Crece con fuerza el movimiento por la PAZ en toda Europa
Diputada de Die Linke, Sevim Dagdelen: «El Gobierno federal demuestra cada día que el desmantelamiento social y la guerra son las dos caras de la misma moneda.»
El pasado 5 de febrero en Dinamarca, 50.000 personas salieron a las calles de Copenhague. La movilización fue organizada por la central sindical FH, contra la pretensión del Gobierno danés de retirarle un día festivo a los asalariados, para financiar el aumento del gasto militar por la guerra de Ucrania. Los trabajadores han gritado: «No toquéis nuestros días festivos» y «Decid no a la guerra».
El 25 de febrero ha sido convocado en Alemania un mitin en la Puerta de Brandemburgo, un año después del principio de la guerra de Ucrania. El documento que convoca es el «Manifiesto por la paz», que pone en el centro el «fin a la escalada de entregas de armas» y por «un alto el fuego y negociaciones de paz». Este texto lo ha promovido las diputadas Sahra Wagenknecht y Alice Schwarzer. En solo unos días 500.000 personas lo han firmado y se sitúa en la misma línea de la lucha contra la guerra que militantes del movimiento obrero alemán en 1914, como Karl Liebknecht, defendieron con su «¡NO!» a los presupuestos de guerra, y con los manifiestos que más tarde escribieron supervivientes en los campos de concentración en 1945: «¡Nunca más la guerra!»
El día 4 de marzo próximo, militantes alemanes que se están movilizando por esta concentración del 25 de febrero, y que han firmado también el llamamiento internacional «¡Alto a la guerra! ¡Alto el fuego inmediato, sin condiciones!», organizan una conferencia para debatir sobre la relación entre la guerra militar en Ucrania y la guerra social en los países de Europa.
Está previsto que tomen la palabra, entre otros, Harri Grünberg de la dirección del movimiento «¡Levantarse!» (Aufstehen), el diputado de Berlín Alexander King, que fue uno de los primeros firmantes del documento «¡Por una izquierda popular!», Carla Boulboullé del periódico Soziale Politik und Demokratie, responsables locales del DGB y la diputada de Die Linke, Sevim Dagdelen, que ha manifestado: «Me distancio expresamente de todos los que, contrariamente al programa de Die Linke, son favorables al envío de armas o a las sanciones económicas. Los envíos de armas a la Ucrania de hoy son los créditos de guerra de 1914. Los que piden que se envíen armas aprobaron ayer los créditos de guerra. (…) Y esta guerra por poderes está ligada a una guerra social que se lleva dentro. El Gobierno federal demuestra cada día que el desmantelamiento social y la guerra son las dos caras de la misma moneda. El capitalismo no es solo una guerra en el exterior, es también una guerra en el interior. ¿Cómo se manifiesta hoy? Desde la creación de la República Federal de Alemania en 1949, registramos la mayor pérdida salarial real: cerca del 5 %».
Miles de personas salieron a las calles de Múnich el sábado pasado. Los organizadores estimaron que alrededor de 10.000 personas se habían reunido en Konigsplatz para protestar contra la guerra. El sentimiento antiestadounidense y anti-OTAN era prominente en las pancartas exhibidas en Konigsplatz.
Las protestas tuvieron lugar después de la Conferencia de Seguridad de Múnich, en la que los líderes europeos prometieron aumentar el apoyo a Ucrania en su guerra contra Rusia.
En Portugal, 228 sindicalistas y militantes políticos de diferentes opciones apoyan el llamamiento internacional «Alto a la guerra». Hay que recordar, además, que el Congreso del Sindicato de Profesores de la Gran Lisboa (SPGL) adoptó en su Congreso de los días 9 y 10 de febrero una moción por el «¡Alto a la guerra! ¡Presupuestos para la educación y no para la guerra!» La reunión estuvo presidida por Antonio Avelaes, miembro de la dirección del SPGL y por Carmelinda Pereira enseñante jubilada, antigua diputada a la Asamblea Constituyente de 1977. Participó también en la reunión Ángel Tubau, miembro del Equipo de Coordinación de la campaña por el ¡Alto a la Guerra! en España.
A pesar de la brutal campaña institucional de todos los gobiernos europeos y los medios de comunicación en favor de la guerra, sectores cada vez más amplios de trabajadores establecen la relación entre la guerra, el incremento de los gastos militares y los ataques a las condiciones de vida en general, y en particular a los derechos laborales, a los servicios públicos y a la seguridad social.
Es por ello que se relacionó la política del Gobierno Costa, de participación creciente en la guerra, y el rechazo de las reivindicaciones de los trabajadores de la enseñanza, que se encuentran en movilización.
Se acordó enviar un mensaje a los compañeros alemanes que se reúnen el 4 de marzo en Berlín, después de la manifestación que tendrá lugar en la Puerta de Brandenburgo, el 25 de febrero, resaltando por tanto la necesidad de profundizar en el carácter europeo e internacional de la campaña.

En España, en la reunión telemática que tuvo lugar el 25 de enero último participaron más de 50 personas. Se constituyó un Equipo Coordinador para el desarrollo de una campaña de movilización en favor de la paz conformado por activistas que pertenecen a organizaciones sindicales: UGT, CCOO, CGT, CNT CIGA, ELA, ESK, SATSE. También se han adheridos diputados, senadores y concejales de organizaciones políticas y sociales como: IU, Podemos, ERC, UP, Compromís, Izquierda Socialista, etc., junto con miembros de plataformas de pensionistas como COESPE, etc.
En este evento se constató que esta campaña no ha surgido de repente. El CATP ya se pronunció contra la guerra en su reunión el pasado año y que se ratificó en la Conferencia Europea de Urgencia que se celebró telemáticamente el 9 de abril último en la que participaron militantes de 18 países de Europa. Una posición contraria a la guerra que se consolidó en el Encuentro Europeo de Madrid, el 25 de junio, coincidiendo con la cumbre de la OTAN.
Son numerosos los actos, las concentraciones y las movilizaciones previstas en muchos países europeos que auguran un amplio y fuerte movimiento en favor de la paz. La mejor contribución en favor de la paz es la exigencia a los gobiernos europeos para que cesen de inmediato el envío de armas a Ucrania que son las que contribuyen a intensificar y a expandir el conflicto bélico.
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