EL valor de la coherencia
José Antonio García Rubio, cabeza de la candidatura de “Izquierda Necesaria”.
Estamos en plena campaña para la elección de la Coordinadora Federal de Izquierda Unida. Se han presentado cuatro candidaturas; cada una de ellas expresa el compromiso de casi 100 compañeros y compañeras para configurar la próxima dirección y su práctica política. Por mi parte es un honor encabezar la candidatura de “Izquierda Necesaria” que, como objetivo prioritario, aunque no único, quiere regenerar Izquierda Unida para los tiempos que vienen, recuperar la centralidad de la organización en la unidad de la izquierda transformadora y reforzar el hilo rojo de los que sólo viven de su trabajo, el hilo morado de la lucha feminista, el hilo verde de la lucha de clase contra el cambio climático y el hilo blanco de la lucha antiimperialista, por la paz y contra la OTAN.
Esos cuatro grandes objetivos pueden parecer muy ambiciosos, pero se alcanzarán con pasos concretos. El primero de ellos es romper la subordinación y el servilismo en nuestra política de alianzas.
Hace un momento acabo de saber que mis oponentes están realizando actos y caravanas (al mejor estilo de las elecciones de la democracia burguesa) para recabar el voto. Les felicito, porque demuestra que tienen medios y recursos para hacerlo. Por nuestra parte, hemos considerado que uno de nuestros mejores valores es la coherencia y eso creo que escasea en mis oponentes.
Todos recordamos aquello de “superar IU”. Los únicos que votamos siempre en contra de todos los informes de coyuntura (así se llamaban) de Garzón fuimos los miembros de la Coordinadora Federal vinculados con “Izquierda Necesaria”, los únicos. Incluso hubo algún ilustre oponente que escribió libros y artículos teorizando la superación con Unidas Podemos, cosa que sobre todo los andaluces recordáis bien. Pero más aún, no hace mucho se produjo un cambio brusco en la Coordinadora Federal: parodiando las palabras de un ministro de la República en el 31, nos acostamos “podemitas” y nos levantamos “sumaritas”, o mejor cabría decir sumarios por aquello de la velocidad de la decisión y la escasez de argumentos. Ahora, en alguno de esos actos se anticipa el descalabro de Sumar y 30 segundos después se defiende ir los cuartos en la candidatura de Sumar a las europeas. Ciertamente, en el debate que hemos tenido, ninguno de los cabezas de las listas en las que se integran las personas que negocian con Sumar se atrevió a comprometerse públicamente asegurando que Izquierda Unida mantendrá el cuarto puesto y que ese puesto lo ocupará Manu Pineda.
Es más, no es fácil que Manu Pineda salga, pero será necesario trabajar mucho y fuerte para que finalmente salgan con mayor seguridad tres personas que finalmente se irán al grupo verde del Parlamento Europeo, claramente belicista.
Bien, nosotros nos alegramos de los cambios de posición cuando son para bien. Ni siquiera vamos a decir que nuestra crítica ha influido. Seguramente el factor más influyente ha sido la realidad política.
Y quiero apelar a esa realidad para hablar del futuro. Se nos dice que es mejor la unidad que la división. Y es verdad, pero es que hay muchos tipos de unidad y también muchos tipos de división. La unidad en Unidas Podemos no solamente generó división y abandono entre la afiliación de IU y de Podemos, sino también una perdida electoral elección tras elección. Nuestra base electoral se separó cada vez más de nosotros. Hoy, el camino de Sumar tiene las mismas lindes. Para no errar hay que preguntarse ¿unidad para hacer qué?
Nosotros defendemos la creación de un Frente Amplio. Estamos de acuerdo. Pero me atrevo a anticipar que Yolanda Díaz no tiene ese proyecto. De todas formas, siempre aparece quién dice -e incluso teoriza poniendo el codo sobre el pedestal de Gramsci- que conseguiremos la hegemonía ideológica. No parece que se consiguiera el más mínimo avance con Podemos, más bien al contrario. Tampoco parece que haya ningún avance con Sumar, más bien se habla de porcentajes y puestos.
Y es que el problema no es de Sumar o Podemos; es nuestro. Simplemente hemos perdido la cultura ideológica que teníamos; nuestros informes no se asientan ya sobre un análisis materialista y dialéctico, sino idealista y escolástico; son propios de la sociología anglosajona.
Por eso, somos conscientes de que la coherencia en la política de alianzas es importante, pero no es suficiente. Aunque la política de alianzas sea la madre de todas nuestras contradicciones, estas sólo se resuelven apuntando una propuesta de práctica política inmediata. No nos quedaremos aislados ni inermes.
Una propuesta política que pasa por recuperar el programa de Izquierda Unida. Somos serios y responsables y no vamos a tirar el gobierno. Eso, en todo caso, corresponde a Pedro Sánchez. Pero tampoco vamos a tirar el programa de IU.
Una práctica política que pasa por ganar la autoridad política que permita a nuestra ministra plantear el reconocimiento del gobierno palestino de forma inmediata y desarrollar una acción de gobierno que avance profundamente en la defensa de los intereses de niños, adolescentes y jóvenes.
Un trabajo programático que atienda a lo que ahora se llama “las cosas de comer” y prioritariamente el trabajo digno y bien retribuido y la vivienda. No nos sirve eso de las zonas tensionadas.
Y organizativamente, estamos decididos a recuperar la participación real de la afiliación y proponemos empezar por una Conferencia política sobre Política de Alianzas y construcción del Frente de Izquierdas. Esto no es precisamente aislamiento.
Apostamos por construir una dirección colectiva. Es la mejor solución en las actuales circunstancias y, sobre todo, por recuperar la cultura política e ideológica que nos es propia. Vamos a subvertir el relato que se transmite a la afiliación para que se asiente en el análisis concreto de la realidad concreta basado en hechos ciertos.
Todo esto, con tu confianza, tu apoyo y -si estas afiliado o afiliada a IU- tu voto, está en tu mano. No puedes dejar pasar la oportunidad.
Es por ello por lo que te pido el voto para la candidatura de “Izquierda Necesaria”