¿Podemos? (…podríamos, podremos…)
¿Es posible una alternativa política con proyección electoral y con vocación de coalición, pero sin dependencias inter pares, al margen de las propuestas de la llamada izquierda neoliberal que publicita un día sí y otro también la inmensa mayoría de los medios de comunicación financiados por la oligarquía?
Visto que lo de sumar a veces parece que resta y hasta divide, podríamos dedicar estas líneas a Podemos. Un texto en positivo. Para ofrecer una reflexión a los numerosos votantes e inscritos de Podemos de cómo poder salir airoso de su actual encrucijada mediante el reciclaje de la organización con la construcción de una nueva alternativa política y electoral. Una propuesta que debiera descansar en la necesidad de luchar por la paz y contra la guerra, en la defensa intransigente de los intereses inmediatos de la mayoría social agredida por el capital, y en atacar también la gangrena de la corrupción, actuando desde las instituciones y desde la calle, pero sin sentirse obligada a formar parte de un hipotético próximo gobierno del PSOE.
Asimismo, en luchar denodadamente por la apertura de un proceso constituyente republicano, en toda su complejidad y profundidad, que nos permita, más pronto que tarde, dotarnos de amplios y garantizados derechos democráticos, sociales y económicos que estimulen e intensifiquen la lucha de clases con la que poder modificar la actual correlación de fuerzas en favor de esa mayoría social oprimida y facilitar al mismo tiempo el protagonismo de los asalariados y de las capas populares.
Podría ser una alternativa política con proyección electoral y con vocación de coalición, pero sin dependencias inter pares, al margen de las propuestas de la llamada izquierda neoliberal que publicita un día sí y otro también la inmensa mayoría de los medios de comunicación financiados por la oligarquía. Se puede hacer, querer es poder, con toda la serenidad en la argumentación y sin dejarse interpretar ni contaminar en sus actos y en sus declaraciones como una masa militante inoculada por la cupulitis y por un posibilismo ascensional.
No hay que rebajar ni la firmeza ni la coherencia en la lucha de clases con ese ruido mediático que no permite escuchar el auténtico mensaje emancipador que nos aporte ideas argumentadas para ganar, entre otras, la implacable y necesaria batalla contra la corrupción pasada, presente y venidera, lo que no sería posible, por otra parte, sin la transparencia de la gestión de lo público y la colaboración de un poder judicial verdaderamente independiente y liberado de su vinculación con élites-sectas, sean o no religiosas.
Los numerosos votantes y afiliados de Podemos no deben perder la fuerza de su voto sino anunciar de palabra y obra a quien corresponda que verdaderamente queremos lo que Podemos y podemos lo que queremos.