¿Quiénes son los ‘amigos del pueblo’ y cómo luchan contra los socialdemócratas?

¿Quiénes son los ‘amigos del pueblo’ y cómo luchan contra los socialdemócratas?

Diccionario filosófico marxista · 1946:254-255

Título de la obra de V. I. Lenin, escrita entre la primavera y el
verano de 1894, y publicada en el mismo mes en tres ediciones (en
hectógrafo), la segunda de las cuales se ha perdido. En esta obra
«Lenin puso al desnudo por completo la verdadera faz de los
populistas, como falsos “amigos del pueblo”, que laboraban en realidad
contra éste» (Historia del P. C. (b) de la URSS, Compendio). El
populismo era el primer obstáculo ideológico fundamental en el camino
del movimiento socialdemócrata y de la divulgación del marxismo en
Rusia. Por eso, para que el marxismo triunfara en Rusia hubo
necesidad de aplastar definitivamente al populismo, poner al desnudo
la esencia reaccionaria de su ideología. En la década del 90,
reflejando las intereses de los kulaks, los populistas, habían
renegado ya, desde hacía mucho tiempo, de toda lucha revolucionaria
contra el gobierno zarista, colocándose en el camino de la
reconciliación liberal con el régimen existente en Rusia. En teoría
los populistas predicaban concepciones reaccionarias, idealistas y
subjetivas, en cuanto a la marcha del desarrollo social. Desde el
punto de vista de los populistas, la fuerza determinante de la
historia humana son las personalidades ilustres, los “héroes”, las
“personalidades que piensan críticamente”, siendo la masa, el pueblo,
el que obedece a ciegas a esos “héroes”. En las páginas de sus
periódicos y revistas, los populistas se manifestaban violentamente
contra el marxismo. La lucha contra los populistas fue iniciada por
Plejanov y su grupo “Emancipación del Trabajo”. Pero la destrucción
ideológica del populismo realizada por Plejanov no era todavía
completa, ni mucho menos. Esta tarea la realizó Lenin hasta el final.
En su libro demostró que los populistas de la década del 90 no eran
revolucionarios, no se proponían como tarea el derrocamiento
revolucionario del zarismo, sino que aspiraban sólo a “remendar,
mejorar” la situación de los campesinos, dejando intactos los
fundamentos de la sociedad contemporánea. Caracterizando el contenido
de clase del populismo, Lenin señaló que en los escritos de los
populistas sobre el socialismo no hay nada semejante a socialista, que
todas sus teorías “no explican terminantemente la explotación de los
trabajadores y por eso son absolutamente incapaces de servir para su
emancipación, que en realidad todas estas teorías reflejan y siguen
los intereses de la pequeña burguesía”. Por eso el socialismo de los
populistas fue calificado por Lenin como un socialismo pequeñoburgués.
En la lucha contra los populistas, Lenin, no sólo defendía el marxismo
y destruía los míseros intentos de los populistas de tergiversar la
doctrina marxista, sino que también desarrolló esta doctrina,
enriqueció la teoría del materialismo dialéctico y del materialismo
histórico, dedicando en su libro muchas páginas a los problemas de la
filosofía marxista. Lenin aplicó el marxismo a las condiciones
concretas de la realidad rusa y dilucidó los objetivos esenciales de
los marxistas rusos. El libro de Lenin era el gran documento
programático del marxismo revolucionario en Rusia. Fijando los
objetivos más inmediatos de la clase obrera, Lenin decía que el
proletariado, como el “único y natural representante de toda la
población trabajadora y explotada de Rusia” debe encabezar su lucha
contra la servidumbre y el absolutismo zarista. Pero esta lucha es
necesaria a la clase obrera “sólo como medio para facilitar la lucha
contra la burguesía… como el desbrozamiento del camino que conduce a
la victoria sobre el enemigo principal de los trabajadores…, el
capital”. En su libro destaca por vez primera la idea de la alianza
revolucionaria entre los obreros y los campesinos, como medio
fundamental para derrocar del Poder al zarismo, a los terratenientes y
a la burguesía. Lenin estimaba que la tarea fundamental de los
marxistas rusos consiste en organizar con los dispersos círculos
marxistas, un Partido obrero socialdemócrata revolucionario único.
Cuando los representantes de vanguardia de la clase obrera, escribía,
“hagan suyas las ideas del socialismo científico, la idea sobre el
papel histórico del obrero ruso, cuando estas ideas obtengan una
amplia difusión y entre los obreros se formen organizaciones sólidas
que conviertan la actual guerra económica dispersa de los obreros en
una lucha de clases consciente, entonces el obrero ruso, poniéndose a
la cabeza de todos los elementos democráticos, derrocará al
absolutismo y conducirá al proletariado ruso (junto con el
proletariado de todos los países) por la vía directa de la lucha
política abierta hacia la revolución comunista victoriosa”.

Diccionario filosófico abreviado · 1959:428-430

Obra de Lenin escrita en 1894 y publicada el mismo año en tres
entregas sucesivas policopiadas. La segunda entrega se perdió. En su
obra, Lenin puso al desnudo la verdadera faz de los populistas, falsos
“amigos del pueblo”, que son prácticamente, enemigos del pueblo. El
populismo (ver) representaba el principal obstáculo ideológico al
movimiento socialdemócrata y a la difusión del marxismo en Rusia. Por
eso, para hacer triunfar el marxismo en Rusia, era preciso aplastar el
populismo, denunciar su esencia reaccionaria. Los populistas de la
década del noventa, que expresaban los intereses de los kulaks, habían
renunciado desde mucho tiempo atrás a toda lucha revolucionaria contra
el gobierno zarista y habían emprendido el camino de la conciliación
liberal con el régimen existente. Habían dado igualmente un paso
atrás con relación a Chernishevski (Ver) en el dominio de la teoría
filosófica. Chernishevski había luchado contra el idealismo bajo
todas sus formas, y había despreciado y puesto en ridículo a los
subjetivistas, a los kantianos y a los positivistas. En cambio los
populistas, según escribía Lenin, se arrastraban justamente detrás de
los positivistas. Preconizaban concepciones idealistas subjetivas,
reaccionarias, sobre la marcha del desarrollo social, y negaban el
carácter objetivo de las leyes históricas. Desde el punto de vista de
los populistas, la fuerza determinante, motriz, de la historia, reside
en las personalidades notables, en los “héroes” y los “individuos
dotados de espíritu crítico”; en cuanto a la masa, al pueblo, a la
“multitud”, como decían ellos, no hace más que obedecer ciegamente a
esos “héroes”. En sus diarios y revistas, se pronunciaban
obstinadamente contra el marxismo. La lucha contra el populismo había
sido iniciada por Plejanov (Ver) y el primer grupo marxista en Rusia,
el grupo “Emancipación del Trabajo”, pero esa lucha estaba lejos de
haberse terminado. Lenin consumó el aplastamiento ideológico del
populismo y demostró que los populistas de la década del noventa no
eran revolucionarios, que no se proponían derrocar el zarismo por
medio de una revolución, sino que trataban solamente de «…hacer
composturas, “mejorar” la situación de los campesinos, manteniendo los
fundamentos de la sociedad actual» (Lenin, «¿Quiénes son los “amigos”
del pueblo y cómo luchan contra los socialdemócratas?», p. 146, Ed.
esp., Moscú, 1946). Al caracterizar el contenido de clase del
populismo, Lenin mostraba que en los escritos de los populistas sobre
el socialismo, no había absolutamente nada de socialista, que todas
sus teorías “…sin el menor género de dudas, no explican la explotación
del trabajador y por eso son absolutamente incapaces de servir para su
liberación, que en realidad todas estas teorías reflejan y defienden
los intereses de la pequeña burguesía…” (Ibid., pp. 171 y 172).
Lenin calificó el socialismo populista de socialismo pequeño-burgués.

En su libro, no sólo defendió Lenin la doctrina marxista poniendo
término a las lamentables tentativas de los populistas, que trataban
de deformarla, sino que desarrolló y enriqueció la teoría del
materialismo dialéctico y del materialismo histórico. La obra de
Lenin, en particular la primera entrega, contiene una exposición
brillante, notablemente profunda de la filosofía marxista y,
especialmente, de la concepción materialista de la historia.

Lenin aplicó el marxismo a las condiciones concretas de Rusia y puso
en claro las tareas esenciales que se planteaban ante los marxistas
rusos. Su obra establecía el programa del marxismo revolucionario en
Rusia. Al definir las tareas inmediatas de la clase obrera, Lenin
decía que el proletariado, como “…único y natural representante de
toda la población trabajadora y explotada de Rusia” (Ibid., p. 183),
debía ponerse a la cabeza de la lucha contra el régimen de servidumbre
y el absolutismo zarista; pero que esta lucha no era necesaria a la
clase obrera sino como medio de combatir más fácilmente a la
burguesía, de abrirse un camino hacia la victoria sobre el enemigo
principal de los trabajadores, el capital. En su libro, Lenin emitió
por primera vez la idea de que la alianza revolucionaria de la clase
obrera y del campesinado era el medio principal a poner en práctica
para derribar el zarismo, el dominio de los grandes terratenientes y
de la burguesía. Estimaba que la tarea principal de los marxistas
rusos consistía en organizar un partido obrero socialdemócrata único
que reemplazara a los círculos marxistas diseminados. Cuando los
representantes avanzados de la clase obrera, escribía Lenin,
“…asimilen las ideas del socialismo científico, la idea del papel
histórico del obrero ruso, cuando estas ideas alcancen una amplia
difusión y entre los obreros se creen sólidas organizaciones, que
transformen la actual guerra económica dispersa de los obreros en una
lucha consciente de clases, entonces el obrero ruso, alzándose a la
cabeza de todos los elementos democráticos, derribará el absolutismo y
conducirá al proletariado ruso (al lado del proletariado de todos los
países) por el camino directo de la lucha política abierta hacia la
revolución comunista victoriosa” (Ibid., p. 185).

No figura en el Diccionario filosófico · 1965

No figura en el Diccionario de filosofía · 1984

Comparte este artículo