Violencia crónica en Ecuador
Entrevista a Felipe Vega de la Cuadra, ex-viceministro de Defensa en Ecuador, en el programa del periodista ecuatoriano Orlando Pérez «En clave política», de Telesur.
La desaparición del escritor ecuatoriano Gustavo Garzón el 9 de noviembre de 1990 ha motivado, ¡32 años más tarde!, el ofrecimiento de disculpas públicas por el Estado de Ecuador a los familiares de la víctima, en cumplimiento de una sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos que declaró culpable al Estado de su desaparición forzada. A propósito de esta resolución judicial y su acatamiento y de la más reciente desaparición primero y más tarde muerte de María Belén Bernal a manos de la policía, Felipe Vega de la Cuadra señala que la institucionalidad del estado cuando funciona para la represión, para la desaparición, para la muerte, no solo debe ser repudiada, sino que resulta imprescindible la sanción a los responsables de sus crímenes.
Es inadmisible una policía militarizada, señala el ex-viceministro de Defensa, máxime cuando no hay un efectivo control civil del aparato del estado. Es preciso una policía civil, comunitaria, de prevención del delito como la que puso en marcha el gobierno de Rafael Correa con la que se produjo una importante disminución de este tipo de graves infracciones penales que han vuelto a crecer desde 2.017 al término de la llamada «revolución ciudadana». Un problema, añade, que se extiende hacia otros territorios de Latinoamérica.

En sus respuestas, Felipe Vega advierte un cambio de actitud del Departamento de Estado norteamericano. Ha pasado de valerse de las estructuras militares de los países latinoamericanos para convertirlas en actores políticos y tutores de sus regímenes derechistas y facilitar de esta manera procesos de golpes de estado, según los intereses de cada momento del imperialismo, a interesarse y penetrar en los cuerpos policiales para que estos asuman el papel de promotores y guardianes de las políticas de dominación norteamericanas. Un cambio de actitud que obedece, según el entrevistado, a que los ejércitos latinoamericanos van recuperando las ideas soberanistas y bolivarianas. Con el tópico del narcotráfico el imperialismo trata de que los cuerpos policiales cumplan con el mismo rol antes asignado a las estructuras militares.
Nos habla Felipe Vega del estado mínimo que defienden los banqueros: dejar fuera servicios tan fundamentales como la sanidad, la educación, la seguridad social, la administración pública, etc. «y sálvase quien pueda». Estos neoliberales, en su torpeza y maldad, piensan que la única salida es la militar. Y esta no es la solución, añade. Es necesario que el estado vuelva a estar presente en la vida social.
Finalmente, el entrevistado aborda el tema del narcotráfico y expone que si bien en Ecuador se cultiva la planta de la que deriva la cocaína, el problema real está en Estados Unidos y en Europa. Una tonelada de esta droga en nuestras fronteras tiene un valor de un millón de dólares. Sin embargo, esta misma cantidad en EE.UU tiene un precio de 100 millones de dólares. Por cada millón invertido se obtiene un beneficio de 99 millones de dólares. Este es el negocio que se intenta ocultar. «Nosotros pagamos las consecuencias y ellos la consumen», añade. El problema, por tanto, debe solucionarse en las metrópolis que consumen la droga. El gran negocio en los territorios de consumo se sostiene, precisamente, estimulando la producción de la planta de la coca en los amplios territorios de Latinoamérica: «tenemos que mirar el bosque y no el árbol». Muy interesante intervención de Felipe Vega de la Cuadra por su carácter pedagógico que nos invita a reflexionar. Hojas de Debate les ofrece el video de la entrevista.