Un paso adelante, dos pasos atrás

Un paso adelante, dos pasos atrás

Diccionario filosófico marxista · 1946:309-311

Título de la obra de V. I. Lenin, escrita de febrero a mayo de 1904
y publicada en mayo del mismo año. En esta obra están elaborados los
principios organizativos del partido de nuevo tipo que luego se
transformaron en los fundamentos de organización del Partido
Bolchevique. El motivo para escribir este libro fue la campaña de
sabotaje realizada por los mencheviques contra las decisiones del II
Congreso del Partido Obrero Social-Demócrata de Rusia. Los
mencheviques llevaban una desenfrenada propaganda, tendiente a relajar
los lazos de la organización, a minar la cohesión y la disciplina del
Partido, a justificar la indisciplina anárquica; trataban por todos
los medios de impedir la creación de un partido verdaderamente
marxista, capaz de encabezar la lucha de la clase obrera por el
socialismo; querían que también en Rusia existiera un partido obrero
semejante a los de la Europa Occidental, un partido reformista y no
revolucionario. Las tesis fundamentales desarrolladas por Lenin en
“Un paso adelante, dos pasos atrás”, se reducen a lo siguiente: El
partido marxista es una parte de la clase obrera, su destacamento
consciente, de vanguardia, pertrechado con el conocimiento de las
leyes que rigen el desarrollo social; el Partido es el dirigente
político de la clase obrera, su Estado Mayor de combate; el que
niegue, esta particularidad del Partido, expone al movimiento obrero a
la espontaneidad, lo convierte en un movimiento “sindicalista”. El
Partido no es solamente el destacamento de vanguardia, el destacamento
consciente de la clase obrera; es su destacamento organizado,
cohesionado por la unidad de voluntad, de acción y de disciplina, lo
que le da la capacidad para hallarse siempre en las primeras filas del
proletariado combatiente, para aportar el espíritu de organización y
de disciplina a los millones de obreros y trabajadores sin partido.
El Partido no sólo es el destacamento de vanguardia organizado de la
clase obrera, sino que es también la forma más alta de su organización
de clase. En la lucha contra la burguesía, el proletariado crea
muchas organizaciones: sindicatos, fracciones parlamentarias,
cooperativas, agrupaciones juveniles, instituciones culturales y
educativas, &c., pero cada una de ellas, que tiene una gran
importancia en la lucha de clases de la clase obrera, sólo defiende
sus intereses parciales. Para que la lucha de clases del Proletariado
sea cohesionada, dirigida hacia un objetivo y orientada hacia la
solución de sus intereses básicos, hace falta una organización
proletaria que se ponga a la cabeza de todas las demás, que las
oriente por el camino revolucionario, que subordine toda su actividad
a la lucha por la dictadura del proletariado. Tal organización sólo
puede ser el Partido marxista, el cual estará en condiciones de
cumplir su papel de combatiente por la dictadura del proletariado si
se vincula vigorosamente con las grandes masas, si no se separa de
ellas, y si recluta constantemente a los mejores hijos de la clase
trabajadora. El Partido puede funcionar correctamente si está
organizado sobre la base del centralismo, con estatutos únicos, con un
sólo órgano de dirección en la persona del Congreso del Partido y en
los intervalos de congreso a congreso, el Comité Central del Partido,
con la subordinación de la minoría a la mayoría, de las distintas
organizaciones a los organismos centrales, de las organizaciones
inferiores a las superiores. El Partido sólo puede ser una
organización combativa y revolucionaria, si exige la disciplina más
estricta a todos sus militantes, afiliados y dirigentes; que en el
Partido no haya hombres para quienes la disciplina del Partido no sea
obligatoria. Tales son los principios de organización del Partido
marxista desarrollados por Lenin en su libro “Un paso adelante, dos
pasos atrás”. “Lenin traza, por vez primera en la historia del
marxismo, la teoría del Partido como organización dirigente del
proletariado y como arma fundamental en manos de éste, sin la cual es
imposible triunfar en la lucha por la dictadura proletaria” (Historia
del P. C. (b) de la U.R.S.S., Compendio). Apoyándose en el sólido
fundamento del marxismo, Lenin demostró en su libro, que los partidos
de la Segunda Internacional, nacidos en el período del desarrollo
relativamente pacífico del capitalismo y adaptados a llevar la lucha
de clases sobre la base de la legalidad, no pueden servir en la nueva
época, cuando las colisiones de clase adoptan un carácter abierto,
cuando en el orden del día se plantea el problema del Poder, de la
dictadura proletaria. “El proletariado, escribía Lenin, no dispone,
en su lucha por el Poder, de más arma que la organización. El
proletariado, diseminado por el imperio de la anárquica concurrencia
dentro del mundo burgués, aplastado por los trabajos forzados al
servicio del capital, lanzado constantemente al abismo de la miseria
más completa, del embrutecimiento y de la degeneración, sólo puede
hacerse y se hará inevitablemente invencible, siempre que su unión
ideológica por medio de los principios del marxismo se afiance
mediante la unidad material de la organización, que fusione a los
millones de trabajadores en el ejército de la clase obrera. Ante este
ejército no prevalecerán ni el Poder senil de la autocracia rusa ni el
Poder caduco del capitalismo internacional”.

Diccionario filosófico abreviado · 1959:515-516

Obra de V. Lenin escrita de febrero a mayo de 1904, y publicada en
mayo del mismo año. Esta obra elabora acabadamente los principios de
organización de un partido marxista de tipo nuevo, principios que se
convirtieron en las bases de organización del Partido Comunista de la
Unión Soviética y de todos los partidos comunistas hermanos. Lenin
responde a la campaña de sabotaje emprendida por los mencheviques
contra las decisiones del II Congreso del P.O.S.D.R. Después de
haberse apoderado de la “Iskra”, órgano central del Partido, los
mencheviques hicieron en sus columnas una propaganda desenfrenada
tendiente al relajamiento de la organización, del espíritu de partido,
de la disciplina de partido, intentando justificar la indisciplina
anarquista y trabando de todas maneras la creación de un verdadero
partido marxista, capaz de conducir a la clase obrera en su lucha por
el socialismo. Los mencheviques eran partidarios de un partido
reformista y no de un partido revolucionario. Querían en Rusia un
partido obrero organizado según el modelo de los partidos de la II
Internacional. En su obra, Lenin demostró que el partido marxista es
una formación de la clase obrera, su destacamento consciente de
vanguardia, pertrechado con el conocimiento de las leyes del
desarrollo social, con las leyes de la lucha de clases; que el Partido
es el guía político de la clase obrera, su estado mayor, y que todos
los que niegan esta particularidad del Partido, entregan el movimiento
obrero a la espontaneidad, hacen de él un partido “trade-unionista”.
El Partido, indica Lenin, no es simplemente el partido avanzado,
consciente, de la clase obrera, sino que es un destacamento organizado
de hombres reunidos por una misma voluntad, una misma acción, una
misma disciplina; y por eso se halla siempre a la cabeza del
proletariado en lucha e introduce el espíritu de organización y de
disciplina en la gran masa de trabajadores sin partido. El Partido es
la forma suprema de organización de la clase obrera. En su lucha
contra la burguesía, el proletariado crea las asociaciones más
diversas: sindicatos, grupos parlamentarios, cooperativas, uniones
juveniles, instituciones culturales, &c. Pero cada una de estas
organizaciones, aunque tienen una gran importancia en la lucha del
proletariado, defiende una parte solamente de sus intereses. Para
realizar la unidad de la lucha de clases del proletariado, para
orientar esta lucha hacia su objetivo, la satisfacción de sus
intereses vitales, es necesaria una organización que esté a la cabeza
de todas las asociaciones proletarias, que las dirija por la senda
revolucionaria y que someta toda su actividad a la lucha por la
dictadura del proletariado. Una organización tal sólo puede ser un
partido marxista.

El Partido estará en condiciones de desempeñar su papel de campeón de
la dictadura del proletariado, si está sólida e íntimamente unido a
las grandes masas populares, si los mejores hombres de la clase obrera
vienen constantemente a engrosar sus filas. El Partido no puede
funcionar normalmente a menos de estar organizado según los principios
del centralismo (y en las condiciones de una actividad legal, del
centralismo democrático), con estatutos únicos y una disciplina única,
con un solo organismo de dirección, el Congreso del Partido (y en el
intervalo entre los congresos, el Comité Central del Partido), con
sumisión de la minoría a la mayoría, de las organizaciones locales a
las organizaciones centrales, de los organismos inferiores a los
organismos superiores. Lenin elaboró los principios esenciales de la
dirección del Partido, el más importante de los cuales es el de la
dirección colectiva. El Partido no será una organización
revolucionaria de combate, a menos que exija una disciplina severa a
todos sus miembros, desde los simples adherentes a los dirigentes, a
menos que no haya en el Partido miembros para quienes la disciplina
del partido no sea obligatoria. Tales son los principios de
organización desarrollados por Lenin en su libro. Su significación
histórica consiste en que en él, Lenin traza, por vez primera en la
historia del marxismo, la teoría del Partido como organización
dirigente del proletariado y como arma fundamental en manos de éste,
sin la cual es imposible triunfar en la lucha por la dictadura
proletaria.

Lenin mostró en su obra que los partidos de la II Internacional
nacidos en el período de un desarrollo relativamente pacífico del
capitalismo y adaptados únicamente a la lucha parlamentaria, se
revelaron inoperantes en una época nueva en que las colisiones de
clase revestían un carácter declarado, en que la cuestión del poder,
de la dictadura del proletariado estaba en el orden del día. «El
proletariado no dispone, en su lucha por el poder, de más arma que la
organización. El proletariado, desunido por el imperio de la
anárquica concurrencia dentro del mundo burgués, aplastado por los
trabajos forzados al servicio del capital, lanzado constantemente ‘al
abismo’ de la miseria más completa, del embrutecimiento y de la
degeneración, sólo puede hacerse y se hará inevitablemente invencible,
siempre y cuando que su unión ideológica por medio de los principios
del marxismo se afiance mediante la unidad material de la
organización, que funda a los millones de trabajadores en el ejército
de la clase obrera. Ante este ejército no prevalecerán ni el poder
senil de la autocracia rusa ni el poder caduco del capitalismo
internacional.» (Op. cit., en Obras escogidas, t. I, pp. 569 y 570,
Ed. esp., Moscú, 1948).

No figura en el Diccionario filosófico · 1965

No figura en el Diccionario marxista de filosofía · 1971

No figura en el Diccionario de filosofía · 1984

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