ZHDÁNOV, Andréi Alexándrovich

Andréi Alexándrovich Zhdánov (1896-1948)

No figura en el Diccionario filosófico marxista · 1946

Diccionario filosófico abreviado · 1959:533-535

Eminente militante del Partido Comunista y estadista soviético;
notable teórico marxista, talentoso propagandista de las ideas
marxistas-leninistas.

Zhdánov nació en Mariupol, en la familia de un inspector de escuelas
populares. Bolchevique desde 1915, se convierte pronto en un
militante activo del Partido. En 1917, toma parte en la Revolución de
Octubre en el Ural. Zhdánov dirige la instrucción política en el
Ejército Rojo, y trabaja en el Partido y en los Soviets en el Ural y
en la región de Tver. De 1924 a 1934, es secretario del comité del
Partido de la provincia de Nijni-Novgorod, y luego, del territorio de
Gorki. De 1934 a 1944, después del asesinato de Kírov, Zhdánov pasa a
la cabeza de la organización del Partido en Leningrado. Bajo su
dirección, los comunistas de Leningrado derrotan definitivamente a los
traidores trotskistas-zinovievistas, y la organización del Partido en
Leningrado se agrupa más estrechamente en torno del Comité Central.
Durante la gran guerra nacional, el Partido le encomendó la
organización de la defensa de Leningrado. Después del XVII Congreso
del Partido, Zhdánov fue elegido secretario del Comité Central del
Partido Comunista (b) de la U.R.S.S., miembro suplente y, después del
XVIII Congreso, miembro del Buró Político del C.C. del P.C. (b) de la
U.R.S.S. Durante los últimos años de su vida trabajó como secretario
del C. Central.

Zhdanov fue un gran militante del movimiento obrero internacional.
Sus discursos sobre la política interior y la situación internacional,
eran ampliamente conocidos por los trabajadores del mundo entero.
Zhdánov concedió siempre una gran importancia a la teoría del
marxismo-leninismo, al papel de las ideas del comunismo en la
evolución social.

Siempre cuidadoso y preocupado por la propaganda marxista-leninista,
Zhdánov quería que la teoría marxista-leninista fuera asimilada por
las grandes masas de los miembros del Partido y de las Juventudes, por
todos los constructores del socialismo. Enemigo implacable del
dogmatismo, solía decir: “Nuestro conocimiento debe ser activo. Es
preciso saber manejar a la perfección el arma de la teoría
revolucionaria, y ella debe alcanzar al enemigo, cualquiera que sea la
máscara que use”. Zhdánov era un dirigente bolchevique que sabía
aliar la práctica cotidiana de la edificación del socialismo con un
gran trabajo teórico.

Después de la Gran Guerra Patria, cuando los problemas del trabajo
ideológico hubieron tomado una importancia particular, su talento de
teórico es reveló con brillo notable. Zhdánov hizo varios informes
sobre las decisiones del Comité Central del Partido relativos a las
cuestiones ideológicas. Interviniendo en la discusión acerca de las
revistas “Zvezda” y “Leningrad”, luego en la conferencia de los
representantes de la música soviética, en el Comité Central del
Partido y en la discusión sobre los problemas filosóficos, Zhdánov
estableció por qué la literatura, el arte y la filosofía no
satisfacían las exigencias del Partido y del pueblo soviético, e
indicó los medios de remediar ese retraso y las condiciones para un
nuevo desarrollo de las ciencias y de la cultura en la U.R.S.S. Al
subrayar que la política del Partido Comunista y los intereses del
pueblo y del Estado Soviético deben inspirar toda la actividad de los
círculos intelectuales, Zhdánov hizo hincapié en que el desarrollo
cultural sólo es posible a condición de sostener una lucha implacable
contra el apoliticismo, la indigencia ideológica, el objetivismo
burgués. Mostró que el patriotismo soviético constituye una fuerza
motriz poderosa para el desarrollo de la cultura y de la vida de la
sociedad soviética en todos sus dominios. Zhdánov subrayó el inmenso
alcance del patrimonio cultural mundial y de la cultura progresista
rusa para la formación de la cultura socialista en el país de los
Soviets. Así como el leninismo había heredado todas las mejores
tradiciones de los demócratas revolucionarios rusos del siglo XIX,
decía Zhdánov, así la literatura y el arte soviéticos deben ser los
continuadores de las tradiciones progresistas de la literatura
democrática revolucionaria y del arte clásico rusos: sentido de los
grandes valores humanos, realismo, carácter popular.

La intervención de Zhdánov en el curso de la discusión filosófica, es
un modelo de lucha por una filosofía militante de partido,
intransigente respecto a la filosofía burguesa. Zhdánov realizó un
profundo análisis crítico del libro “Historia de la filosofía en
Europa Occidental”, sometiendo a una crítica rigurosa los errores y la
pusilanimidad de ciertos filósofos soviéticos en los problemas de la
filosofía y formuló ante los filósofos soviéticos las tareas asignadas
por el Partido Comunista. Este discurso es de gran importancia para
el desarrollo de la historia de la filosofía como ciencia. Zhdánov
ofreció una definición precisa del objeto de la historia de la
filosofía: historia del nacimiento y del desarrollo de la concepción
científica, materialista, del mundo; historia de la lucha del
materialismo contra el idealismo. Esta definición impulsa a los
filósofos soviéticos a analizar con espíritu crítico los sistemas
filosóficos del pasado. Zhdánov mostró que el nacimiento del marxismo
había constituido una verdadera revolución en la filosofía; que Marx y
Engels habían creado una filosofía nueva, diferente de todas las
filosofías anteriores, aun de las progresivas; que gracias al
marxismo, la filosofía se había convertido en un “arma científica de
las masas proletarias en lucha por su liberación del capitalismo”. De
allí el gran papel desempeñado por el principio del espíritu de
partido en la ciencia histórica y filosófica marxista. Este
principio, diametralmente opuesto al objetivismo burgués, obliga a los
militantes del frente ideológico a sostener una lucha implacable
contra todos los enemigos del materialismo, a criticarlos
vigorosamente, y a exponer las cuestiones filosóficas en un estilo
combativo tal como los ejemplos brillantes ofrecidos en las obras
clásicas del marxismo-leninismo.

En su intervención, Zhdánov caracterizó de una manera incisiva la
filosofía burguesa reaccionaria de nuestros días, e invitó a los
filósofos soviéticos a denunciar con audacia las teorías
anticientíficas de los filósofos reaccionarios. Su manera de abordar
el problema de la crítica y la autocrítica (Ver) como un método nuevo
que permite descubrir y eliminar las contradicciones de la sociedad
soviética, fue de la mayor importancia.

Zhdánov hizo una gran contribución a la teoría marxista-leninista de
la literatura y el arte. Desde 1934, en su discurso ante el I
Congreso de escritores de la U.R.S.S., indicó las tareas de la
literatura soviética y expuso los principios del realismo socialista,
que es el método de la literatura, de la crítica literaria y del arte
soviéticos. El realismo socialista exige la representación artística
de la realidad en su desarrollo revolucionario, una representación
verídica e históricamente concreta y capaz de educar a los
trabajadores en el espíritu del socialismo. En su informe acerca de
las revistas “Zvezda” y “Leningrado”, y en su discurso a la
conferencia de los representantes de la música soviética ante el
Comité Central del P.C. (b) de la U.R.S.S, Zhdánov puso en claro las
cuestiones esenciales de la estética del realismo socialista. Sin
disminuir un ápice la importancia del profundo contenido ideológico de
la literatura y el arte, Zhdánov subrayó fuertemente la importancia de
la forma. El pueblo soviético, afirmaba, tiene ya gustos y exigencias
más elevados, y exige obras inspiradas en las grandes ideas, pero que
posean también un gran valor artístico. Los discursos de Zhdánov
desempeñaron un papel importante en la lucha por elevar el nivel del
trabajo ideológico.

No figura en el Diccionario filosófico · 1965

No figura en el Diccionario marxista de filosofía · 1971

No figura en el Diccionario de filosofía · 1984

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