Comunistas portugueses, con mascarilla pero sin mordaza
El PCP hace honor a sus responsabilidades, su papel y sus compromisos con los intereses de trabajadores y personas.
Se cerró A Festa do Avante! «honrando la historia y los compromisos de siempre, salimos conscientes de las demandas a las que nos enfrentamos, decididos en la acción, confiados en el futuro». Ya lo decíamos en un artículo anterior, ¡contra viento y pandemia! y además, como denunciaba en el mítin final su Secretario General, Jerónimo de Sousa, «con una campaña insidiosa en contra por parte de los grandes intereses económicos y de las fuerzas más reaccionarias y conservadoras, utilizando sus poderosos recursos mediáticos e intoxicando a la opinión pública para hacer inviable la fiesta».
Y fue posible, cumpliendo con las normas sanitarias y afirmando la fuerza del PCP, un Partido que trabaja, vive y lucha al servicio de la clase trabajadora y del pueblo, haciéndolo bien visible a sus ojos, dejando constancia de que ahí estaba el PCP preparado para responder a sus necesidades también en momentos tan complejos como los actuales. Con mascarilla pero sin mordaza para defender el empleo, el salario, los derechos laborales y sociales, afirmándolos y ejercitándolos, contrariamente a quienes, con el pretexto de la epidemia, los querían amordazar. Como señalaba también Jerónimo de Sousa, «Estamos aquí para reafirmar nuestro compromiso con la defensa de los derechos y libertades democráticas, en las empresas, en la calle, donde sea necesario utilizarlos para defender el derecho a la huelga, a la protesta, a la manifestación, a la acción sindical y ciudadana en todos los dominios de la vida. Estamos aquí, respetando los estándares de salud, para reafirmar que no abandonaremos la primera línea de la lucha por mejores condiciones de vida para nuestro pueblo, por su derecho a la salud, educación, seguridad social, vivienda y movilidad, construyendo un Portugal con futuro. Estamos aquí, y ese es un motivo más, para combatir el miedo y dar esperanza y confianza en la lucha por el futuro».
En este período se despidió a miles de trabajadores, ya que ya existían los mecanismos para permitir el despido de los trabajadores, en el Gobierno y en la Asamblea de la República, PS, PSD y CDS rechazaron las propuestas del PCP de prohibir los despidos y garantizando el pago del 100% del salario. Los pequeños y medianos empresarios se vieron obligados a suspender sus negocios y vieron socavadas sus actividades. Y los efectos duraderos que se están sintiendo hoy no provienen de la epidemia, sino de la reducción del poder adquisitivo, del aislamiento y sus secuelas sociales, emocionales, psicológicas y de salud en general, en un contexto de desigualdad en la distribución del ingreso familiar y situaciones de pobreza, también de la dificultad para el acceso a la educación en condiciones de igualdad, de acentuarse las situaciones de marginación social de las personas mayores, etc.
En el marco de la crisis estructural del capitalismo, la pandemia de la Covid-19 aceleró la nueva crisis económica anunciada desde hace tiempo, que pone de relieve las enormes e inaceptables injusticias y desigualdades sociales que marcan la realidad de millones de seres humanos. Portugal se ha enfrentado durante mucho tiempo a problemas graves y que la epidemia ha expuesto ahora en toda su crudeza. Déficits estructurales crónicos en varias áreas. Déficits que hicieron de Portugal un país cada vez más dependiente y frágil, con impactos extremadamente negativos en el crecimiento económico, en los saldos con el exterior y en la deuda externa. Un país donde persisten las desigualdades sociales y regionales y los graves problemas sociales, donde pesan mucho el trabajo precario, el desempleo, una distribución injusta de la riqueza, una respuesta de protección social débil e insuficiente y niveles inaceptables de pobreza y exclusión social.
Las causas las encontramos en décadas de políticas de derecha llevadas a cabo por sucesivos gobiernos del PS, PSD y CDS, políticas que incrementaron la dependencia externa, que sometió al país a los dictados de la Unión Europea y del euro al servicio del gran capital transnacional y los intereses del gran capital nacional y sus aliados. Por contra, la clase trabajadora y demás capas populares no tiene otra arma que la movilización y la lucha con determinación para resistir el discurso del miedo y de que no hay alternativa, empezando por apoyar el próximo 26 de Septiembre, en todo el país, las acciones convocadas por CGTP-IN. Para el PCP Portugal necesita afirmar y materializar un proyecto alternativo de desarrollo soberano, liberado del dominio del capital monopolista, capaz de devolver al país lo que le pertenece, su economía, sus recursos, la decisión sobre su vida y su futuro. Una alternativa que no prescinda de asegurar la liberación del país del sometimiento al euro, por la democracia avanzada y por el socialismo.
El siguiente hito del PCP será la celebración del XXI Congreso, el de los 100 años de vida del PCP, sin ceder al miedo que aísla a las personas, rompe la solidaridad de clase y social permitiendo que los trabajadores acepten dócilmente hacer sacrificios, abdicar o aceptar la limitación de sus derechos y condiciones de trabajo y vida e incluso de su libertad. ¡Y seguro que también será posible!
Grândola