Defender la Democracia
El fascismo, principal enemigo de la democracia, se nutre del belicismo y la guerra que promueve el imperialismo en todo el mundo. Luchar por la paz es luchar por la democracia, es luchar contra el fascismo, es también combatir al imperialismo.
El articulista Raúl Bocanegra ha publicado un interesante artículo en el que explica, con la intervención de Antonio Rodrigo Torrijos, ex edil de IU en Sevilla, la iniciativa de generar pacíficamente una pedagogía política para explicar e implicar a la sociedad sevillana en la defensa de la democracia porque esta tal como la conocemos está seriamente amenazada.
La ciudadanía progresista sevillana se mueve estos días en «defensa de la democracia». Diferentes analistas, personalidades y líderes sociales coinciden en lanzar un llamamiento ciudadano para concentrarse el 25 de enero próximo en defensa de la democracia. Una interesante iniciativa.
El texto, cuya lectura recomendamos, llama la atención por el diagnóstico y provoca un potente intercambio de opinión. La propuesta de Torrijos ofrece, no obstante, la oportunidad de considerar algunas cuestiones que no se recogen en el texto pero que entendemos que pudieran tenerse en cuenta. Por ejemplo:
a) Tal vez, el texto de la pancarta de la manifestación del 25 de enero a la que se alude en la entrevista podría ser: “Por la paz, por la democracia, por los derechos sociales y económicos de la mayoría social”. Una cosa es reivindicar la democracia sin adjudicación de siglas y otra es no señalar desde el principio los contenidos y la naturaleza de esta democracia.
b) El fascismo, principal enemigo de la democracia, se nutre del belicismo y la guerra que promueve el imperialismo en todo el mundo. Luchar por la paz es luchar por la democracia, es luchar contra el fascismo, es también combatir al imperialismo. En España, además, la lucha por la democracia plantea la necesidad de una ruptura democrática que desaloje del aparato del estado al franquismo que no fue expulsado con la Transición.
c) La defensa de la democracia no solo va inseparablemente unida a la lucha por la paz. Es necesario también dar la batalla al mismo tiempo por la defensa de los intereses inmediatos de la mayoría social: sanidad, educación, vivienda, salarios, estabilidad en el empleo, presupuestos sociales en lugar de presupuestos de guerra, etc. Una propuesta política que ignore las condiciones materiales de vida que afectan de forma negativa a la clase asalariada y a las capas populares, dejaría la democracia bajo el control del gran capital, de la oligarquía y los grandes monopolios y quedaría huérfana, además, del imprescindible apoyo popular.
d) Es muy válida la idea de que la democracia hay que defenderla no solo desde las instituciones, sino también desde la calle mediante la movilización ciudadana, tal como indica con acierto el compañero Torrijos.
e) La construcción de una alternativa electoral para las próximas elecciones al parlamento europeo, puede ser también una magnífica oportunidad para divulgar y para movilizar a la ciudadanía progresista en torno a la defensa de la paz, la democracia y los derechos sociales y económicos de la mayoría.
f) Es interesante que esta movilización por la paz, la democracia y los derechos sociales de la mayoría, sea promovida por personas concretas que sean referentes sociales por su biografía en defensa de los derechos y libertades democráticas.
Señala Torrijos que «El golpe en España se sustancia en una filosofía: para la fase en la que estamos de desarrollo del capitalismo, la democracia le sobra. Ya no hablamos del Estado del Bienestar. El capitalismo industrial explota, pero genera riqueza. El capitalismo financiero no genera riqueza. Esquilma fundamentalmente» y añade «esto nos lleva a la necesidad urgente de defensa de la democracia porque es fácil ser fascista en un país libre, pero muy difícil ser libre en un país fascista.»
Pero una democracia, sin embargo, con contenido, con proyecto político, es decir, vinculada a la defensa de la paz y a los derechos sociales y económicos de la mayoría social.
Artículos relacionados:
Contenido
La defensa de la democracia no se puede tratar de forma aislada, hoy en día, como forma de confundir al conjunto de la clase trabajadora y capas populares, todas las formas ideológicas y económicas dicen defender la democracia, así que, saliendo desde la raíz, entendiendo que lo que defendemos es el poder del pueblo. La defensa de la paz, los derechos sociales, la sanidad, la educación, suficiència económica, igualdad de genero,( en todas sus facetas), etc., va intrínsicamente unido a dar pasos en el terreno revolucionario de derrotar, acabar, con el sistema capitalista, intentar defender la democracia sin aspiraciones reales de desprenderse del sistema que provoca las desigualdades es poco menos que ser colaboradores necesarios para seguir manteniendo el estatus sistémico del poder económico, volcarse en los procesos electorales, también, estos, solo pueden servir a la causa, hoy en día, como altavoz para llegar ampliamente con nuestras propuestas revolucionarias, a la mayor cantidad posible de personas, pero estamos obligados a decir la verdad, desde el mismo sistema que utilizamos, jamás habrá democracia.