ideas
innatas”, tales como las ideas de Dios, de la substancia corporal y de
la substancia espiritual. Su filosofía se esforzaba en conciliar la
religión y la ciencia. No obstante, Descartes fue en su época un
físico y matemático eminente. Engels señala que la “magnitud variable
de Descartes señaló un punto crucial en matemáticas. Con ella el
movimiento y la dialéctica entraron en las matemáticas” (Dialéctica de
la naturaleza, Ed. rusa). Descartes es el fundador de la geometría
analítica. Sus concepciones materialistas de la naturaleza
constituían un aporte al progreso de la ciencia y de la filosofía,
pero el lado idealista de su doctrina contribuyó a la defensa de la
religión. Su doctrina sufrió la influencia de la ideología burguesa
del siglo XVII que reflejaba, al lado de las tendencias progresivas de
la burguesía francesa de la época, el temor a las masas populares, la
adaptación a la monarquía feudal. Principales obras: Discurso del
método (1637), Meditaciones metafísicas (1641), Principios de la
filosofía (1644), Tratado de la luz (1664), Regulae ad directionem
ingenii (1701).
Diccionario filosófico · 1965:114-115
René Descartes (1596-1650)
Latinizado como Cartesius. Filósofo, matemático, físico y fisiólogo
francés. Estudió en el colegio de jesuitas de La Fléche. Después de
servir en el ejército, se trasladó a los Países Bajos, país
capitalista avanzado en aquella época, y allí pasó veinte años
entregado a sus ocupaciones científicas y filosóficas. Las
persecuciones de los teólogos neerlandeses le obligaron a fijar su
residencia en Suecia (1649), donde murió. La filosofía de Descartes
se halla vinculada a su matemática, cosmogonía y física. En
matemática Descartes es uno de los creadores de la geometría
analítica. En mecánica, señaló el carácter relativo del movimiento y
del reposo, formuló la ley general de la acción y de la reacción, así
como la ley de la conservación total de la cantidad de movimiento
cuando chocan dos cuerpos no elásticos. En cosmogonía elaboró una
idea, nueva para la ciencia, sobre el desarrollo natural del sistema
solar; consideraba que la forma básica del movimiento de la materia
cósmica –movimiento que condiciona la estructura del universo y el
origen de los cuerpos celestes– es el movimiento en torbellino de sus
partículas. Esta hipótesis contribuyó al futuro éxito de la
dialéctica de la naturaleza, pese a que el propio Descartes aún
comprendía el desarrollo en un sentido mecánico. En sus
investigaciones matemáticas y físicas, basó su doctrina sobre la
materia o sobre la substancia corpórea. Identificaba la materia con
la extensión o con el espacio: sólo la extensión no depende de lo
subjetivo y se halla condicionada por las propiedades necesarias de la
substancia corpórea. No obstante, Descartes introduce el dualismo en
la física materialista: la causa general del movimiento, según él, es
Dios, que creó la materia a la par del movimiento y del reposo, de los
que conserva en aquélla una misma cantidad. También es dualista la
doctrina de Descartes acerca del hombre: en el hombre, afirma, el
mecanismo corpóreo, sin alma y sin vida, se halla realmente
concatenado al alma, volitiva y pensante. Según Descartes, el alma y
el cuerpo, heterogéneos, ejercen entre sí una acción recíproca a
través de un determinado órgano: la denominada glándula pineal. En
fisiología, Descartes estableció un esquema de reacciones motoras que
constituye una de las primeras descripciones científicas del acto
reflejo. No obstante, la fisiología materialista cartesiana entraba
en combinación contradictoria con la doctrina sobre la inmaterialidal
del alma: a diferencia del cuerpo, cuya esencia veía Descartes en la
extensión, la esencia del alma, según él, radica en el pensar. En los
animales, Descartes veía tan sólo autómatas complejos, carentes de
alma y de la facultad de pensar. Como para Francis Bacon, para
Descartes la finalidad última del saber estriba en el dominio de las
fuerzas de la naturaleza por parte del hombre, en el descubrimiento e
invención de recursos técnicos, en el conocimiento de las causas y de
los efectos, en el perfeccionamiento de la naturaleza del hombre.
Para llegar a tal finalidad, Descartes creía necesario poner
previamente en duda todo cuanto existe. Esta duda no suponía creer
incognoscible lo existente, era tan sólo un recurso para hallar el
principio absolutamente fidedigno del saber. Este principio, según
Descartes, es el de que «pienso: luego existo». De esta tesis, su
autor intentaba inferir asimismo la existencia de Dios y, luego, la
convicción de que el mundo exterior es real. En teoría del
conocimiento, Descartes es el fundador del racionalismo, que se formó
como resultado de entender de manera unilateral el carácter lógico del
conocimiento matemático. Dado que la naturaleza universal y necesaria
de este conocimiento parecía a Descartes derivada de la naturaleza del
intelecto mismo, en el proceso del conocer asignó un papel
extraordinario a la deducción basada en axiomas plenamente fidedignos,
alcanzables por vía intuitiva. Las teorías de Descartes sobre el
conocimiento directo y fidedigno de la conciencia de uno mismo, sobre
las ideas innatas (en el número de tales ideas incluía la de Dios, las
de substancia espiritual y substancia corpórea) influyeron sobre el
idealismo subsiguiente y fueron objetos de crítica por parte de los
representantes del materialismo. Por el contrario, la teoría
–materialista en lo fundamental– sobre la naturaleza, sobre el
desarrollo de la misma, la fisiología materialista, el método
mecanicista, hostil a la teología, hicieron que Descartes influyera
sobre la formación de la concepción materialista del mundo propia de
la Época Moderna. Obras principales: Discurso del método (1637),
Principios de la filosofía (1644).
Diccionario de filosofía · 1984:112-113
René Descartes (1596-1650)
En transcripción latina, Cartesius: filósofo, matemático, físico y
fisiólogo francés. Después de pasar servicio en el ejército, se
trasladó a Holanda, Estado capitalista desarrollado en aquellos
tiempos, y pasó allí 20 años dedicándose en soledad a los estudios
científicos y filosóficos. Perseguido por los teólogos de Países
Bajos, se fue en 1649 para Suecia, donde vivió hasta el fin de su
vida. La filosofía de Descartes está enlazada con sus matemáticas,
cosmogonía y física. En matemáticas, Descartes es uno de los autores
de la geometría analítica. En mecánica, Descartes hizo constar la
relatividad del movimiento y el reposo y formuló la ley general de
acción y reacción. En cosmogonía desarrolló la idea –nueva para la
ciencia– sobre el desarrollo natural del sistema solar; consideraba
que el movimiento en forma de torbellino de las partículas de la
materia cósmica era el modo principal de su movimiento, que
determinaba la estructura del mundo y el origen de los cuerpos
celestes. Esta hipótesis contribuyó posteriormente a la comprensión
dialéctica de la naturaleza, aunque Descartes mismo entendía el
desarrollo de modo mecanicista. En la física materialista de
Descartes irrumpe el dualismo: según Descartes, la causa general del
movimiento es Dios, el cual creó la materia junto con el movimiento y
el reposo y conserva en ella la misma cantidad de movimiento y de
reposo. Es dualista también la doctrina cartesiana del hombre: a su
juicio, en éste se enlazan realmente el mecanismo corpóreo carente de
alma y de vida con el alma pensante. Según Descartes, el cuerpo y el
alma heterogéneos se encuentran en interacción por medio de un órgano
especial. En fisiología, Descartes estableció el esquema de las
reacciones motrices, que constituye una de las primeras descripciones
científicas del acto reflector. Pero la fisiología materialista de
Descartes se conjuga de manera contradictoria con la doctrina de la
inmaterialidad del alma: a diferencia del cuerpo, cuya esencia es la
extensión, la esencia del alma, según Descartes, radica en el
pensamiento. Descartes veía en los animales tan sólo complejos
autómatas privados de alma y capacidad de pensar. Como F. Bacon,
Descartes consideraba que la tarea final del conocimiento es el
dominio del hombre sobre las fuerzas de la naturaleza, el
descubrimiento e invención de los medios técnicos, el conocimiento de
las causas y las acciones y el perfeccionamiento de la propia
naturaleza humana. Para realizar esta tarea, Descartes estima
necesario poner previamente en tela de juicio toda la existencia
presente. Esta duda no es convicción en la incognoscibilidad de todo
lo existente, sino, tan sólo, un procedimiento necesario para
encontrar el principio incondicionalmente verídico del conocimiento.
Descartes consideraba que tal principio es la proposición “Pienso:
luego, existo”. Partiendo de esta tesis, Descartes intentaba deducir
también la existencia de Dios, y después, la convicción en la realidad
del mundo exterior. En la doctrina del conocimiento, Descartes es
progenitor del racionalismo, que se formó a consecuencia de la
comprensión unilateral del carácter lógico del conocimiento
matemático. Según Descartes, el carácter universal y necesario del
conocimiento matemático se desprende de la naturaleza del intelecto
mismo, por lo cual concede, en el proceso del conocimiento, un papel
excepcional a la deducción, que se apoya en axiomas completamente
verídicos concebidos de modo intuitivo. Las doctrinas de Descartes
acerca de la autenticidad directa de la autoconciencia y las ideas
innatas (en las cuales incluía la idea de Dios, de la substancia
espiritual y corporal) ejercieron influencia sobre el idealismo
posterior y se convirtieron en objeto de crítica por parte de los
representantes del materialismo. Por el contrario, la doctrina de la
naturaleza, materialista en su base, la teoría del desarrollo de la
naturaleza, la fisiología materialista y el método mecanicista, hostil
a la teología, determinaron la influencia de Descartes sobre la
formación de la concepción materialista del mundo de los tiempos
nuevos. Obras fundamentales: Discurso del método (1637) y Los
principios de la filosofía (1644).