Izquierda Unida debe salir del Gobierno

Se apostó todo a la institución como un atajo, donde erróneamente se creyó que el gobierno era el dispositivo más eficaz para el cambio frente a lo engorroso de las movilizaciones y la construcción de poder popular.

No, no es verdad. No es verdad que salirse del gobierno suponga que haya un gobierno de derecha y ultraderecha. Lo digo porque el espantajo de un posible gobierno de derecha y ultraderecha es ya el último argumento que algunos tienen para justificar la permanencia en el Consejo de ministros. No es cierto, apoyar la investidura del PSOE es frenar también un gobierno de derechas. ERC, Bildu o el BNG impiden un gobierno de la ultraderecha igual que Sumar. IU en nuestros 40 años de historia apoyando investiduras del PSOE hemos frenado gobiernos de la derecha y muchas veces logrando más avances en un buen acuerdo de investidura que en un mal gobierno.

De hecho, la ultraderecha crece cuando la izquierda que deberíamos de jugar un papel rupturista nos situamos en la máxima institucionalidad de un gobierno y más, en un contexto donde la inflación o la imposibilidad de acceso a la vivienda sitúa ya a un 26% de la población española en riesgo de pobreza. Esos 13 millones de personas excluidas del bienestar material buscan referentes rupturistas, y si la izquierda no jugamos ese papel, lo encuentran en una ultraderecha que se hace pasar por rupturista oponiéndose, no a los elementos centrales del régimen del 78, sino a esos consensos logrados por luchas populares como el feminismo, la diversidad cultural o afectivosexual.

El miedo a la ultraderecha es el único argumento para defender la participación en el gobierno porque este ya no da buenas noticias, ni una pequeñita que se pueda hinchar con el triunfalismo de los primeros años.

Este último ciclo político se apostó todo a la institución como un atajo, donde erróneamente se creyó que el gobierno era el dispositivo más eficaz para el cambio frente a lo engorroso de las movilizaciones y la construcción de poder popular. Tal es así que años después no hay más plan que el gobierno permanente con el PSOE y salirse de él sea impensable. Solo desde esta lógica se entiende el paso desde la idea de sorpasso, al gobierno en minoría con socios de izquierda, al actual gobierno en minoría con socios de derechas como Junts sin condiciones de gobernabilidad que impiden que haya Presupuestos Generales, reducción de la jornada laboral, reforma fiscal progresiva, ni cualquier medida que poder vender como buena noticia.

Por el contrario, lo que tenemos es un nuevo sobresalto cada día, una nueva medida de derechas del gobierno progresista. Esta semana hemos tenido nuestro particular viacrucis: primero Albares traicionaba nuevamente al Sahara, luego el luto oficial por la muerte de un Papa en un estado aconfesional, después el mayor aumento de gasto militar, más tarde un contrato de 6 millones de compra de armas al estado genocida de Israel y por último hoy mismo descubrimos que no es 1, que son 20 en los últimos 6 meses y por valor de 1000 millones de euros los contratos de contraventa de armas a Israel.

Entrar en el gobierno sin una estrategia, sin ni siquiera tener en cuenta nuestra fortaleza social o ideológica fue una imprudencia. Hacerlo en una España subordinada y disciplinada a la UE, la OTAN y al bloque imperialista liderado por EEUU fue un error de bulto que cada día empeorará la situación.

La contradicción principal en el plano internacional se está agudizando, el mundo unipolar está en decadencia y se resiste a asumir la nueva realidad que imponen China y los BRICS. Para sortear su pérdida galopante de hegemonía recurre a ese poder duro que teorizo Joseph Nye, donde la guerra y la extorsión económica son sus principales herramientas. El problema es que, a España, como parte subordinada y disciplinada de ese bloque unipolar en decadencia, nos toca ejecutar y sufrir la guerra y la extorsión económica. Nos quejamos de que Pedro Sánchez ha tomado la decisión de aumentar el gasto militar o la compra de armas a Israel de manera unilateral, que no la ha consensuado con nosotros, pero es que él no ha tomado la decisión, él solo la ha ejecutado, así que no tenía la posibilidad de consensuarla. Esta posición de país subordinado y disciplinado añadido a la agudización de la contradicción entre el mundo unipolar y multipolar donde el primero se empecinará en la guerra y la extorsión sólo hará que nos sometamos a cada vez mayores y más frecuentes contradicciones.

Cancelar un contrato de armas con Israel está bien, pero tratar de plantear que el problema está solucionado porque se cancela un contrato de 6 millones de euros en armas con Israel cuando hay otros 20 contratos por 1000 millones más en los últimos 6 meses es perder credibilidad por quien lo plantee. Pero sobre todo es tratar de desviar el foco para normalizar y por lo tanto asumir, el rearme de 10.000 millones que se aprobó el martes. ¿Cancelar el 0,6% del volumen económico de los contratos de armas que tenemos con Israel es suficiente para dar por asumido el rearme de 10.000 millones de euros? Cuando IU damos la crisis por zanjada lo que decimos es que los 10.000 millones de rearme no los vamos a pelear, diremos que estamos en contra sí, pero no condicionaremos nuestra presencia en el gobierno a su anulación. La jugada es redonda para el PSOE que mantiene el 99,4% de los contratos de armas con Israel y además tiene a todos sus socios apaciguados después de aprobar el rearme por mandato de la OTAN, incluida IU.

El problema no es un contrato de armas a Israel, no es tal o cual medida, pues todos sabemos que España seguiría siendo ese engranaje subordinado y disciplinado y por tanto colaborador del genocidio del pueblo palestino y a la semana siguiente nos enteraríamos de otro contrato, o de que otro barco utiliza puertos españoles para volver a llevar armas a Israel como ocurrió la semana pasada en Barcelona. El PSOE no es la primera vez que nos engaña con esto y como dice el proverbio árabe si me engañas una vez la culpa es tuya, si me engañas dos veces la culpa es mía.

El problema no es la coyuntura de un contrato concreto, es la estructura, la dinámica que nos exigirá mayor gasto militar, la guerra arancelaria que supondrá inflación, la subordinación internacional de España que supondrá más traiciones al pueblo saharaui, más complicidad con el genocidio israelí sobre el pueblo palestino. El problema es el imperialismo que es incapaz de no recurrir a la guerra, al sometimiento y empobrecimiento de los pueblos, y ahora que la contradicción se agudiza, que la tierra se abre, la disyuntiva es si queremos ser parte del problema o de la solución. Una disyuntiva que en nuestro caso se formula en esa pregunta que cada vez se hacen más militantes ¿Hasta cuándo vamos a mantenernos en este gobierno?

Toca que en IU tengamos una reflexión pausada y tomemos nuestras propias decisiones sin que nos condicionen las decisiones de otros. Mi opinión en ese debate es que IU tiene que salirse del gobierno si no se retira el rearme de 10.000 millones de euros, pero desde el convencimiento, no porque Podemos nos achique espacios electorales o nos interese por cualquier otra coyuntura tacticista. Debemos tener el debate sobre cuál es nuestro papel en el gobierno con mirada larga, sin apriorismos, en nuestra mejor tradición, vamos, lo que no tuvimos las otras dos veces que decidimos entrar en el gobierno.

Toca salirse ya del gobierno si se mantiene el rearme de 10.000 millones porque se puede impedir por activa o por pasiva un gobierno de ultraderecha, a la vez que impedimos ser cómplices de la escala belicista, la traición al pueblo saharaui o el genocidio palestino levantándonos del Consejo de ministros que perpetra todo ello. Incluso pueden arrancarse medidas desde fuera del gobierno. Ahí está el ejemplo de Junts, con quien el PSOE no duda en pactar sin estar en el gobierno y a pesar de ser un partido de derechas. No hay que elegir, quienes quieren situarnos en esa disyuntiva del malmenorismo a estas alturas de la situación, es que han hecho del gobierno un fin en sí mismo y temen salirse de la foto.

Toca salirse del gobierno si se mantiene el rearme de 10.000 millones en primer lugar por coherencia. Nuestra militancia ha caminado por muchos desiertos, pero siempre con la cantimplora de la coherencia en la batalla de las ideas. Lo que nos ha hecho fuertes es hacer lo que decimos por muy duras que fueran las consecuencias, por mucha corriente que llevara el río. No podemos seguir sacando comunicados en contra de un gobierno del que formamos parte. Una vez vale, dos pasa, tres queda raro, pero cuando día tras día, como en esta última semana, te limitas a sacar comunicados en contra del gobierno del que formas parte, lo que denotas es que lo que te importa no es lo que dices en los comunicados, sino mantenerte en el gobierno.

Es un paso que da vértigo, pero seguir la inercia de contradicciones cada vez mayores y más frecuentes hasta 2027 solo nos situará en peores condiciones para reconstruir la izquierda. Da vértigo y es complicado, pues IU hemos perdido autonomía entregándola estos años a cambio de cierta presencia institucional y se teme que si tomamos nuestras decisiones nos saquen definitivamente de la foto.

Pero el ciclo gobernista está agotado, no es cuestión de os lo dije, pero sí de aprender de los errores y desde ahí repensar a IU, y el PCE, después del gobernismo.

Fuente: AraInfo   

Comparte este artículo

4 thoughts on “Izquierda Unida debe salir del Gobierno

  • 23 de mayo de 2025 en 19:17
    Permalink

    Entrar en el gobierno fue un error estratégico desde el principio. Se podía haber negociado un programa y defenderlo con el apoyo parlamentario sin ser cómplices de la siempre contradictoria política socialista que embarca a la izquierda para mantenerse en la gobernanza. Otra consecuencia de estar en ls gobernanza es que se ha dejado la oposición parlamentaria exclusivamente a la derecha. Hay que recordar que Sánchez » perdía el sueño» si gobernaba con podemos y el resto de la izquierda. A qué gran error nos ha llevado el mesianismo de algunos, que optaron por entrar en el gobierno con los pies de barro, después de dilapidar el potencial de movilización popular que represento el 11M con las batallas cainitas que terminaron descontando el movimiento.

    Responder
  • 1 de junio de 2025 en 01:42
    Permalink

    Seguir subordinado a una organización como IU que no es comunista, es un grave error táctico. El PCE debe recuperar su espacio y disolver IU. Seguir apostando por permanecer en una organización que sus cuadros ya no son ni tan siquiera socialdemócratas. El PCE debe presentarse como un partido netamente defensor de los trabajadores y no interclasista. Si se quiere volver a tener Partido y no solo unas siglas históricas que sirven de cuartada para arribistas

    Responder
  • 1 de junio de 2025 en 19:24
    Permalink

    De acuerdo con el artículo y con los comentarios (entiendo que Vladimir se refiere al 15-m).
    La pregunta que nos hacemos bastantes militantes y ex-militantes ya no es: «¿Hasta cuándo vamos a mantenernos en este gobierno?», como dice Alberto en el comunicado, sino ¿estamos aún a tiempo de evitar el desastre?
    Yo sinceramente lo dudo.

    Toca que en IU tengamos una reflexión

    Responder

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *