Ganó Lassalle (And the Winner is: Lassalle)

Marx y Lassalle son irreconciliables. Cuando se unificaron los partidos obreros marxista y lassalleano se atenuó el debate en aras de la unidad.  Parecía que Marx triunfó con el tiempo, pero en realidad fue Lassalle.

Fernando Lassalle resultó el vencedor indiscutible del espectro socialdemócrata internacional.  En su día se le consideraba un “reformador social”, expresión muy a tono con la distinción básica que lo distanciaba de los “revolucionarios” sociales: Marx y los suyos.

Eran dos caras del movimiento obrero de la época, en el sentido de que el reformismo, aun cuando lo hemos considerado siempre expresión ideológica pequeño-burguesa, no deja de ser cierto que arraiga en la percepción y conciencia de franjas de la población obrera.

Y Lassalle organizó a un porcentaje de la clase obrera alemana. A las reformas graduales que caracterizaron a los reformistas hay que sumarle los ensueños de los socialistas utópicos según los cuales la clase obrera podría construir por sí misma las condiciones de su liberación definitiva sin necesidad de derrocar el capitalismo: tan solo mediante experimentos socio-económicos en comunas, falansterios, cooperativas, etc.  En la cabeza de estos utópicos, lo que eran herramientas de auto-organización y resistencia obrera, se convertían en panaceas universales de resolución para prescindir de la lucha de clases.

Pero lo que se consideró característico del reformismo de Lassalle fue la introducción de la idea de que el Estado capitalista, al que en el fondo negaba su naturaleza de maquinaria de gestión de los intereses de las clases dominantes, podía y debía ser la vía para una supuesta corrección de los males en las condiciones de vida de la clase obrera.  Su “estatalismo” fue el rasgo principal definitorio de sus propuestas, o al menos eso es lo que quedó en el resumen histórico que se hace de él.

Lassalle se negaba a reconocer el carácter de clase del Estado como maquinaria de gestión y opresión sociales.  La relativa autonomía del Estado con respecto al resto de ámbitos de la vida la quería interpretar como organismo independiente al margen del bien y del mal, y que podía ganarse para el hacer el bien.

Por eso creó su partido, que empleó de forma expresa para enfrentarse al marxismo y sus partidos obreros.  Pero falleció pronto. A la postre los obreros alemanes lassalleanos y los de raigambre marxista se encontraron en el día a día de la lucha obrera.  Llegaba el período de Bismarck al frente de Alemania, con su ilegalización y persecución de las organizaciones obreras y su actividad militar imperialista, lo que condujo a que éstas finalmente se unificaran en el Congreso de Gotha.

Folleto Congreso de Gotha
Folleto del Congreso de Gotha.

El lassalleanismo estatalista fue minando a partir de ahí a toda la socialdemocracia internacional, hasta el punto de que los comunistas tuvieran que desgajarse.

Pero ¡oh misterios de la naturaleza! Hace tiempo que solo veo en las declaraciones de los que aún se autodenominan comunistas un refrito permanente de las propuestas de Lassalle, y me pregunto: ¿En qué congreso de la Internacional Comunista se aprobó la admisión del lasalleanismo en su ideario y que el Estado Capitalista era el medio para el alivio y resolución de los problemas esenciales de los obreros como clase?

 CUERVO INGENUO

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