Solidaridad con los estudiantes que luchan. ¡La represión no nos detendrá!

En Italia se moviliza una nueva generación que no se rinde al desastre social, medioambiental y cultural al que el sistema capitalista quiere relegar a la humanidad, y especialmente a las clases y países menos pudientes.

La toma de posesión del gobierno de Meloni coincidió con las primeras movilizaciones otoñales de esa nueva generación que no se pliega a la lógica de la explotación y del “todos contra todos” que el capitalismo quiere inculcar en las escuelas y universidades.

Esta conciencia colectiva, sin embargo, está empezando a poner en marcha las fuerzas de represión, con las porras alzadas sobre chicos y chicas ayer hasta en las instituciones de lo que deberían ser los lugares más altos de la educación cultural y científica de un país, las universidades.

Los “reaccionarios con traje”, que en esta ronda electoral han ocupado más escaños en el Parlamento de lo habitual, aplauden y reivindican los valores de la democracia contra la oposición social y política que aglutina sus filas en la “bota” de Italia, en esto son ayudados en varias ocasiones por el Partido Democrático  y el resto de la falsa izquierda liberal.

Pero la democracia a la que todos se refieren es un engaño para los trabajadores y los pueblos de medio mundo, cuando se adhiere supinamente a las causas belicistas de la OTAN y empuja al eje euroatlántico a la explotación imperialista de territorios y seres humanos de todos los colores, todas las edades, todas las religiones y todos los géneros.

Las manifestaciones de ayer en La Sapienza de jóvenes universitarios y precarios con Cambiare Rotta (organización juvenil comunista) y la ocupación de esta mañana del liceo Albertelli por estudiantes de secundaria, indican que todavía hay una parte del país que no se rinde al desastre social, medioambiental y cultural al que este sistema quiere relegar a la humanidad, y especialmente a las clases y países menos pudientes.

La participación de los estudiantes en la dirección del desarrollo de las escuelas y universidades, así como la de los trabajadores en los centros de trabajo o la de las clases populares en la vida territorial, es el único criterio que puede restablecer el grado de participación democrática en la vida de un país. Y esto es lo que los chicos y chicas en lucha pretenden continuamente en sus reivindicaciones.

La organización de vías radicales y alternativas al sistema político, ideológico y económico dominante es la mejor noticia que puede recibir este país, aunque es poco probable que sea difundida por los grandes medios de comunicación, que son cómplices de la corrupción política que impera en el mundo occidental. Ayer le tocó a la universidad, hoy a la escuela, mañana a los trabajadores?

La batalla de ideas por un cambio global del sistema pasa por momentos de dura confrontación con el enemigo de clase, que tiene instrumentos policiales y legales represivos para desplegar.

Pero la represión no puede detener la organización y el avance del camino del cambio. Por eso expresamos nuestra solidaridad y cercanía con los estudiantes en lucha, el nuevo mundo sólo puede nacer del empuje de las nuevas generaciones que no se rinden. La próxima huelga general del 2 de diciembre es un paso en este camino.

A fecha de 28 de octubre, Cambiare Rotta emitió un comunicado señalando que «Las violentas cargas contra los estudiantes que se manifestaban contra la presencia de fascistas y reaccionarios en la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad La Sapienza llevaron a los universitarios, reunidos en una gran asamblea, a ocupar la facultad. Nuestras exigencias son claras: queremos la dimisión inmediata de la rectora Polimeni y la garantía de que nunca más se permitirá la entrada de la policía en la universidad. Reivindicaciones sencillas, destinadas a restablecer unos niveles mínimos de democracia y habitabilidad en la universidad, al constatar que las más altas instituciones de La Sapienza han sido incapaces de garantizar la seguridad de los estudiantes».

Cambiare Rotta continuaba su comunicado afirmando que «El gobierno de Meloni, en continuidad con el gobierno de Draghi, ya está escalando los niveles de represión de las protestas, una táctica que conocemos bien: golpear la disidencia para seguir, sin oposición real en el país, produciendo políticas belicistas y antipopulares que condenan cada vez más a nuestra generación a un futuro de precariedad. Este parlamento y este gobierno no nos representan, como tampoco nos representa el gobierno de nuestra universidad». Añadiendo finalmente: «Un grito de rabia surge de la Universidad La Sapienza contra la hipocresía de toda la clase política. Empezando por la dimisión de la rectora y la exigencia de no volver a ver fuerzas policiales en las universidades, ¡levantemos la cabeza porque es hora de cambiar el rumbo en este país!»

Comparte este artículo

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *