ORTEGA Y GASSET, José

José Ortega y Gasset (1883-1955)

No figura en el Diccionario filosófico marxista · 1946

No figura en el Diccionario filosófico abreviado · 1959

Diccionario filosófico · 1965:348-349

Filósofo español, idealista subjetivo; mantenía una posición
intermedia entre la filosofía de la vida y el existencialismo.
Centraba su atención en los problemas sociales. En sus trabajos “La
deshumanización del arte” (1925) y “La rebelión de las masas” (1929),
por primera vez en la filosofía burguesa expuso Ortega los principios
fundamentales de la teoría de la “sociedad de masas”. Ortega llama
“sociedad de masas” a la atmósfera espiritual que se forma en el
Occidente por la degeneración de la democracia burguesa, por la
burocratización de las instituciones públicas, por la extensión de las
relaciones monetarias y de cambio a todas las formas de relación entre
los individuos. Se crea un sistema de nexos sociales dentro del cual
cada persona se siente comparsa, representante de un papel que se le
impone desde fuera, se siente partícula de un principio impersonal: la
muchedumbre. Ortega critica “desde la derecha” esa situación
espiritual. La considera resultado inevitable de la amplia actividad
democrática de las masas y ve la salida a tal estado de cosas en la
creación de una nueva élite aristocrática formada por hombres capaces
de realizar una “selección” arbitraria, guiados sólo por un “impulso
vital” inmediato (categoría próxima a la “voluntad de poder”, de
Nietzsche). Propugna volver a las formas precientíficas de
orientación en el mundo, al antiguo “amor a la sabiduría”, todavía no
corrompido.

Diccionario de filosofía · 1984:322

Filósofo español, idealista subjetivo; ocupaba una posición intermedia
entre la filosofía de la vida, de índole nietzscheana, y el
existencialismo moderno. Ortega centró su atención en los problemas
sociales. En sus escritos La deshumanización del arte (1925) y La
rebelión de las masas (1929-30), Ortega expuso por primera vez en la
filosofía burguesa los principios fundamentales de la doctrina de la
“sociedad de masas”, por la cual entendía la atmósfera espiritual
formada en Occidente a consecuencia de la degeneración de la
democracia burguesa, la burocratización de las instituciones sociales
y la extensión de las relaciones monetarias y mercantiles a todas las
formas de contactos interpersonales. Se configura un sistema de
conexiones sociales, dentro del cual cada hombre se siente ejecutor de
un papel impuesto desde fuera, partícula de un principio
extrapersonal: la multitud. Ortega critica “desde la derecha” la
situación espiritual dada. La considera un resultado inevitable del
desarrollo de la actividad democrática de las masas y ve la salida en
la creación de una nueva élite aristocrática: personas capaces para la
“elección” libre y que sólo se guían por el “ímpetu vital” directo
(categoría próxima a la “voluntad de poder” de Nietzsche).

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