MOVILIZAR ES EL CAMINO
TOMEMOS LA CALLE POR LA PAZ, rebelémonos contra un futuro incierto, cargado de penurias y muerte, opongámonos contra todas las guerras y contra todos los genocidios. Que todos los esfuerzos se dediquen únicamente a mejorar la vida y las condiciones de trabajo de la ciudadanía en lugar de malgastarlos en confrontaciones fratricidas.
Desde una Comisión Europea convertida al “preparacionismo” se alienta a los hogares europeos a acumular reservas de agua, alimentos, medicamentos con la evidente y única intención de predisponer al ciudadano a la aceptación de un presupuesto militar que alcanza los 800.000 millones de euros.
El discurso belicista alertando a la población, con el que nos intentan atemorizar, pretende impedir cualquier movilización contra el rearme, contra el descomunal gasto de 800.000 millones de euros y el incremento de la aportación a la OTAN del 5% del PIB para comprar armas a empresas europeas controladas por el capital de los EEUU – fondos de inversión como Black Rock o empresas como Lockheed Martin y otras – la oligarquía estadounidense y la subsidiaria oligarquía europea serán los únicos beneficiarios de este despilfarro, la estafa del siglo.
El rearme militar que se nos quiere imponer lo pagaremos con el deterioro progresivo de la sanidad y la educación públicas, la privatización de las pensiones a manos de los bancos privados, el encarecimiento de la cesta de la compra y la vivienda, el incremento de la opresión y la explotación de las personas trabajadoras, con la limitación o supresión de derechos y libertades que favorecerán el auge de un fascismo que ya llama a la puerta.
Si esas élites, encaramadas en la cúpula de la UE, logran consumar el rearme militar corremos el peligro de que nos lleven a una guerra contra Rusia, la rusofobia que con tanto ahínco se propaga desde algunos medios forma parte del discurso belicista y nos hace recordar la famosa frase del fascismo español tras la Guerra Civil “¡Rusia es culpable!” que sirvió de banderín de enganche para la División Azul enviada a ayudar a la Alemania Nazi en la invasión de la URSS.
Debemos condenar estos mensajes de miedo como una monumental estafa con la que quieren suprimir lo poco que nos queda del estado del bienestar, todo para beneficio de unos pocos desalmados que nos colocaran ante el escenario de una guerra generalizada en la que podría utilizarse armamento nuclear.
Estamos ante los prolegómenos de la militarización de la vida de los europeos y europeas que, sin ningún género de dudas, conllevará la pérdida de derechos y libertades.
El belicismo de la Comisión Europea, el pretendido y desmesurado gasto militar de 800.000 millones de euros y el aumento al 5% del PIB para atender los deseos de los EEUU en la OTAN, precarizará hasta el extremo los servicios públicos esenciales, sanidad, educación, pensiones, dependencia, …
El rearme disfrazado del eufemismo “seguridad y defensa” colocará a los usuarios de lo público, a las trabajadoras y trabajadores europeos, en un escenario propio del siglo XIX.
La Comisión Europea, los gobiernos cómplices de los distintos países de la UE, responden con esta espiral belicista y armamentista no a intereses y deseos de la inmensa mayoría de la población que, de ser consultada, optaría por el refuerzo y la inversión en el estado de bienestar, por la vivienda, la sanidad y la educación públicas de calidad, por unas condiciones de trabajo, salarios y pensiones dignas antes que por un gasto en armas que nos privará ahora y a generaciones futuras de la calidad de vida que merecemos.
Como tenemos derecho a una vida digna y a un futuro mejor y diferente al que nos abocan las políticas armamentistas y belicistas de estos dirigentes de la Unión Europea, estamos en el derecho y la obligación de parar el negocio de los 800.000 millones, es necesario y posible impedir que una oligarquía avariciosa se embolse estos mies de millones y dilapide el futuro de la población europea.
Detener la espiral belicista, parar el horror está en nuestras manos, está al alcance de las futuras víctimas, de nosotros y nosotras, que seremos los únicos y exclusivos perdedores de las aventuras bélicas de unos dirigentes europeos que responden no a los intereses de la ciudadanía de a píe, sino a los intereses de las grandes corporaciones armamentísticas, fondos de inversión, bancos y oligarcas.
Afortunadamente desde la izquierda se retoma con decisión y claridad la denuncia del atraco que se quiere perpetrar contra la Paz y los derechos sociales y libertades de la población.

El Manifiesto “LA PAZ ES EL CAMINO” de Izquierda Unida marca lo que puede ser y debe ser, el inicio de una amplia confluencia de rechazo y reprobación a un belicismo que pone en juego la vida de la población española y europea.
Desde el manifiesto de IU se aboga por una Conferencia de Paz tal y como han propuesto Brasil, China, Sudáfrica o México.
Se defiende «La construcción de un nuevo sistema de seguridad común y compartido sobre las bases de las siguientes premisas recogidas en la Carta de las Naciones Unidas, el acta final de Helsinki de 1975, la Carta de Paris de 1990 y el informe Olof Plame de 1982».
Se plantea la «Desaparición/Abandono de la OTAN y repliegue de todas las bases estadounidenses desplegadas en todo el mundo.»
Pero, no basta con votar en el Parlamento contra el rearme militar y en defensa de la salida de España de la OTAN por más de treinta representantes de la soberanía popular.
No es suficiente, tampoco, quedarse en declaraciones que apuntan en el mismo sentido por estas organizaciones políticas que visibilizaron en el Congreso de los Diputados una clara defensa por la Paz y una oposición a la OTAN y al rearme militar.
Es preciso, además, tomar la iniciativa para confluir en un encuentro entre los numerosos sectores sociales y organizaciones populares con el objetivo de fijar una ruta de movilización social generalizada que haga posible que cientos de miles de personas expresen públicamente su posición en defensa de la Paz, contra la guerra, el rearme militar y por la defensa de los derechos sociales y libertades. [1]En nuestro país ya se están realizando manifestaciones, concentraciones, actos divulgativos y toda clase de manifiestos en defensa de la Paz, contra el rearme militar, por la solución negociada y … Seguir leyendo
Es indispensable movilizar a la población, como ya se hizo para rechazar la invasión de Irak y la participación española en esa aventura sustentada por informaciones falsas, por burdas mentiras como las inexistentes armas de destrucción masiva, movilizar es el camino.
Confluir y movilizar quienes estamos por la Paz en una “CONFERENCIA POR LA PAZ” donde se aúnen voluntades ya explicitadas por los distintos colectivos y desde donde llamemos a la población a tomar la calle.
TOMEMOS LA CALLE POR LA PAZ, rebelémonos contra un futuro incierto, cargado de penurias y muerte, opongámonos contra todas las guerras y contra todos los genocidios. Que todos los esfuerzos se dediquen únicamente a mejorar la vida y las condiciones de trabajo de la ciudadanía en lugar de malgastarlos en confrontaciones fratricidas.
Notas
⇧1 | En nuestro país ya se están realizando manifestaciones, concentraciones, actos divulgativos y toda clase de manifiestos en defensa de la Paz, contra el rearme militar, por la solución negociada y diplomática de los conflictos internacionales, como por ejemplo las que han realizado los juristas, personal sanitario , pensionistas , artistas, sindicalistas de CCOO y de la CGT, personas de la academia, las artes y el conocimiento, militares por la paz , científicos y diferentes organizaciones sociales y políticas. |
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