LUXEMBURGO, ROSA (1871-1919):
Destacada figura del movimiento obrero alemán y polaco, uno de los
fundadores del Partido Comunista de Alemania.
Nació en la ciudad de Zámost (Zámostie), Polonia. Estudió en la
Universidad de Zurich. En 1897 se trasladó a Alemania, donde se
incorporó a la lucha de los socialdemócratas alemanes de izquierda
contra el oportunismo.
Rosa Luxemburgo sostenía los principios de la lucha revolucionaria del
proletariado. Al defender en su trabajo “Reforma social o
revolución’’ (1899) las conclusiones de Marx acerca de la agravación
de las contradicciones del capitalismo y la inevitabilidad de la
revolución socialista, Rosa Luxemburgo demostró que eran erróneas las
afirmaciones de Bernstein sobre la estabilidad de la pequeña
producción, destacó el carácter de clase del Estado burgués, combatió
las ideas sobre la transformación pacífica del capitalismo en
socialismo. En los trabajos “La acumulación del capital” (1913) e
“Introducción a la economía política”, Rosa Luxemburgo investigaba las
leyes generales del capitalismo y la teoría de la reproducción.
Al divulgar la teoría de Marx enunció a la vez varias tesis erróneas.
Consideraba que la acumulación del capital sólo puede darse ampliando
la esfera de explotación del medio no capitalista (es decir, los
campesinos y los artesanos). De ahí que llegara a la conclusión de
que el capitalismo tenía que sufrir automática e inevitablemente
bancarrota al desaparecer el medio no capitalista. Como corolario de
dicha tesis, se definía el imperialismo cómo política de lucha de los
estados capitalistas por los restos del medio no capitalista en el
mundo. A esta teoría mecanicista van unidos otros errores de Rosa
Luxemburgo: subestimación del factor subjetivo en la historia, de la
misión histórica del proletariado, del papel del partido proletario;
incomprensión del problema campesino y subestimación del movimiento de
liberación nacional en la época imperialista.
Bajo el influjo de la Revolucion Socialista de Octubre y de la
experiencia de los bolcheviques, superó gran parte de sus errores.
Lenin, a la vez que criticaba algunos errores y desviaciones de Rosa
Luxemburgo, la distinguía con gran estima como ardiente luchadora por
la causa de la clase obrera, contra el revisionismo, y la calificaba
de “águila”, de “gran comunista”.
El 15 de enero de 1919, junto con C. Liebknecht, fue ferozmente
asesinada por los contrarrevolucionarios alemanes.