Carta de una trabajadora autónoma
La crisis económica agravada por la pandemia golpea de gravedad a los trabajadores autónomos. Rocío Álvarez nos escribe esta carta que Hojas de Debate reproduce:
Me llamo Rocío y tengo un pequeño negocio de lencería y aromaterapia, que atiendo de manera personal, y me han obligado a cerrar. Sí, digo «obligado» porque avisar 24 horas antes de que no puedas volver a abrir tu negocio es obligar. En la primera ola de la Covid-19, cuando el Estado de Alarma, yo me tomé cerrar mi negocio cómo algo que había que hacer para salvar vidas. Había que quedarse en casa y mi granito de arena era cerrar mi negocio y confinarme. Lloré mucho porque una situación así no le gusta a nadie. Te levantas por las mañanas y no tienes ingresos y sólo ves como la gente no para de morir. Pero a la vez pensaba yo tengo que seguir colaborando aunque tenga que tener mi pequeño negocio cerrado.
Pero está segunda vez ha sido diferente, primero porque es algo que afecta en Andalucía solo a la provincia de Granada, pese a que el resto de la Comunidad se encuentra también en muy malas condiciones. He de decir que yo esperaba un confinamiento de toda Andalucía, pero «NO»: para mi asombro, la Junta de Andalucía piensa que pueden reducir los contagios dejando a todo el mundo salir a la calle hasta las 10 de la noche, permitiendo abrir un montón de negocios que para la Junta sí son esenciales. Mi sorpresa al seguir leyendo el BOJA es que pueden abrir hasta gimnasios -parece que luego rectificaron- cosa que ya me da igual.
Nos cierran a la hostelería y a los negocios de textil, zapatos y joyerías. Una gran sorpresa que tu pasees por tu pueblo y veas a «todo» el mundo en la calle, el 80% de los comercios abiertos y el tuyo, que según la Junta de Andalucía no es esencial, pues cerrado. Estuve tres días llorando, sin dormir ni comer. Ahora que estábamos remontando nos pisan y piensas que por cerrar ese 20% de comercios no van a bajar los contagios y que en el resto de Andalucía SÍ pueden abrir, al menos hasta una hora determinada.
Llamé desesperadamente a mi gestor y me dijo que tendré que pagar la cuota de autónomo a la Seguridad Social este mes y que después nos quitarán el 75% de dicho importe. No pude evitar seguir llorando, nadie me va a pagar préstamos, alquiler, impuestos, y lo más esencial COMER. Habrá personas con ahorros pero yo no soy una de esas y mi hijo come a diario y yo también. Sabes que si no abres tu negocio no vas a poder comprar el pan, seguidamente llamo a mi banco y me dice que la Junta de Andalucía no ha dado orden de parar pagos «cosa que sí se hizo la primera vez que nos cerraron».
Dejé de llorar y me puse a pensar en cómo sobrevivir. A día de hoy llevo una semana sin ingresos con mi negocio cerrado y no puedo sobrevivir. La Junta de Andalucía nos abandona y el gobierno tiene otros menesteres. Algunos ayuntamientos sí nos están dando algunas ayudas. Al parecer, los autónomos para los políticos somos invisibles, pero no, señores, no todos somos Amancio Ortega. Estoy sin ayudas ni de la Junta ni del Gobierno central, comiendo a diario de lo que me dá mi familia y pensando en cómo voy a pagar todo lo que tengo que pagar si mi negocio está cerrado. La verdad es que no sé si podré volver a abrir las puertas de mi negocio; no sé si mi pequeño comercio sobrevivirá a esta injusticia. He de decir también que no encuentro amparo de ningún partido político y que una vez más me doy cuenta de que quien tiene su bolsillo lleno no mira el de los demás, no veo a la izquierda luchando, será porque somos autónomos… y los autónomos somos invisibles para ellos.
Pero tenemos que dejar de ser invisibles, unirnos y organizarnos para reclamar protección económica y social mientras nos veamos obligadas a cesar en nuestra actividad laboral por causas ajenas a nuestra voluntad. Somos más de dos millones los trabajadores autónomos sin empleados ¿a qué esperamos?
Rocío Álvarez, Peligros (Granada)