HOBBES, Tomás

Tomás Hobbes (1588-1679)

Diccionario filosófico marxista · 1946:139-140

Destacado filósofo materialista inglés. Marx escribía en La Sagrada
Familia, examinando la historia del desarrollo del materialismo
“Hobbes es el sistematizador del materialismo baconiano”. Siguiendo a
Bacon, Hobbes se manifiesta resueltamente contra la ideología feudal,
tanto en los problemas político-sociales como en los filosóficos. En
la lucha contra el idealismo, Hobbes se eleva por encima de su
contemporáneo y correligionario Gassendi (ver), que reconoce la
existencia de un espíritu inmortal, de un alma inmaterial. Hobbes
refuta categóricamente la existencia de cualquier sustancia
inmaterial. Todos los “espíritus” o “sustancias incorpóreas” son
productos de la imaginación humana. Desde posiciones materialistas,
Hobbes se manifiesta contra la doctrina idealista del realismo de los
conceptos generales. Criticando a sus sostenedores y también a los
escolásticos medioevales, Hobbes declara: “Esta gente cree en serio
que por encima de Pedro y Juan y todos los demás hombres que existen,
existieron o existirán en el mundo, hay todavía algo mas, lo que
llamamos ‘Hombre’ u ‘Hombre en general’”. Hobbes afirma decididamente
que sólo son reales los cuerpos materiales que existen exteriormente
en el hombre, mientras que las representaciones y los conceptos son
únicamente su reflejo en la conciencia del hombre. Para Hobbes, la
extensión es la sola esencia de los cuerpos materiales. Sólo la
extensión y el volumen son, según Hobbes, propiedades constantes,
inalienables del cuerpo. Todas las demás son mutables. Una de las
limitaciones del materialismo de Hobbes es el no haber llegado a
comprender que el espacio y el tiempo son formas universales de
existencia de la materia. Hobbes define el espacio como “una manera
imaginada de las cosas que existen fuera de nosotros”, y que “… el
tiempo existe no en las cosas en sí mismas fuera de nosotros, sino en
el pensamiento, en nuestro entendimiento”. Al mismo tiempo, el
espacio, y el tiempo son, a juicio de Hobbes, ideas formadas como
resultado de la acción que ejercen sobre nosotros los cuerpos
objetivamente existentes. Tampoco el movimiento es la forma universal
de existencia de la materia, sino sólo, a juicio de Hobbes, un
accidente, una propiedad no esencial, aunque inherente a la propia
materia en la misma categoría que el reposo. Hobbes reduce la
variedad de formas del movimiento de la materia al movimiento
mecánico, lo que le lleva a negar el carácter objetivo de la precisión
cualitativa de los objetos, el carácter objetivo de la luz, del
sonido, del olor, del sabor, del color, &c. El materialismo de Hobbes
es un materialismo mecanicista. Por eso, Marx, comparando a Hobbes
con Bacon, escribía que la materia de Bacon “sonríe al hombre con todo
su poético y sensual esplendor”, mientras que en Hobbes “la
materialidad pierde su flor y se convierte en la materialidad
abstracta de un geómetra”. Los conceptos político-sociales de Hobbes
(ver Leviatán) desempeñaron un decisivo papel en la historia del
desarrollo de la sociología de los siglos XVII y XVIII,
particularmente en el desarrollo de la teoría del derecho natural y
del contrato social. Dichos conceptos asestaron un golpe demoledor a
los dogmas escolástico-religiosos sobre el origen divino del Estado,
sobre la predestinación sobrenatural, &c. La crítica de Hobbes a la
religión desempeñó un gran papel en la historia del desarrollo del
ateísmo de los siglos XVIII y XIX. Las obras fundamentales de Hobbes
son: El ciudadano, 1642; Leviatán, 1650.

Diccionario filosófico abreviado · 1959:238-239

Thomas Hobbes (1588-1679)

Eminente filósofo materialista inglés. Al exponer la teoría del
materialismo, Marx escribía en La Sagrada Familia: “Hobbes sistematizó
el materialismo de Bacon” (Marx/Engels, Obras Ed. alem.). Siguiendo
a F. Bacon (ver), Hobbes se alzó resueltamente contra la ideología
feudal tanto en filosofía como en el dominio social y político.
Negaba categóricamente la existencia de substancias inmateriales, todo
“espíritu” o “substancia incorpórea” que no eran para él, sino
productos de la imaginación humana. Hobbes se oponía decididamente a
la doctrina idealista según la cual los conceptos tienen una
existencia objetiva y son anteriores a las cosas. Al criticar a los
idealistas, incluyendo a los escolásticos de la Edad Media, Hobbes
declaraba: “Esa gente asegura en serio que, además de Pedro, de Juan y
de otros hombres que existen, existían o existirán en el mundo, habría
otra cosa, lo que nosotros llamaríamos ‘hombre’ o bien ‘hombre en
general’”. Hobbes afirma sin vacilar que sólo los cuerpos materiales
que existen fuera del hombre son reales; en cuanto a las
representaciones y a las nociones, no son más que su reflejo en la
conciencia. Hobbes reduce a la extensión las cualidades esenciales de
los cuerpos materiales. Sólo la extensión y la cantidad son
cualidades permanentes, mientras las demás están sujetas a
modificaciones. Hobbes no comprendió que el espacio y el tiempo son
formas universales de existencia de la materia. Ahí reside el defecto
de su materialismo. Define el espacio como “la representación
imaginaria de una cosa que existe fuera de nosotros”; “el tiempo
existe no en los objetos mismos fuera de nosotros, sino únicamente en
nuestro pensamiento”. Por otra parte, Hobbes estima que el espacio y
el tiempo son representaciones debidas a la acción de los objetos
exteriores sobre el hombre. El movimiento, según él, no es tampoco la
forma universal de la existencia de la materia, sino un accidente, una
propiedad secundaria, aunque inherente a la materia de igual modo que
el estado de reposo.

Al reducir todas las formas del movimiento de la materia al movimiento
mecánico, Hobbes niega el carácter objetivo de la determinación
cualitativa de los objetos: luz, sonido, olor, gusto, color, &c. El
materialismo de Hobbes es un materialismo mecanicista (ver).
Comparándolo a Bacon, Marx escribe que en este último, “la materia
prodiga al hombre invariablemente sonrisas poéticas y materiales a la
vez”, mientras que en el materialismo de Hobbes “la materialidad
pierde su flor y se convierte en la materialidad abstracta del
geómetra” (Ibid.). Su teoría del conocimiento es, en lo esencial,
sensualista, pero no desarrolla el principio por el cual las ideas y
los conocimientos provienen de las sensaciones.

En su Leviatán, Hobbes expone sus concepciones políticas y sociales
partiendo de posiciones idealistas. Su doctrina se formó bajo la
influencia de la primera victoria decisiva de la burguesía sobre la
aristocracia feudal, y se basa en la afirmación de que “en estado
natural”, es decir, antes de la organización del Estado, “el hombre es
el lobo del hombre”. De ahí una lucha encarnizada, “la guerra de
todos contra todos”. Este estado de la sociedad humana no puede
durar, pues excluye la vida normal. Desarrollando la teoría del
contrato social, Hobbes sostiene que los hombres crean el Estado con
el fin de salvaguardar la paz en la sociedad. Y da al Estado el
nombre simbólico de “Leviatán” (monstruo bíblico omnipotente). Hobbes
considera la monarquía como la forma ideal de gobierno, y repudia
categóricamente las libertades sociales, la democracia. Según él, el
poder de la gran burguesía debe ser ilimitado. Lo positivo en esta
doctrina es la crítica de los dogmas religiosos relativos al Estado y
sus orígenes. Pero Hobbes se imaginaba a la sociedad burguesa como
límite del progreso. Principales obras: Tratado del ciudadano (1642)
y Leviatán (1651).

Diccionario filosófico · 1965:221

Thomas Hobbes (1588-1679)

Filósofo materialista inglés, contemporáneo de la revolución burguesa
de su país, durante la cual emigró a París. En esta ciudad escribió
sus obras capitales: Elementos filosóficos de la doctrina acerca del
ciudadano (1642) y Leviatán (1651). En 1652, regresó a Inglaterra.
Hobbes desarrolló el materialismo mecanicista, sistematizó el
materialismo de Bacon. Como indicó Marx, el materialismo de Hobbes se
hace unilateral: “La sensoriedad pierde su aroma y se transforma en la
sensoriedad abstracta del geómetra. El movimiento físico se sacrifica
al mecánico o al matemático; la geometría es proclamada la ciencia
fundamental” (Marx y Engels, t. II, pág. 143). El mundo, según
Hobbes, es un conjunto de cuerpos subordinados a las leyes del
movimiento mecánico. El filósofo inglés reduce asimismo a movimientos
y esfuerzos la vida espiritual de los animales y del hombre. Tales
movimientos y esfuerzos constituyen mecanismos complejos, totalmente
determinables por los influjos del exterior. De ello infiere Hobbes:
1) la negación de la existencia de las almas como substancias
especiales, 2) el reconocimiento de los cuerpos materiales en calidad
de substancia única, 3) la afirmación de que la fe en Dios es sólo un
fruto de la imaginación. Hobbes negaba el carácter objetivo de la
diversidad cualitativa de la naturaleza, consideraba que dicha
diversidad era una propiedad de las percepciones del hombre y que en
la base de estas figuraban las diferencias mecánicas de las cosas. En
gnoseología, criticaba la teoría de las ideas innatas de Descartes.
Haciendo derivar de las sensaciones todas las ideas, elaboró la teoría
de la reelaboración de las ideas mediante la comparación, combinación
y división. Afirmaba que la experiencia o el saber de los hechos
singulares proporcionaba sólo verdades probables acerca de las
conexiones de las cosas, mas ello no era óbice para que admitiera como
posible el conocimiento general fidedigno, condicionado por el
lenguaje, es decir, para que admitiera que los nombres poseen la
facultad de convertirse en signos de las ideas generales. En lo
referente al derecho y el Estado, Hobbes desechó la teoría sobre el
origen divino de la sociedad y defendió la del contrato social (Teoría
del contrato social). Consideraba como mejor forma de Estado la
monarquía absoluta, pero en numerosas aclaraciones y salvedades dejaba
lugar, en esencia, a principios revolucionarios. Su idea no era el
principio monárquico como tal, sino el carácter ilimitado del poder
estatal. Los derechos que Hobbes atribuye al poder del Estado eran
compatibles con los intereses de las clases que a mediados del siglo
XVII realizaron la revolución burguesa en Inglaterra. En la teoría de
Hobbes sobre la sociedad y el Estado había gérmenes de la concepción
materialista de los fenómenos sociales.

Diccionario de filosofía · 1984:212

Thomas Hobbes (1588-1679)

Filósofo materialista inglés, contemporáneo de la revolución burguesa
en Inglaterra, durante la cual emigró a París, donde escribió sus
principales obras: Los elementos filosóficos de la doctrina del
ciudadano (1642) y Leviatán (1651). En 1652 regresó a Inglaterra.
Hobbes desarrolló la doctrina del materialismo mecanicista y
sistematizó el materialismo de F. Bacon. Marx señaló el carácter
unilateral del materialismo de Hobbes: “La sensoriedad pierde su
perfume, para convertirse en la sensoriedad abstracta del geómetra.
El movimiento físico se sacrifica al movimiento mecánico o matemático;
la geometría es proclamada como la ciencia fundamental” (C. Marx y F.
Engels, t. 2, p. 143). Según Hobbes, el mundo es un conjunto de
cuerpos supeditados a las leyes del movimiento mecánico. Hobbes
reduce a los movimientos y esfuerzos físicos también la vida
espiritual de los animales y el hombre, que son mecanismos complejos
determinados enteramente por las influencias externas. Hobbes negaba
el carácter objetivo de la diversidad cualitativa de la naturaleza,
considerándola propiedad de las percepciones humanas, que se basan en
las diferencias mecánicas entre las cosas. En la doctrina del
conocimiento criticó la teoría de las ideas innatas de Descartes. Al
afirmar que la experiencia o el conocimiento de los hechos singulares
proporciona sólo verdades probables sobre las conexiones entre las
cosas, reconocía, no obstante, la posibilidad del conocimiento
auténtico general, condicionado por el lenguaje. En la doctrina del
Derecho y el Estado, Hobbes rechazó las teorías del establecimiento
divino de la sociedad y defendía la teoría del Contrato Social.
Estimaba que la mejor forma del Estado es la monarquía absoluta, pero
con numerosas explicaciones y reservas, de hecho, daba lugar a los
principios revolucionarios. Su idea no es el principio monárquico
como tal, sino el carácter ilimitado del poder estatal. Hobbes afirma
que los derechos del poder estatal son compatibles con los intereses
de las clases que a mediados del siglo 17 realizaron la revolución
burguesa en Inglaterra. En la teoría de la sociedad y el Estado de
Hobbes hay gérmenes de la interpretación materialista de los fenómenos
sociales.

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