Cómo combatir los despidos en la banca

Es necesario retornar al sindicalismo de clase y desde este ofrecer una alternativa viable y sensata ¿por qué desde abajo no se intenta organizar una huelga general en el sector de la banca? ¿por qué no recabar la solidaridad de los usuarios, perjudicados por el proceso de digitalización y por los sucesivos incrementos de las comisiones?

En el sector de la Banca prosigue la concentración de capital. En marzo pasado finalizaba el proceso de absorción de Bankia por CaixaBanx, que pasa a ser el mayor grupo bancario de España por activos y el décimo banco a nivel europeo, con más de 20 millones de clientes. Los socialdemócratas renunciaron a convertir Bankia en una entidad de crédito pública y optaron por bendecir la fusión. El Estado es titular ahora del 16,1% del capital de la nueva entidad, en clara minoría.

La fusión de ambas entidades se justifica en el proyecto de fusión en base a que la situación actual derivada de la pandemia mundial causada por la COVID-19 provocará que «los tipos de interés permanezcan en niveles muy bajos o, incluso, negativos durante un periodo más prolongado de lo esperado, al tiempo que supondrá un incremento de la morosidad y de las dotaciones por este concepto, poniendo presión sobre la rentabilidad de las entidades

La primera medida trascendente que acuerda la nueva entidad financiera ha sido la presentación de un ERE con propuesta de 8.291 despidos, un 18% de la plantilla, y el cierre de 1.534 sucursales, el 27% de la red actual. Aproximadamente, la mitad de los despidos afectarán a trabajadores menores de 50 años. CaixaBanx plantea que el porcentaje de personas trabajadoras mayores de 50 años que se adscriban voluntariamente al plan de bajas «no podrá superar el 50% del total de salidas». Alega que el ERE se formaliza por «motivos productivos y organizativos, dadas las duplicidades y sinergias derivadas de la fusión y las circunstancias actuales del mercado». Con la ejecución de esta medida, el nuevo banco pretende obtener un ahorro de 770 millones de euros anuales.

La entidad ha propuesto cuatro grupos de entre los trabajadores que se pretenden despedir  en función de la edad a 31 de diciembre de este año. Para los mayores de 63 años, propone una indemnización de 20 días por año trabajado con un tope de 12 mensualidades. Para los de entre 55 a 58 años con más de 15 años de antigüedad,  una indemnización del 50% del salario regulador con un máximo de dos anualidades de retribución. Entre 58 a 63 años, también con más de 15 años de antigüedad, una indemnización en pago fraccionado del 50% del salario pensionable descontando la prestación por desempleo y con pago del convenio con la Seguridad Social. Y para el resto, 25 días por año trabajado con un tope de 18 mensualidades.

Como se pretende que los despidos alcancen como mínimo a un 50% de trabajadores menores de 50 años, las indemnizaciones ofertadas son verdaderamente ridículas para la mayoría de los afectados. El ERE ha contado con el asesoramiento del despacho de abogados Sagardoy Bengoechea, antiguo Director General del Instituto de Estudios Sociales en 1978, y responsable de la elaboración del proyecto de Estatuto de los Trabajadores de 1980. También fue el autor intelectual de la reforma laboral de 2012 del Partido Popular.

Bankia cerró el ejercicio económico de 2020 con un beneficio neto de 230 millones de euros, pero tras provisiones de carácter extraordinario de 505 millones de euros como consecuencia de la situación generada por la Covid-19. El grupo CaixaBank en los nueve primeros meses de 2020 obtuvo un beneficio de 726 millones de euros, con una provisión de 1.161 millones de euros también por Covid-19.

España cuenta con 167 banqueros[1]Cinco Dias, 23 de julio de 2020. que perciben emolumentos superiores al millón de euros anuales. De éstos, 113 cobraron entre uno y dos millones de euros anuales, 22 percibieron hasta tres millones de euros en el mismo periodo, 19 se embolsaron hasta cuatro millones y tres más entre cuatro y cinco millones. Encabezan este siniestro ranking, Ana Botín, José Antonio Álvarez y Rodriguez Echenique, con emolumentos superiores a los diez millones de euros al año.

"Colas en cajero de CaixaBank"
“Colas en cajero de CaixaBank”. Fuente: El Economista.es 24.11.17

Mientras, los clientes menos activos de CaixaBank estarán obligados a pagar hasta 240 euros al año por el mantenimiento de sus cuentas corrientes que podrían reducir si cumplimentan determinados requisitos asociados a la adquisición de otros servicios a la entidad. Además, la reducción de plantilla conlleva una intensificación del proceso de digitalización de las operaciones con los usuarios, lo que provoca graves daños en la llamada generación analógica y en todos aquellos  usuarios que por falta de recursos económicos no disponen de dispositivos adecuados para el tráfico bancario.

Por otra parte, el Estado inyectó entre 2012 y 2013 a la antigua Bankia la cantidad de 24.069 millones de euros de dinero público del que solo se ha recuperado la suma de 3.303 millones, con lo que el presupuesto público ha perdido 21.000 millones del rescate a la entidad. La fusión de Bankia y CaixaBank ha supuesto la privatización de este importante capital público.

Tras el anuncio del despido colectivo en CaixaBank, el BBVA ha presentado otro ERE con el que se pretende el despido de 3.798 trabajadores y el cierre de 530 oficinas. Alega para justificar el despido colectivo causas, organizativas y productivas.

Se prevén que a final de año los despidos en la banca alcance la cifra de 20.000 trabajadores. Desde 2008 a finales de 2019, el total de despidos en el sector bancario alcanzó a más de 97.000 trabajadores.

Por otra parte, la legislación que prohíbe los despidos con motivo de la pandemia solo es de aplicación a los expedientes de suspensión de contratos y reducción de jornada, pero no a los expedientes de despido colectivo (ERE), que son los que han sido acordados por CaixaBank y BBVA.

La reforma laboral del PP, que el gobierno de coalición no ha querido derogar, pese al compromiso contraído ante el conjunto de la ciudadanía, en diciembre de 2019, de anularla por completo, es precisamente el marco legislativo que ahora les sirve a los bancos referidos para promover el despido de más de 12.000 trabajadores.

Tal y como se encuentra regulado el despido colectivo en el artículo 51 del Estatuto de los Trabajadores, tras la reforma del PP de 2012, cualquier empresa, aunque tenga beneficios, como ocurre con las dos entidades de crédito citadas, puede adoptar la decisión de despedir a sus trabajadores, incluyendo el cierre definitivo del centro de trabajo o de la empresa en su conjunto. Basta alegar pérdidas actuales o previstas o la disminución persistente de su nivel de ingresos ordinarios o ventas. También por causas técnicas cuando se produzcan cambios en el ámbito de los medios o instrumentos de producción o por causas organizativas por cambios en el ámbito de los sistemas y métodos de trabajo del personal o en el modo de organizar la producción. Y finalmente, para facilitar aún más los despido, por causas productivas cuando se produzcan cambios en la demanda de los productos o servicios que la empresa pretende colocar en el mercado.

Con anterioridad a las reformas laborales del PSOE y del PP los despidos colectivos se vinculaban a situaciones de crisis económica en la empresa y en todos los casos la Administración tenía la competencia de aprobar o rechazar el despido colectivo, algo que no sucede en la actualidad, al entregar el legislador esta facultad tan importante a la misma empresa.

Dadas las facilidades legales para acordar el despido colectivo, la revisión en sede judicial de la decisión patronal es casi quimérica.

Ante esta situación que tantísimo daño causa a trabajadores y usuarios ¿qué hacen los sindicatos mayoritarios? Desde hace décadas, las cúpulas de CCOO y UGT apuestan por un sindicalismo de concertación social o de pacto social. Un tipo de sindicalismo adecuado a los intereses de los patronos, y de manera especial, a los de las grandes multinacionales. En este sentido, la política sindical de estos directivos en poco se aleja de la que realizaban los responsables del antiguo sindicato vertical. Entonces, durante la dictadura franquista, este sindicalismo entreguista tenía enfrente a unas Comisiones Obreras que sí promovieron un sindicalismo de clase muy combativo, que se mantuvo hasta mediados de la década de los 70 del pasado siglo. A partir de entonces, los eurocomunistas de la dirección del PCE, con Santiago Carrillo como su máximo representante, impulsaron la liquidación de esa práctica sindical en el marco de un proceso de reforma política que culmina con los Pactos de la Moncloa y la Constitución del 78.

En la actualidad, los aparatos de dirección de CCOO y de UGT no ofrecen otra alternativa a los trabajadores amenazados con los despidos que el de gestionar unas consecuencias que se aceptan ya como inevitables. Una posición que comparten las direcciones reformistas del PCE, de Podemos y de Izquierda Unida. Unos y otros se comportan como enfermeros del capitalismo.

En esta coyuntura tan adversa para los trabajadores de la banca ¿se puede hacer algo más que aceptar unos despidos con indemnizaciones cada vez más pequeñas?

Es necesario retornar al sindicalismo de clase, huir del fatalismo, y desde una posición de lucha consecuente contra los despidos en la banca ofrecer una alternativa viable y sensata, ¿por qué desde abajo no se intenta organizar una huelga general en el sector de la banca? ¿por qué no recabar la solidaridad de los usuarios, perjudicados por el proceso de digitalización y por los sucesivos incrementos de las comisiones? ¿por qué no apelar al conjunto de los trabajadores, a la militancia de base de las organizaciones sindicales y a la de las entidades políticas de izquierda para levantar un frente común en una batalla crucial contra los abusos de los banqueros y por la defensa de los puestos de trabajo?

Varadero

Notas

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1 Cinco Dias, 23 de julio de 2020.

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2 thoughts on “Cómo combatir los despidos en la banca

  • 4 de mayo de 2021 en 11:26
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    Eso sin tener en cuenta la historia de Bankia. Fue la fusión de unas cajas de ahorro, creo que 6, y después la gestión que llevó a cabo Rodrigo Rato, que obligó al rescate de la entidad, que hemos hecho todo el pueblo español y que no recuperaremos.
    Quizá éste sea un ensayo de lo que se va a hacer, no sólo en el sector bancario, sino en otros sectores.

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  • 4 de mayo de 2021 en 13:40
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    CCOO y UGT ya hace años pasaron de sindicatos de clase a empresas de servicios.

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