Europa por la Paz

«Negociar significa hacer compromisos, en ambos lados. Con el objetivo de evitar cientos de miles de muertes más. Eso es lo que pensamos nosotros también, eso es lo que también piensa la mitad de la población alemana. ¡Es hora de escucharnos!» indican en un Manifiesto por la Paz, Alice Schwarzer y Sahra Wagenknecht diputadas y el general de brigada retirado Erich Vad./

El Movimiento por la Paz crece en toda Europa y en el mundo. Múltiples manifestaciones, concentraciones y manifiestos se realizan a diario en diferentes localidades y países impulsados por organizaciones sociales muy diversas que agrupan a hombres y mujeres de diferentes ideologías y creencias. Una base social transversal asegura un futuro prometedor en la decisiva lucha por la paz en este proceso difícil y doloroso que se encamina hacia un mundo multipolar.

Miles de italianos marcharon en la ciudad portuaria de Génova denunciando las políticas belicistas de la OTAN. El mismo sábado 25 de febrero en Berlín, una gran concentración agrupó a más de 50.000 personas pese a las inclemencias del tiempo. Otros miles se manifestaban en Londres en contra del suministro de armas a Ucrania e igualmente en Atenas y Tesalónica.

Se incorporan, aunque todavía de manera tímida, representantes institucionales, organizaciones sociales, políticas y económicas, sindicatos, asociaciones heterogéneas y profesionales que actúan como altavoces de las demandas de paz que impulsan cada vez con más fuerza la mayoría social y que confrontan con una parte muy significativa de los medios de prensa, radio, televisión y redes sociales dedicados a difundir propaganda belicista, mientras buena parte de los gobernantes europeos, sometidos al dictado de la OTAN, echan gasolina al fuego.

Al mismo tiempo se suceden movilizaciones y huelgas en Europa contra la carestía de la vida, la degradación de los servicios públicos, el incremento del paro y en general por todas las consecuencias directamente provocadas por las guerras, en especial por la de Ucrania que amenaza extenderse por todo el continente europeo y por la utilización de armas cada vez más mortíferas, que en el futuro podrían incluir las nucleares.

Estas movilizaciones, de millones de personas, aún no vinculan de manera franca y directa los intereses económicos y sociales que defienden con las consecuencias de la guerra que degrada las condiciones de vida de la mayoría de la población, pero van camino a conectarse con estas de manera rápida. Pan y paz proclamaban los asalariados y las capas populares al término de la década de los años 30 del pasado siglo. Una consigna que expresaba la mutación de la lucha economicista hacia la superior categoría de lucha política.

Alice Schwarzer y Sahra Wagenknecht diputadas y el general de brigada retirado Erich Vad, convocaron un día de protesta el pasado 25 de febrero: un mitin en la emblemática Puerta de Brandenburgo en Berlín. Lo han hecho mediante un manifiesto que ha logrado rápidamente la adhesión de más de 690.000 personas.

El documento denuncia que más de 200.000 soldados y 50.000 civiles han muerto hasta ahora. Si la lucha continúa así, «Ucrania pronto será un país despoblado y destruido. Y muchas personas en toda Europa también temen una extensión de la guerra. Temen por su futuro y el de sus hijos.»

El Ministro de Asuntos Exteriores alemán afirma: «”nosotros” estamos librando una “guerra contra Rusia”. ¿En serio?».

El presidente Zelensky no oculta su objetivo, añade el manifiesto: «después de los tanques prometidos, ahora exige aviones de combate, misiles de largo alcance y buques de guerra, ¿para derrotar a Rusia en toda la línea? El canciller alemán todavía asegura que no quiere enviar aviones de combate ni “tropas sobre el terreno”. Pero, ¿cuántas “líneas rojas” se han cruzado ya en los últimos meses?¿Estamos entonces inexorablemente arrastrados por una pendiente resbaladiza hacia la guerra mundial y la guerra nuclear? No sería la primera gran guerra que hubiera comenzado así. Pero podría ser la última.»

Ilustración; Fernando Francisco Serrano.

Ucrania, con el apoyo de Occidente, ciertamente puede ganar algunas batallas. Pero no puede alcanzar la victoria en una guerra contra la mayor potencia nuclear del mundo. Así lo dice también el más alto oficial militar de Estados Unidos, el general Milley. Habla de un punto muerto en el que ninguna de las partes puede prevalecer militarmente y donde la guerra solo puede terminar en la mesa de negociaciones. Entonces, exponen los firmantes: «¿por qué no ahora? ¡Inmediatamente!»

Negociar no significa capitular, continúa: «Negociar significa hacer compromisos, en ambos lados. Con el objetivo de evitar cientos de miles de muertes más. Eso es lo que pensamos nosotros también, eso es lo que también piensa la mitad de la población alemana. ¡Es hora de escucharnos!»

Los ciudadanos alemanes no podemos actuar directamente sobre Estados Unidos y Rusia o sobre nuestros vecinos europeos. Pero podemos y debemos hacer que nuestro Gobierno y el canciller rindan cuentas y recordarles su juramento: “Desviar el daño del pueblo alemán”.

El Manifiesto por la Paz concluye: «Pedimos al Canciller que ponga fin a la escalada de entregas de armas ¡Ahora! Debería liderar una fuerte alianza a nivel alemán y europeo para un alto el fuego y negociaciones de paz ¡Ahora! Porque cada día perdido cuesta hasta 1000 vidas extra y nos acerca a una Tercera Guerra Mundial

Por su parte, un grupo de eurodiputados de diferentes países ha expuesto ante la Comisión Europea que las relaciones pacíficas con Rusia responden a los intereses estratégicos de la Unión Europea. En el texto de su llamamiento a la Comisión Europea, los parlamentarios preguntan sobre la disposición de Europa para iniciar conversaciones de paz con Moscú  y detener de inmediato todo apoyo militar y financiero a Ucrania.

Los diputados Marcel de Graaf (Países Bajos), Joachim Kues (Alemania), Bernhard Zimniok (Alemania), Milan Ugrik (Eslovaquia), Ivan Vilibor Sincic (Croacia) hicieron un llamamiento en el que señalan: «Varios informes indican que las agencias de inteligencia están aconsejando al gobierno de los EE.UU. que inicie conversaciones de paz con Rusia para evitar una tercera guerra mundial.»

Los eurodiputados se dirigieron a la Comisión Europea con una serie de preguntas sobre las negociaciones de paz y la política hacia Ucrania:

¿Está preparada la Comisión Europea para entablar negociaciones de paz con Rusia y pedir a Ucrania que participe constructivamente en estas negociaciones? 

¿Está preparada la Comisión Europea para poner fin de inmediato a todo el apoyo militar y financiero a Ucrania para que puedan comenzar estas conversaciones de paz?

No hay camino, se hace camino al andar, decía el poeta. Y en eso estamos, caminando. La paz es el camino.

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