Dime de qué presumes y…el programa del PP

Es decir, reducir aún más las facultades de la Administración Pública aminorando el aparato del Estado hasta que solo quede la policía, el ejército y la judicatura, que se encargarían de asegurar un (des) orden social que garantice a la clase dominante continuar explotando y oprimiendo a la mayoría social.

Por fin he podido leer una jugosa selección del programa del Partido Popular. Y saco en conclusión que debemos tomar buena nota de lo que dicen, cómo lo expresan y lo que prometen, no vaya a ser que dos párrafos más abajo nos encontremos con alguna contradicción entre la teoría difundida por la propaganda electoral y la práctica habitual que venimos padeciendo.

Afirman en el programa que: «Un gobierno que minusvalora o desprecia la seguridad jurídica es un gobierno errático, que genera dudas y desconfianza. Ninguna economía ni sociedad se sostienen sin seguridad jurídica, por lo que velaremos por ella en todas nuestras decisiones, con pleno respeto a la libertad de empresa y a la generación de un contexto de estabilidad, certidumbre y confianza para todos los ciudadanos». 

Mucho me temo que la libertad de empresa en este país tiene mucho de libertinaje practicado con evidente impunidad (esa es la “seguridad jurídica” que más reclama nuestra derecha) y que nuestros peperos tienen claro que «por eso bajamos los impuestos (a los ricos, deberían explicar) siempre que es posible. Hoy más que nunca, ante el encarecimiento del coste de la vida, la rebaja de impuestos supone un apoyo imprescindible para las personas, las familias y los emprendedores y, por ello, vamos a seguir apostando por la reducción de impuestos». Por supuesto no hablan de que los impuestos sean convenientemente progresivos que son, precisamente, los que pueden financiar políticas en favor de la mayoría social.

¿Os habéis enterado? Que dicen los del PP que  «…para que pueda crearse empleo es preciso construir un entorno favorable, en términos de estabilidad política, presupuestos equilibrados, seguridad jurídica, (¿otra vez?) concertación social, bajada de impuestos (¡otra vez!)… Defendemos la máxima libertad económica para lograr la creación de empleo estable … y, además, continuaremos trabajando por la defensa y dignificación de la actividad empresarial como instrumento de creación de riqueza e integración social a través de la generación de empleo». 

Pero, como dicen Amador Fernández-Savater / Ernesto García López, en un reciente artículo titulado sombríamente “La zona gris de la democracia: hacia una política de la impureza”: «… la propia estructura productiva del país, un mercado de trabajo poblado de precariedades y bajos salarios, un sistema fiscal poco progresivo y agujereado en términos de tributación de la riqueza, un sistema de protección social anacrónico, un endémico conflicto por la vivienda que asfixia a buena parte de la población arrendataria e hipotecada, así como un recorte generalizado en la educación y la sanidad públicas, han ido cristalizando en ciertos segmentos sociales un sentimiento de eterna vida en crisis.»

Que nadie se llame a engaño. El PP lo avisa: «Impulsaremos la declaración responsable como sistema alternativo al de licencia administrativa para el fomento de actividades empresariales y comerciales para agilizar la apertura de (nuestros) negocios y el desarrollo de nuevas actividades (especulativas)…En este sentido, impulsaremos una política industrial coherente con nuestra política fiscal, de forma que nuestras industrias puedan nacer y crecer amparadas por una carga fiscal baja, simplificada y con un esfuerzo administrativo limitado para cumplir con el pago tributario». Es decir, reducir aún más las facultades de la Administración Pública aminorando el aparato del Estado hasta que solo quede la policía, el ejército y la judicatura, que se encargarían de asegurar un (des) orden social que garantice a la clase dominante continuar explotando y oprimiendo a la mayoría social, al mismo tiempo que reclamarán autorización previa administrativa como un obstáculo más para poder ejercitar los derechos y libertades democráticas de libertad de expresión, asociación, reunión, manifestación, huelga y otros tantos que configuran el legítimo derecho a la protesta social de la clase asalariada y de las capas populares.

Amador Fernández Savater y Ernesto García López nos advierten:

Frente a eso no somos aún capaces de modificar las estructuras latentes de la desigualdad, de revertir la insatisfacción subjetiva de amplios sectores de la población, sus malestares psíquicos, la extensión del recelo, la guerra del penúltimo contra el último, la sensación de una permanente “vida en precario”. 

La contención no termina de reconectar con la política, la democracia y las instituciones, a esas geografías sociales más golpeadas por las crisis. La contención no es capaz, por sí sola, de retomar la iniciativa en la producción de mundo, hoy en manos de la vida-mercado. Pero hay que empezar por un gesto decisivo: utilizar el voto para poner coto a los excesos neoliberales, redistribuir la riqueza y “contener” las infinitas y dolorosas heridas que se abren en el cuerpo social.

¡Ni un solo voto para el bloque reaccionario!

No nos deberíamos olvidar de contener adecuadamente la tendencia del PP a endosarnos mentiras (con la bonita excusa de que no es engaño sino inexactitud), cuando repiten varias veces: «Aseguraremos la sostenibilidad y suficiencia del sistema de pensiones para las generaciones actuales y futuras. Garantizaremos la revalorización de las pensiones en el marco de crecer de forma sostenible…» Y hasta dicen con toda la cara, (impasible el ademán que les cantaría el coro facho de guardia) que tendrán en cuenta la evolución del IPC. Lo que defienden en su programa es la imposición de un criterio de sostenibilidad que les permitiría revalorizar las pensiones por debajo del IPC, y sus compañeros de viaje de la extrema derecha, además, señalan en su programa que sustituirán el actual sistema de reparto y solidaridad por el de capitalización, antesala imprescindible para la privatización del sistema público de pensiones.

Ni que decir tiene que ante las elecciones del próximo 23J, salvar este “poder de contención” es una obligación ética y cívica, que debe apoyar las candidaturas progresistas que así lo propongan. No hace falta que sigan leyendo el programa del PP. Van de incontenibles. 

Pero hay vida más allá del 23J. Necesitamos ampliar la mirada porque el dilema es mucho más profundo. 

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