Extrañas coincidencias
Hoy el actor fundamental y principal promotor de los procesos de transformación social en Venezuela es el PSUV que encabezan Nicolás Maduro como presidente y Diosdado Cabello como vicepresidente. Por este motivo el imperialismo lo boicotea de forma sistemática. Le han declarado la guerra. Por algo será.
Ya nos estábamos aburriendo con el catastrofismo mediático aplicado a las sucesivas olas de calor o con los dimes y diretes de un morboso descuartizamiento en Tailandia. Además, llevábamos algún tiempo sin tragarnos alguna maldad sobre la Venezuela chavista. Ese vacío de intoxicación debe haber obligado a los que se encargan de guiar nuestras asediadas emociones, a soltar una retahíla de llamadas de atención que nos advierten de que el Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela ha intervenido al Partido Comunista y nombrado una nueva dirección política.
Una extraña coincidencia se ha producido en los comunicados y supuestas informaciones que ofrecen nuestros rotativos neoliberales, como El País y los pronunciamientos que formulan diversas organizaciones, incluso manifiestamente minoritarias dentro de la izquierda, que se proclaman comunistas.
Unos y otros denuncian y condenan al gobierno de Maduro por intervenir en los asuntos internos del Partido Comunista de Venezuela utilizando el instrumento de actuaciones judiciales de la República Bolivariana de Venezuela que ponen en cuestionamiento, conforme a la legislación de este país, determinadas actuaciones de concretos dirigentes del PCV. Esta intervención judicial ha generado un rechazo de lo que los opositores a la actuación del TSJ califican como uso político para fulminar a las formaciones de izquierda y martillo oficialista contra la oposición. Y proclama y condena el uso político de la Justicia.
Curiosamente parece que desconocen u olvidan que, en España, medio centenar de militantes del PCE, a comienzos del 2020, fueron suspendidos de militancia y se les abrió un expediente colectivo sancionador por supuestas faltas muy graves que encaminaban a una decisión próxima de expulsión del PCE. Estos militantes acudieron a sede judicial y obtuvieron una resolución judicial que declaraba que la dirección del PCE había vulnerado el derecho fundamental de defensa, obligando a ésta a dejar sin efecto la suspensión de militancia y a reincorporar este grupo de comunistas como militantes de pleno derecho en la organización. Posteriormente, a raíz del fallido XXI Congreso del PCE, por iniciativa de un grupo de militantes se han ejercitado acciones judiciales para que se declare la nulidad de este evento congresual por transgresión de derechos fundamentales, interesando la convocatoria de un Congreso Extraordinario que permitiera dotar al PCE de una nueva dirección política. A la presente, las autoridades judiciales competentes no han dictado sentencia definitiva sobre este asunto. En ambos casos, ni la prensa de derecha, ni ninguna de estas organizaciones comunistas minoritarias que ahora se rasgan las vestiduras porque las autoridades judiciales de Venezuela actúen velando por el respeto a la legalidad partidaria, alzaron su voz para posicionarse en contra de la dirección del PCE y mostrar solidaridad con los militantes maltratados que han tenido que demandar en sede judicial el respeto a los estatutos de la organización. Tampoco han condenado al gobierno de coalición de Sánchez por supuesta intervención en estos asuntos. ¡Qué raro!
En el caso de Venezuela la actuación judicial en el interno de la organización comunista se califica por unos y otros de inadmisible injerencia, mientras aquí, en España, para estos mismos voceros resulta que es lo más normal del mundo. [1]El artículo 4 de Ley de Partidos Políticos de Venezuela señala que: «los partidos políticos deberán establecer en la declaración de principios o en su programa el compromiso de perseguir … Seguir leyendo
Hoy el actor fundamental y principal promotor de los procesos de transformación social en Venezuela es el PSUV que encabezan Nicolás Maduro como presidente y Diosdado Cabello como vicepresidente. Por este motivo el imperialismo lo boicotea de forma sistemática. Le han declarado la guerra. Por algo será. Cuando tu enemigo habla mal de ti es que lo estás haciendo bien y, viceversa, cuando te alaba es que actúas rematadamente mal.
La mayoría de los comunistas venezolanos se encuentran hoy militando en el PSUV. Sirva de ejemplo, entre otros comunistas consecuentes, Alí Rodríguez Araque, miembro de la Comisión Promotora del PSUV en 2007, fallecido en 2018 o Jorge Antonio Rodríguez, militante de la Liga Socialista, asesinado a los 34 años de edad por torturas policiales el 25 de julio de 1976, padre de Delcy Eloína Rodríguez Gómez, vicepresidenta ejecutiva de la República Bolivariana de Venezuela y de Jorge Rodríguez Gómez, presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela.
El imperialismo siente enorme satisfacción ante el comportamiento de ciertos dirigentes del Partido Comunista de Venezuela que han sido cuestionados y promueve su magnificación y propaganda para dañar la política revolucionaria del PSUV. Esperamos que la maniobra quede en evidencia y que el PCV recomponga su organización y proyecto político frente a las manipulaciones mal disfrazadas como democráticas que pretenden sembrar confusión y enfrentamientos en la vida política venezolana.
Quienes piensen que solo son válidos los procesos revolucionarios en los que no se producen errores y desaciertos están del todo equivocados. Las transformaciones sociales profundas son siempre acontecimientos imperfectos, con avances y retrocesos, con aciertos y con errores y se desarrollan no siempre de forma lineal. No es nada sencillo combatir e intentar derrotar al enemigo de clase cuando al mismo tiempo hay que atender con premura y eficacia a las necesidades materiales más perentorias de las capas populares, tomar medidas eficientes para garantizar el protagonismo popular, adoptar decisiones encaminadas a poner en pie un nuevo aparato de estado, incluyendo a las fuerzas armadas y al poder judicial, y hacer frente a un sinfín de decisiones draconianas, entre ellas el boicot económico, que adopta la contrarrevolución interna y externa con el apoyo del imperialismo. De ahí la necesidad indiscutible de corregir los errores desde la crítica y la autocrítica con la finalidad sincera de avanzar y afianzar el proceso de cambio social en marcha. Pero quienes ejercen esa crítica impugnando el mismo proceso revolucionario, se colocan objetivamente del lado de la contrarrevolución, y esta se lo agradecerá.
Notas
⇧1 | El artículo 4 de Ley de Partidos Políticos de Venezuela señala que: «los partidos políticos deberán establecer en la declaración de principios o en su programa el compromiso de perseguir siempre sus objetivos a través de métodos democráticos… En España, el artículo 6 de la Ley de Partidos Políticos dispone que: «Los partidos políticos se ajustarán en su organización, funcionamiento y actividad a los principios democráticos y a lo dispuesto en la Constitución y en las leyes. Los partidos políticos tienen libertad organizativa para establecer su estructura, organización y funcionamiento, con los únicos límites establecidos en el ordenamiento jurídico.» |
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