Principio antropológico en filosofía

Principio antropológico en filosofía

Diccionario filosófico marxista · 1946:246-247

Título de la obra filosófica de N. G. Chernichevski (ver), en la que
formula los principios fundamentales de su concepción filosófica y
procede a la defensa del materialismo, del ateísmo y del socialismo.
Chernichevski, hace en esta obra una profunda crítica del idealismo,
al que considera como una “concepción fantástica del mundo”, refutada
por todo el curso del desarrollo de los acontecimientos
científico-naturales. Los autores de los sistemas filosóficos
idealistas y eclécticos en boga están muy lejos de la ciencia,
trabajan “según el antiguo modo fantástico de la división antinatural
del hombre en varias partes, que proceden de diversas naturalezas”.
La única “tendencia científica en filosofía” es el materialismo. Su
principio, “la idea, elaborada por las ciencias naturales sobre la
unidad del organismo humano”, refuta el dualismo, o sea, la creencia
en dos principios independientes, opuestos –el espíritu y el cuerpo.
Cada lado del proceso vital humano es la actividad, tanto del
organismo humano en general como el de uno de sus órganos. El
pensamiento es la actividad específica del cerebro. Chernichevski es
el continuador del filósofo materialista alemán Feuerbach, y
siguiéndolo para caracterizar sus puntos de vista, aplica el término
“principio antropológico” (del griego “antropos” – hombre), que es
“estrecho” y sólo da “descripciones débiles, inexactas del
materialismo” (Lenin). Pero en ciertos problemas, Chernichevski va
más lejos que Feuerbach. En El Principio Antropológico en Filosofía
hay, no sólo una defensa del materialismo filosófico, sino también una
profunda exposición de algunos aspectos del método dialéctico. Así,
sobre la base de una serie de ejemplos, Chernichevski muestra cómo “la
diferencia cuantitativa pasa a una diferencia cualitativa”; subraya
también la necesidad de abordar concretamente los fenómenos. La
verdad, dice siguiendo a Hegel, es siempre concreta. “Ya hace mucho
que se había observado, que diversos hombres en la misma sociedad
llaman buenas a cosas completamente distintas e incluso opuestas”.
Chernichevski ve claramente la relación existente entre la filosofía y
la lucha política. Ridiculiza a la gente que estima que los filósofos
deben estar “por encima” de la lucha política: “¿Acaso los pensadores
deben ser más estúpidos y más ciegos que cualquier hombre que sepa
leer?” Los filósofos han sido siempre los representantes de los
partidos políticos, y “sus sistemas filosóficos están totalmente
impregnados del espíritu de los partidos políticos a que pertenecen
los autores de dichos sistemas”. Chernichevski plantea el problema de
la relación entre la filosofía y la actividad revolucionaria práctica.
La solución correcta de los problemas filosóficos, escribe, tiene la
mayor importancia para la “transformación de la vida” y, por el
contrario, “la mentira teórica conduce irremediablemente, al daño
práctico”. Criticando la concepción filosófica de Proudhon,
Chernichevski señala que Proudhon expresa “el modelo del pensamiento
del plebeyo de la Europa Occidental”, que aun no se había
desembarazado de los “prejuicios fantásticos”. Pero “no cabe ninguna
duda de que también los plebeyos de la Europa Occidental llegarán a
conocer las concepciones filosóficas que corresponden a sus
necesidades”, entonces aparecerán también entre ellos pensadores más
vigorosos que Proudhon y llegará el triunfo “de los nuevos principios
también en la vida social de la Europa Occidental”. Chernichevski
trata de fundamentar la necesidad del socialismo. Pero, como todos
los socialistas utópicos, parte del criterio de las necesidades del
“hombre en general” abstracto y, al no saber extender el materialismo
a los fenómenos de la vida social, no da una respuesta científica al
problema del tránsito al socialismo. Este problema sólo fue resuelto
por el materialismo dialéctico, al que Chernichevski “no supo, mejor
dicho, no pudo elevarse por el atraso de la vida rusa” (Lenin). El
artículo “El Principio Antropológico en Filosofía” fue escrito en 1860
e impreso por primera vez en la revista El Contemporáneo (abril-mayo
de 1860), provocando la inquina más furiosa de todo el campo
reaccionario, desde los insolentes monárquicos y clericales hasta los
liberales. Contra “El Principio Antropológico en Filosofía” se
manifestaron el Mensajero Ruso monárquico, los Anales de la Patria
liberales, el órgano de la Academia eclesiástica de Kiev, &c. A todos
sus adversarios, “hombres de la rutina”, como los llamaba
Chernichevski, les contestó con el brillante artículo “Bellezas
polémicas” (El Contemporáneo, junio-julio de 1861), poniendo al
desnudo la ignorancia y el carácter reaccionario de los enemigos del
materialismo.

No figura en el Diccionario filosófico abreviado · 1959

No figura en el Diccionario filosófico · 1965

No figura en el Diccionario de filosofía · 1984

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