SOLOVIOV, Vladímir Serguéievich

No figura en el Diccionario filosófico marxista · 1946

No figura en el Diccionario filosófico abreviado · 1959

Diccionario filosófico · 1965:437-438

Vladímir Serguéievich Soloviov (1853-1900)

Filósofo idealista, teólogo y poeta ruso. En 1873 terminó sus
estudios en la Universidad de Moscú. Ejercieron gran influencia sobre
las concepciones de Soloviov las obras cristianas así como también las
ideas del budismo, del neoplatonismo y de otros sistemas
filosófico-religiosos. Soloviov se hallaba singularmente próximo a
los eslavófilos. En su teoría, la idea central es la de “esencia
unitotal” que, por su naturaleza, es incondicionada y absoluta. En
última instancia, la “esencia unitotal” es definida por Soloviov como
esfera de lo divino, y el mundo real, como su encarnación. La verdad
(“esencia unitotal”) no puede ser comprendida ni racional ni
empíricamente; se alcanza, según Soloviov, únicamente por medio de un
saber “integral” cuya base radica en el conocimiento místico: creencia
en la existencia incondicionada del objeto; contemplación mental (o
imaginación) que da una idea verdadera del objeto; creación (o
realización de esta idea en los datos de la experiencia). El saber
“integral”, en cambio, es una síntesis del conocimiento místico
racional (filosófico) y empírico (científico). De ahí infiere
Soloviov la unidad de la teología, de la filosofía y de la ciencia,
unidad a la que da el nombre de “teosofía libre”. En la sociedad, la
idea de “unitotalidad” se revela como alianza espiritual libre de
personas (“teocracia libre”) o de iglesias, determinante de los fines
absolutos de la sociedad: establecimiento del “reino de Dios” en la
tierra, en el cual quedarán resueltas todas las contradicciones
sociales. La “teocracia libre”, según Soloviov, puede ser el
resultado de la unión de la Iglesia cristiana occidental (católica)
con la oriental (ortodoxa) en el marco de una organización estatal
monárquica; en ello asigna un papel singular al pueblo ruso. Cree
Soloviov que la filosofía tiene como fin principal el justificar
racionalmente un ideal social y religioso y que, en consecuencia ha de
estar al servicio de la teología. También funda en la religión la
ética. La poesía y la estética de Soloviov se convirtieron en una de
las fuentes ideológicas del simbolismo ruso. La teoría anticientífica
de Soloviov, que reflejaba los intereses de los círculos reaccionarios
de la burguesía y de la nobleza, ejerció una gran influencia sobre la
filosofía religiosa e idealista rusa de fines del siglo XIX y
comienzos del XX (Berdiaíev, Trubetskói, etc.). Obras: Crítica de los
principios abstractos (1880), Lecciones sobre la humanidad divina
(1877-81), Historia y futuro de la teocracia (1885-87), Rusia y la
Iglesia universal (1889), La justificación del bien (1897-99) y otras.

Diccionario de filosofía · 1984:407-408

Vladímir Serguéeevich Soloviov (1853-1900)

Filósofo idealista y teólogo, publicista y poeta ruso. Ejercieron
gran influencia sobre las concepciones de Soloviov la literatura del
cristianismo, así como las ideas del budismo, el neoplatonismo y otros
sistemas filosóficos religiosos. Se apropió de muchas tesis de la
filosofía alemana (Kant, Schelling, Hegel, Schopenhauer, etc.).
Soloviov estaba particularmente próximo a los eslavófilos. Lo central
en la doctrina de Soloviov es la idea del “ente omniúnico”. Este
último se considera como esfera de lo absoluto, lo divino, mientras
que el mundo real, como su autodeterminación y plasmación (el
intermediario es la denominada alma mundial). Según Soloviov la
“omniunidad” incondicional (como síntesis perfecta de la verdad, el
bien y la belleza) es sólo inteligible por el conocimiento “integral”,
que es una síntesis del conocimiento místico, racional (filosófico) y
empírico (científico). La base de esta síntesis es el conocimiento
místico. Además, Soloviov ve la unidad de la teología, la filosofía y
la ciencia y la llama “teosofía libre”. En la sociedad, la idea de la
“omniunidad” se revela como la unión humano-divina de las personas
(“teocracia libre”) o iglesia universal que agrupa a todas las
nacionalidades y determina los fines incondicionales de la humanidad:
organización en la Tierra de un “reino de Dios”, en el que se
resolverán las contradicciones sociales. Según Soloviov, la
“teocracia libre” puede ser el resultado de la unificación de las
iglesias cristianas occidental (católica) y oriental (ortodoxa) en el
marco de una estatalidad monárquico-eclesiástica, como unidad del
poder espiritual y el seglar del pontífice y el zar; un papel especial
en ello corresponde, a modo de ver de Soloviov, al Estado ruso. Al
final de su vida, desengañado de la utopía teocrática, Soloviov llegó
a la idea del fin catastrófico de la historia, a la escatología.
Desde su punto de vista, la filosofía tiene como fin principal
justificar racionalmente el ideal socio-religioso, por lo cual debe
estar al servicio de la teología. Soloviov funda también la ética
sobre la base de la religión: el hombre es moral si somete libremente
su voluntad a Dios y aspira al “bien absoluto” y a la organización del
reino humano-divino. Aunque Soloviov se pronunciaba contra el “arte
puro” (imprimiendo al arte principalmente una importancia
educativo-religiosa, teúrgica), su poesía y estética se convirtieron
en una de las fuentes ideológicas del simbolismo ruso. La teoría de
Soloviov, que reflejaba objetivamente los intereses de los sectores
reaccionarios de la burguesía y la nobleza, ejerció gran influencia
sobre la filosofía idealista religiosa rusa de fines del siglo 19 y
comienzos del 20. Obras: Crítica de los principios abstractos (1880),
Lecturas sobre la humanidad de Dios (1877-81), La historia y el futuro
de la teocracia (1885-87), Rusia y la iglesia universal (1889),
Justificación del bien (1897-99), Tres charlas (1900) y otras.

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