SAINT-SIMON DE ROUVROY, Claude-Henri

SAINT-SIMON DE ROUVROY, CLAUDE-HENRI (1760-1825)

DEP-BZM

Uno de los representantes del socialismo utópico francés.

En sus obras «El sistema industrial» (1821-1822), «El catecismo de los
industriales» (1823-1824), «El nuevo cristianismo» (1825) expuso
varias ideas geniales sobre la sociedad socialista del futuro.

El principal mérito de Saint-Simon radica en su profunda crítica del
capitalismo y de la propiedad capitalista privada. Mientras que la
economía política burguesa clásica cantaba toda clase de loas a la
libre competencia como factor de la mejor distribución, Saint-Simon
veía en la libre competencia la causa de la anarquía de las
desproporciones y de las crisis.

Mas Saint-Simon no realizó una crítica consecuente del modo
capitalista de producción. No poseía una clara idea de las
contradicciones entre el proletariado y la burguesía, creía que la más
importante es la contradicción entre el trabajo y la ociosidad.
Consideraba trabajadores a los denominados «industriales», entre los
que incluía a los obreros, campesinos, capitalistas industriales,
comerciantes y banqueros; consideraba ociosos a los terratenientes,
funcionarios, cortesanos, etc.

Saint-Simon afirmaba que el capitalismo ha de ser sustituido por un
régimen social más elevado, cuyo fin estriba en mejorar la situación
de «la clase más numerosa y más pobre», es decir, el proletariado.
Pero estimaba que el instrumento principal para la reorganización de
la sociedad es la prédica moral dirigida a los representantes de las
clases dominantes, por lo que se declaraba enemigo de la lucha de
clases entre el proletariado y la burguesía.

Según palabras de Engels, en Saint-Simon se contenían, en germen, casi
todas las ideas socialistas posteriores: sobre la dirección
centralizada y planificada de la producción; sobre la unidad de las
fuerzas industriales y científicas que regulen la producción en
interés de las masas populares; las tesis relativas a la universalidad
del trabajo y a la distribución en consonancia con el mismo; acerca de
la transformación del gobierno político sobre los hombres en la
administración sobre las cosas y la dirección de la producción, etc.

Los errores y la falta de consecuencia que se encuentran en las
concepciones de Saint-Simon se explican por el hecho de que entonces
estaban poco desarrollados el modo de producción capitalista y las
contradicciones que le son inherentes, en particular la que existe
entre el proletariado y la burguesía. De ahí que en Saint-Simon,
«junto a la tendencia proletaria haya conservado aún cierta
importancia la tendencia burguesa» (F. Engels).

Únicamente en su último trabajo, «El nuevo cristianismo», se manifestó
como representante directo de la clase obrera y declaró que la
liberación de esta clase constituye el fin último del nuevo régimen
social.

Las ideas de Saint-Simon encontraron una ulterior difusión y
desarrollo entre sus discípulos, que formaron la escuela del
sansimonismo, la cual fue degenerando poco a poco en una secta
religiosa y se disgregó a principios de la tercera década del siglo
pasado.

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