Partes sagradas como partes pudendas

Eso ocurre cuando alguien pone en solfa alguna de las partes sagradas que supuestamente componen la esencia de nuestra identidad, a la que alguna vez llaman diversa por despistar, porque más bien parece que tira a monolítica.

Hay partes tan sagradas del cuerpo social, que parecen partes pudendas que duelen al menor roce. De vez en cuando nos toca vivir en clave de indignación celtibérica un esperpento-incidente que se deriva de nuestra concepción del honor y la salvaguarda de nuestras tradiciones.

Eso ocurre cuando alguien pone en solfa alguna de las partes sagradas que supuestamente componen la esencia de nuestra identidad, a la que alguna vez llaman diversa por despistar, porque más bien parece que tira a monolítica.

Tenemos una exacerbada sensibilidad para percibir cualquier falta de respeto acompañada de mala baba beligerante. Se ha dado el caso, recientemente, de un programa de TV3 que se ha tomado a chacota a la mismísima Virgen del Rocío, dando ocasión a que la Fundación Española de Abogados Cristianos presentara una denuncia contra los dos presentadores de TV3 y contra la actriz que simulaba ser la Virgen, por un posible delito de injurias. Sus autores han sido llamados a declarar en sede judicial como presuntos delincuentes. Los Abogados Cristianos consideran que el video supone un ataque contra los sentimientos religiosos, realizado de forma gratuita y con una malvada sátira sobre la Virgen del Rocío que aparece haciendo bromas sobre su vida sexual con un exagerado acento andaluz.

Inmediatamente han surgido voces de peso político y vocación electoral, como el Sr. Juanma Moreno que aprovecha la ocasión para declarar: «El humor es una de las señas de identidad de nuestra tierra, pero para tener gracia se hace con respeto y cariño». A partir de ahí se califica lo ocurrido como una falta de respeto a Andalucía y a miles de andaluces y sus tradiciones mediante un programa de tv que es una representación escarnecedora de los sentimientos religiosos, cristianófoba y andaluzófoba. Ahí queda eso.

Nos encontramos con una proliferación de fobias que nos colocan en una permanente y suspicaz defensiva que siente como ataque lo que quizás sólo sea provocación de buen o mal gusto y acierto.

No me resulta apetecible entrar a la valoración sobre lo finos y sensibles que nos ponemos cuando nos enfrentamos a los sarcasmos ajenos, que bien podrían auto descalificarse por falta de ingenio y quedar reducidos a una libre expresión desafortunada. Sí merece la pena señalar que lo del programa de TV3 puede considerarse como un estallido más de intolerancia que se manifiesta inoportunamente… 

Una breve indagación en internet te hace saber que, por ejemplo, en el mundo del cine, se han producido espectaculares escándalos y hasta reacciones violentas a propósito de películas que son sobradamente conocidas. Citemos algunas:

La última tentación de Cristo (M. Scorsese, 1988).

Yo te saludo, María (J- L. Godard, 1985)

El código Da Vinci (Ron Howard, 2006)

La pasión de Cristo (Mel Gibson, 2004)

Y La vida de Brian (Terry Jones, 1979), que es la que nos ofrece el consejo más oportuno para paliar los nefastos resultados de estos enfados relacionados con la vida misma tal y como la entienden algunos: “Mira el lado positivo de la vida”, lo que no está mal si lo cantamos como coro de crucificados por nuestras incontroladas emociones que transforman nuestras partes pudendas en intocables zonas sagradas.

Todas esas películas fueron recibidas por una parte de los espectadores como visiones escandalosas de un mundo que, como dicen los yanquis de ahora mismo, está organizado por reglas y no se consiente que podamos imaginar otras distintas.

Entre otras cosas, porque se afianzan los intereses, los protagonistas y los que siguen las proclamas de los que nos dicen lo que tenemos que pensar. Y eso quiere decir que puedes encontrarte con que mientras don Moreno Bonilla dice querer defender el honor de miles de andaluces, Telecinco defiende que el humor anticatalán es justificable o que el programa “Està passant”, antes de tropezarse con la Virgen del Rocío había hecho bromas con la Moreneta y había sacado a figuras religiosas como si fueran borrachas o drogadictas sin que se produjera ningún escándalo.

La intención es una y las interpretaciones pueden ser varias. Lo trabajoso es que hay que averiguar si la interpretación está condicionada.

Mientras, el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, aprobó el pasado 12 de julio una polémica resolución de condena al odio religioso motivada por la quema de un Corán en Suecia a finales de junio. Entre otros países, Estados Unidos y la Unión Europea, votaron en contra de la resolución amparándose en el derecho a la libertad de expresión. La representante de Alemania, Katharina Stasch, aclaró que «la libertad de expresión a veces también significa soportar opiniones que pueden parecer casi insoportables». Y la embajadora de Francia puntualizó que los derechos humanos consisten en proteger a las personas, no a las religiones y sus símbolos. Tanto Washington como Bruselas consideraron que algunos gobiernos de países islámicos aspiran a que Occidente reinstaure las abolidas leyes contra la blasfemia, que siguen en vigor en los Estados musulmanes. Los protagonistas de la quema del Corán son para EEUU y la UE, ciudadanos que ejercen el derecho de libertad de expresión.

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