El añejo programa electoral de la extrema derecha

Propone VOX la suspensión de la autonomía catalana hasta la derrota sin paliativos del “golpismo” y la depuración de responsabilidades civiles y penales. De paso se declararían ilegales «los partidos, asociaciones u ONGs que persigan la destrucción de la unidad territorial de la Nación y de su soberanía

El capitalismo español juega sus bazas para conseguir objetivos propios y los que vengan marcados por nuestro “protector”  padrino norteamericano. Para ello juega con las posibilidades electorales de la extrema derecha, la derecha, la socialdemocracia y la izquierda que dice ubicarse al lado izquierdo del PSOE, posicionamiento que puede lograr si nos apuntamos a gobiernos de coalición que aplican políticas de derecha y a pactos de reparto de cargos que dicen ser representativos de una voluntad de cambio y mejora.

Las diversas fuerzas que componen el arco ideológico nos proponen programas electorales cuya lectura nos permite valorar el respeto que merecen nuestras vidas sociopolíticas a quienes pretenden encuadrarlas en unos valores de referencia.

Entre ellas destaca el planteamiento programático de VOX, que representa lo más rancio del autoritarismo típico del franquismo, sin apenas esfuerzo por disimular la querencia hacia las prohibiciones como estilo de organización de nuestra vida. Veamos algunos ejemplos:

Propone VOX la suspensión de la autonomía catalana hasta la derrota sin paliativos del “golpismo” y la depuración de responsabilidades civiles y penales. De paso se declararían ilegales «los partidos, asociaciones u ONGs que persigan la destrucción de la unidad territorial de la Nación y de su soberanía

Seguramente para que no tengamos posibilidad de añorar tiempos mejores, VOX propugna la derogación inmediata de la Ley de Memoria Histórica. Dicen estos cerebros privilegiados y especializados en la práctica de la lobotomía, que ningún parlamento está legitimado para esclarecer nuestro pasado, y menos excluyendo a los españoles que difieren de sus definiciones. No puede utilizarse el pasado para dividirnos, al contrario, hay que homenajear conjuntamente a todos los que, desde perspectivas históricas diferentes, lucharon por España. Es magnífico el ejercicio de atrevimiento tan típico de VOX (y del PP) que cambia los papeles de víctimas y verdugos en cuanto se solicita que se reconozca y se repare la marginación sufrida por las víctimas del franquismo.

Y mientras seguimos con las cunetas abarrotadas de cuerpos de paisanxs masacradxs por la España genocida, VOX propone liberalizar el suelo. Convertir en tierra apta para ser urbanizada toda la que no deba estar necesariamente protegida por motivos de interés público convenientemente justificados. El mercado del suelo, dicen, es «especialmente rígido y su regulación provoca una escasez artificial que eleva su precio

Lo de VOX y la violencia es para estudiarlo: Tenemos violencias asumidas como parte del patrimonio cultural español. De ahí puede venir la propuesta de impulsar una ley de protección de la tauromaquia, y la derogación de la ley de violencia de género y de toda norma que discrimine a un sexo de otro.

En su lugar, promulgar una ley de violencia intrafamiliar que proteja por igual a ancianos, hombres, mujeres y niños. Ya veremos con los animales domésticos. Y más prohibiciones: «supresión de organismos feministas radicales subvencionados.» Añade el programa electoral de Vox un primer paso para la supresión del sistema público de pensiones actual basado en criterios de reparto y de solidaridad, por el de capitalización, aunque manteniendo pensiones mínimas, tal vez paupérrimas, que en todo caso no cuantifica. Una vuelta a la beneficencia y a la caridad.

Y para que los criterios represores se ajusten, reforma del Poder Judicial presentada ante la opinión pública como el objetivo de alcanzar una independencia real del poder político. Que la totalidad de los miembros del Tribunal Supremo y Consejo General del Poder Judicial sean elegidos por concurso de méritos. Supresión, además, del Tribunal Constitucional, cuyas funciones las asumiría «una sala sexta del Tribunal Supremo por concurso de méritos por y entre quienes son parte de la comunidad de la Justicia.» 

Seamos capaces de entender lo que toda esta propuesta electoral nos quiere plantear como valores de referencia para condicionar nuestra vida. Nosotros la queremos libre de cinismos y tergiversaciones que camuflan los verdaderos intereses de clase, de una élite, de una minoría que ni siquiera es soberanista, aunque se atraganta dando vivas a “España”,  y presume de “principios” que pretenden recuperar e inocular, con el más añejo autoritarismo como valor sociopolítico de referencia, para imponernos un futuro sin derechos y libertades democráticas.

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