Estados Unidos contra Europa

El Complejo Militar-Industrial (MIC),  el Complejo del petróleo, el gas y la minería (OGAM) y el  Complejo  de Finanzas, Seguros y Bienes Raíces (FIRE), son los tres grupos que controlan por completo el congreso y el senado norteamericanos.

Entre las múltiples publicaciones aparecidas como consecuencia de la guerra en Ucrania, resulta de enorme interés el artículo del economista americano  Michel Hudson, titulado “De como EEUU derrotó a Alemania por tercera vez en un siglo“.

El autor es un economista americano, profesor en la Universidad de Misuri, investigador del Levy Economics Institute, ex analista de Wall Street, entre otros muchos trabajos y cargos desempeñados, y profundo conocedor de las estructuras de poder de aquel país.

Ha sido colaborador nada menos que de Herman Kahn, al que más adelante dedicaremos unas líneas, uno de los más aventajados miembros de la Rand Corporation, y principal analista sobre las consecuencias de una guerra nuclear, cuyas teorías contribuyeron en gran medida a la estrategia de Estados Unidos en este campo.

Un vistazo en la popular enciclopedia digital sobre este último resulta muy interesante, así como en lo relativo a la Rand Corporation, cuyas actividades de promoción de la supremacía mundial  norteamericana parecen más propias de una película de ciencia ficción, motivo por el que excuso describirlas para no suscitar la incredulidad de los lectores,  remitiéndome al  aludido glosario.

Parte el artículo que reseñamos  de la pregunta sobre qué está tratando de “resolver” la guerra fría de hoy y, para responderla, estudia los diversos grupos oligárquicos que actualmente tienen el máximo control de la actividad política en los Estados Unidos, como es el Complejo Militar-Industrial (MIC),  el Complejo del petróleo y el gas que extrae rentas, junto con la minería (OGAM) y, finalmente,  el  Complejo  de Finanzas, Seguros y Bienes Raíces (FIRE). Estos tres grupos controlan por completo el congreso y el senado norteamericanos.

Si bien siempre ha sido notoria la influencia de los principales capitalistas en la definición de la política de aquel país, se produjo, no obstante, un punto de inflexión a partir de la disposición que posibilitó que no existiera límite alguno a las aportaciones de las empresas en las campañas electorales.

En 2010, el Tribunal Supremo falló que las compañías tienen derecho a gastar fondos en política, levantando las restricciones sobre el gasto corporativo que habían estado vigentes en aquel país durante décadas y, automáticamente, la Exxon Mobile y otras muchas multinacionales, invirtieron gigantescas sumas en las campañas electorales, haciendo ya de manera legal y abierta el mecanismo hasta entonces más subrepticio o limitado de condicionamiento de los poderes públicos en aquel país.

Explica el autor que esos grupos «han comprado el control del Senado y del Congreso para poner a sus propios formuladores de políticas en los Departamentos de Estado y de Defensa… Los principales senadores y representantes del Congreso no representan  a sus estados y distritos tanto como a los intereses económicos y financieros  de sus principales donantes». Analiza de manera detallada los objetivos políticos internacionales que persigue cada uno de los grupos capitalistas descritos y se pronuncia en el sentido de que  «la dinámica que debe rastrearse hoy es la razón por lo que esta gota oligárquica ha encontrado su interés en  empujar a Rusia a lo que esta vio como una postura de vida o muerte para resistir los ataques cada vez más violentos en las provincias de Lugansk y Donest, de habla rusa, junto con las amenazas occidentales más amplias contra Rusia».

En ese contexto, resaltan los enormes esfuerzos hechos por los dirigentes USA, y de Biden en particular, desde que se conoció el proyecto de construcción del gaseoducto Nord Stream 2, que llevaría bajo el mar Báltico el gas ruso hacia Alemania, hasta que han conseguido que el mismo, pese a la gigantesca inversión realizada, no se ponga en funcionamiento, por lo que según nuestro autor, «el objetivo estratégico más apremiante de EEUU en la confrontación de la OTAN con Rusia, es el aumento vertiginoso de los precios del petróleo y del gas, sobre todo en detrimento de Alemania», además de dañar a los demás países de la UE, como los españoles estamos comprobando de manera muy directa.

Además, indica Michel Hudson, estos dirigentes provocan la subida de los precios del trigo y de otros muchos alimentos y el sueño a largo plazo «de los New Cold Warriors de EEUU es dividir a Rusia, o al menos restaurar su cleptocracia (Yelsin/Harvard boys), con oligarcas que busquen sacar provecho de sus privatizaciones». El Complejo del petróleo, el gas y la minería (OGAM) todavía fantasea con hacerse del control de Yukos y Gazprom, insistiendo en que el propósito de la OTAN es la agresión y no la defensa. En fin, extraordinario artículo, que resulta de enorme interés.

Decíamos al inicio que dedicaríamos algunas palabras al miembro de la Rand Corporation, Herman Khan, ya fallecido, gran ideólogo de la guerra fría y de la estrategia nuclear americana. Pues bien, recordemos que el mismo es el personaje que sirve de inspiración a Stanley Kubrick, en su película “Teléfono rojo, volamos hacia Moscú” (1964), en la que analiza el hecho y las consecuencias de las órdenes de un ataque nuclear a Rusia que ha dado el Jefe de una base militar americana con la idea de provocar una guerra mundial nuclear. En este caso, Herman Khan, estaría representado concretamente por el personaje del doctor Strangelove,  aludiendo también el gran director de cine a  la Corporation Rand como autora de los estudios sobre el ataque y sus consecuencias, a la que sustituye  por la Corporation Bland.

En fin, el detallado análisis que hace el autor de los grupos oligárquicos americanos y la estrategia y objetivos de los EEUU y la OTAN en todos los antecedentes que han provocado la actual situación, nos parece que bien merece su lectura.